Peligra el récord de derrotas consecutivas en el tenis: Shuai Zhang acumula 18, más que nadie entre las chicas

Shuai Zhang, número 713 del mundo, lleva más de un año sin ganar un partido de tenis individual en el circuito. Su última victoria en la WTA data de finales de enero de 2023, cuando acabó con Madison Brengle en Lyon (6-3, 6-2). Desde entonces, ha acumulado hasta 18 derrotas consecutivas. Una mala racha para la jugadora china que ya se ha convertido en la peor de siempre en el tour femenino y que amenaza con constituir, si se prolonga un poco más, la más sonrojante de la historia, global, del deporte de la raqueta.

Zhang se ha quedado sola en un listado al que pertenecer no es precisamente agradable. Ha sido así al caer en primera ronda de Indian Wells, donde no superó a la japonesa Mai Hontama (5-7, 6-2, 6-0). Un tropiezo que constituye un hito negativo para la derrotada, que no sale del bucle, en los últimos meses, debido a problemas de salud mental. En este sentido, fue especialmente llamativo lo que le sucedió el pasado julio, cuando competía en Budapest.

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Nada más cantarle mala una bola que tocó la línea, Zhang rompió a llorar y a protestar. Al ver que la jueza de silla hacía caso omiso de sus quejas por la decisión que acababa de tomar, la deportista natural de Tianjin decidió retirarse del partido poco después. Con 5-5 y 15-15 en el marcador, en primera ronda del evento, la situación se desmadró por completo.

Aunque se podía ver la marca que había dejado la pelota en la tierra, nada cambió. Para mayor enfado de Zhang, su rival, la húngara Amarissa-Kiara Toth, borró el rastro que había dejado la bola. Motivando los gritos de la tenista china, los insultos del público (porque la adversaria que tenía enfrente jugaba en casa) y un ataque de ansiedad. Días antes de este suceso, había reconocido abiertamente que sufría una depresión.

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“Después de que mis abuelos muriesen, empecé a pensar en el sentido de la vida. Tengo 34 años (35 ya). He jugado a tenis durante 29. Lo he hecho lo mejor que he podido, pero todo el mundo tiene un límite. Me siento realmente cansada, sobre todo mentalmente. Echo de menos la comida china en China”, llegó a reconocer Zhang. Que, por si fuera poco, lleva tres años sin entrar en su país, debido a una guerra con la Federación de Tenis de China que le ha convertido en persona non grata allí.

Zhang, que llegó a ser número 22 antes de sufrir semejante crisis, ha ganado tres títulos en solitario durante su carrera, con dos Grand Slam como doblista (13 entorchados, alcanzando el número 2 en julio de 2022): el Abierto de Australia de 2019 y el US Open de 2021, formando pareja con la australiana Samantha Stosur.

Al caer derrotada hace unas horas, superó a la estadounidense Sandy Collins, que llegó a acumular 17 derrotas. Son las mismas que encadenó, en su día, la neerlandesa Arantxa Rus. Con 16, se quedaron la canadiense Sonya Jeyaseelan y la eslovaca Anna Karolina Schmiedlova. Cierra el grupo la francesa Kristina Mladenovic, con 15.

Si añadimos a la ecuación la ATP, nos encontramos con que Zhang está a apenas tres choques perdidos más de igualar la marca que dejó Vince Spadea. El estadounidense, entre los chicos, sumó 21 partidos sin conocer el triunfo, traducidos en siete meses de calvario. Ganar al canadiense Greg Rusedski en primera ronda de Wimbledon 2000 (6-3, 6-7, 6-3, 6-7, 9-7) puso fin a su particular maldición. La que ahora, más de dos décadas después, podría prolongar, por desgracia para ella, Shuai Zhang. Si es derrotada cuatro veces más, entrará, aunque sea por motivos deshonrosos, en las enciclopedias.