Lady Gaga, derecha, y Joaquin Phoenix en una escena de 'Joker: Folie à Deux' (Niko Tavernise/Warner Bros. Pictures vía AP)Fue una sorpresa, o quizá no tanto, que al ser comercializada como un musical encontrase el rechazo que obtuvo en salas. Joker: Folie à Deux se estrenó en taquilla dando la nota, aunque en este caso, la entonación fue de corte negativo. La secuela de Joker (2019), vencedora del León de Oro en el Festival de Venecia, recaudó menos de 40 millones de dólares en su primer fin de semana, una cifra un tanto baja que culminó con un total de 206 millones de dólares en la taquilla global.
Este dato entroncó con la recaudación de la cinta original, también protagonizada por Joaquin Phoenix, que fue una auténtica revelación para la audiencia, llegando a superar la barrera de los mil millones de dólares en taquilla. Subversiva y diferente, situando al Joker como una persona con enfermedades mentales, la película bebió de un éxito sin precedentes. El problema con Joker: Folie à Deux no sólo fueron bajos números en taquilla, también su elevado presupuesto: la secuela, con Phoenix y la incorporación de Lady Gaga, costó a la productora unos 200 millones de dólares -más 100 más en promoción y distribución-.
Según estimó Variety, la segunda película basada libremente en el villano de DC podría haberle costado a Warner Bros. entre 150 y 200 millones de dólares en pérdidas, una ‘catástrofe’ no esperada, pero de la que no se ha beneficiado una cinta vapuleada por crítica y público. No en vano, recibió una media de un 33 sobre 100 en Rotten Tomatoes y una calificación de ‘D’ (un suspenso) en la encuesta elaborada por la empresa CinemaScore.
Tráiler oficial de 'Joker: Folie à Deux' Aunque sí ha tenido algún que otro defensor (entre ellos los directores Quentin Tarantino o John Waters, que llamó “estúpidos” a los críticos por no haber sabido apreciarla), las malas reviews acabaron con ella antes de que pudiera ser descubierta por la audiencia. Meses después de su estreno, Lady Gaga -que interpretaba a Harley Quinn en la secuela- ha hablado de la acogida del filme. “A la gente a veces no le gustan algunas cosas, es así de simple. Y creo que para ser artista tienes que estar dispuesto a que a la gente [no le guste]. Sigues adelante aunque algo no conecte de la manera que pretendías”, ha contado a la revista Elle.
“Siento cierta vergüenza, y es algo muy vulnerable de compartir. Pero creo que haciendo este álbum he podido amarme a mí misma a través de todo eso. Enfrentarme a la música fue una forma de afrontar algunas de las cosas por las que he pasado y decir: ‘Está bien, así es como eres’. Y celebrar eso de mí misma, en vez de intentar fingir que no es real”, ha explicado a la publicación. En marzo, la cantante estadounidense publicará Mayhem, un séptimo disco del que ya conocemos Die With a Smile, el éxito junto a Bruno Mars, y Disease, un tema con el que volvió a tocar las teclas de su pasado.
“Fui muy dura conmigo misma al no entrar en el estudio con ideas preconcebidas a las que me iba a aferrar. Mayhem trata de seguir tu propio caos a cualquier rincón de tu vida al que te lleve. En ese sentido, se trataba de seguir las canciones. Escribir tantas canciones como hice para este álbum fue un trabajo de amor total", ha contado a Elle.