El actor Karra Elejalde ofrece una rueda de prensa tras recibir el premio homenaje ‘Almería, tierra de cine’ en 2024. (Marian León / Europa Press)Pocos personajes ha provocado más carcajadas en los cines españoles que el aita de Ocho apellidos vascos, la película protagonizada por Dani Rovira, Clara Lago y Karra Elejalde. Si para los dos primeros, además, esta película fue un trampolín a la fama, para el veterano actor de Vitoria supuso, más bien, un paso más en una ya extensa carrera por la que ha ganado dos veces un premio Goya.
A Karra lo hemos visto pasarlo mal tras una despedida de soltero en Airbag (1997), hemos sufrido con él huyendo de hombres con la cara vendada en Los Cronocrímenes (2007). También hemos comprobado que no le ha temblado el pulso al interpretar a personajes ilustres, como Cristóbal Colón en También la lluvia (2010), o más recientemente a Miguel de Unamuno en Mientras dure la guerra (2019).
Sin embargo, pese a que todos estos éxitos de taquilla y al reconocimiento de la crítica, lo que le ha convertido en uno de los actores más reconocidos (y reconocibles) del cine español, lo cierto es que Karra Elejalde ha sido siempre muy reservado con su vida personal. Así, su lado más íntimo solo se ha conocido en algunas entrevistas que ha ido dando a lo largo de los años.
Tráiler de 'Tierra de nadie', la nueva película dirigida por Albert Pintó y protagonizada por Karra Elejalde, Luis Zahera y Jesús Carroza. (Sony Pictures) Su verdadero nombre es Carlos Elejalde Garay y se crio entre los fogones de un restaurante familiar en el que, como él mismo ha explicado alguna que otra vez, comenzó a trabajar desde muy joven. “Yo, con 9 años, pelaba patatas, subía y bajaba cajas con bebidas y refrescos, cocinaba salsas”, declaraba a Esquire recientemente.
“Hoy está prohibido hacer trabajar a un niño, pero hablo del año 1969. Ese es el trabajo más duro que he desempeñado en mi vida, trabajar de niño en un negocio familiar donde no hay horario ni sueldo ‘porque ya te pago los estudios y las zapatillas’. Eran otros tiempos”, continuaba explicando.
Esos años fueron sus primeros pasos en una de sus aficiones: la cocina. A Karra Elejalde se le ha visto relacionarse con diferentes cocineros y otros expertos de la gastronomía, como Karlos Arguiñano, quien lo presentó como “un gran amigo”. Hasta se le ha visto en Master Chef, donde apareció como invitado.
“Si llego a decir en casa que quiero ser actor, se hubieran reído de mí”, aseguraba en otra conversación con El Confidencial Digital. Ganarse la vida en el mundo de la interpretación era algo muy difícil, por lo que estudió Electricidad durante cinco años y trabajó otros seis en una empresa de montajes eléctricos.
Al mismo tiempo, seguía haciendo teatro para aficionados y, para ganarse un dinero extra, también componía para diferentes bandas de rock vasco, como Korroskada o Hertzainak. “Vengo del mundo del cómic underground, del rock and roll, de los espectáculos que hacíamos nosotros mismos y en los que tocaban los Cicatriz o Evaristo de La Polla Records”, señalaba al respecto en una entrevista con El Mundo. Además, cursó estudios de pintura y escultura en la Escuela de Artes y Oficios.
Nada parecía apuntar, en esos años, que Karra Elejalde no solo se volvería un actor prestigioso, sino también extremadamente famoso, algo que a él nunca le ha convencido del todo. “Es una cruz del calvario muy molesta”, explicaba a este último medio. “Fui con mi hija al concierto de One Direction en el Palau Sant Jordi, me cogieron en la fila y sin exagerar me hice 1.200 selfis. Me hubiera gustado no abrir esa caja de Pandora. No reniego de ello, ni lo digo con rencor, pero ha condicionado para mal mi vida y, sobre todo, la de la gente que vive conmigo".
Por otro lado, y aunque no se conocen exactamente las fechas de su separación, sí se sabe que durante varios años Karra Elejalde mantuvo una relación con la actriz Silvia Bel, con la que se mudó a Molins de Rei (Barcelona). De su relación nacería Ainara, quien también se dedica a la actuación y a la que hemos podido ver en películas como Els encantats (Los encantados).
Fue a su hija, precisamente, a quien Karra dedicó unas palabras muy comentadas cuando recibió su último premio Goya. “Mi hija es el proyecto más bonito en el que he trabajado nunca. Hay cosas que a veces las haces bien y otras te salen... a mí esta niña me salió muy bonita”.