Alonso lleva el Aston Martin al límite para ser quinto en Arabia Saudí, con doblete de Red Bull

El bicampeón del mundo no se vino abajo cuando vio que McLaren y Mercedes podían hacerle daño y acabó por delante de Norris y de los dos coches de las flechas plateadas. El Ferrari de Charles Leclerc completó el podio

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Fernando Alonso en el GP
Fernando Alonso en el GP de Arabia Saudí (REUTERS/Hamad I Mohammed)

“¿Alguna posibilidad de plan B? Porque están en otra liga”. Fernando Alonso se desesperaba por radio, temiéndose que el peor ritmo del Aston Martin en tandas largas pudiera pasarle demasiada factura en carrera. Y, sin embargo, el asturiano apretó los dientes, se puso en modo clasificación (él mismo se lo dijo posteriormente a los suyos) y llevó el coche al límite, por segundo día consecutivo, en Arabia Saudí. Sólo así se explica un quinto puesto que sabe a gloria en las filas de los de Silverstone, disputado hasta las últimas consecuencias debido a la amenaza que supuso el Mercedes de George Russell. En los puestos de honor, oh sorpresa, los sospechosos habituales: doblete de Red Bull, con Max Verstappen primero y Checo Pérez segundo, y el Ferrari de Charles Leclerc cerrando el podio.

Tras haber visto cómo los McLaren eran superiores (finalmente, sólo le superó el de Oscar Piastri), Alonso intentó no perder la calma y mantenerse lo más constante que pudo, a sabiendas de que podía mejorar el estreno en Baréin si peleaba como sabe. Vaya si lo hizo, encontrándose con un P5 muy meritorio tras las paradas definitivas en boxes y defendido con soltura cuando pudo estar en peligro. La ambición que le caracteriza le permitió mantener a raya a su amigo Russell y no perder tanta comba el sábado como llegó a pensar. Al ver la bandera de cuadros, había conseguido superar a ambos Mercedes y a Lando Norris.

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Por delante, Leclerc tuvo que conformarse con un triunfo demasiado pequeño en estos tiempos de dominio inapelable que se viven en la Fórmula 1: la vuelta rápida. Terminar a 18 segundos de Verstappen deja bien a las claras que a este RB20, por el momento, no hay forma de meterle mano. Sobre todo, al que pilota el defensor del título, aunque Pérez también pudo sacar pecho en Yeda, disfrutando y olvidándose de esos otros Grandes Premios en los que su compañero está a años luz de él.

Podio del GP de Arabia
Podio del GP de Arabia Saudí (REUTERS/Rula Rouhana)

Debut inmejorable para Bearman

Otro que tuvo una jornada para recordar, más si cabe al tratarse de su primera prueba en la F1, fue Oliver Bearman. En el plato fuerte de su debut, el británico dio la talla a lo grande y acabó séptimo, por delante nada menos que de Norris y Lewis Hamilton. Una actuación de sobresaliente para quien hubiese partido desde la pole en la F2 este fin de semana. Sin duda, una joven promesa a tener muy en cuenta en el futuro del Mundial.

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“Increíble que haya encontrado este ritmo tan rápido con tan pocas sesiones. Todo el mundo se ha dado cuenta de lo talentoso que es y sólo es cuestión de tiempo que llegue a la F1″, le elogió Leclerc. Un oasis en el desierto en medio de la contundencia habitual de Red Bull, que sigue sumando victorias y agrandando su leyenda en la competición.

Ni un safety car puede con el paseo militar del que es imposible sacar al equipo austríaco. Su entrada en acción en la séptima vuelta no parecía el mejor augurio para Aston Martin, puesto que quien propició la salida del coche de seguridad fue Lance Stroll. Por aquel entonces, Alonso parecía destinado a claudicar ante los McLaren, e incluso llegó a descender hasta la séptima plaza. Pero no hay nada como picar a Magic para que saque las garras a relucir.

Oliver Bearman en acción (REUTERS/Rula
Oliver Bearman en acción (REUTERS/Rula Rouhana)

Fue anecdótico, pero a Pérez le penalizaron con cinco segundos por una salida insegura del box cuando Alonso llegaba al suyo. Un rato más tarde, Magic había hecho su enésimo milagro al volante y el mexicano ni se había inmutado por lo ocurrido, al acabar detrás de Verstappen. Dentro de dos semanas, Australia. Con la esperanza real de que Carlos Sainz vuelva a ser de la partida tras su apendicitis y otra más utópica, que viene acompañando al campeonato de forma recurrente: parar a la bestia de Red Bull, tan intratable e insaciable como de costumbre.

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