En los últimos años, cada vez más figuras públicas han optado por cambiar el bullicio de las grandes ciudades por la tranquilidad de la vida rural. Una de esas últimas en unirse a esta tendencia es Eva Amaral, con más de cuatro millones de discos vendidos y una carrera que ha marcado la música española, ha sorprendido al revelar detalles de su vida personal lejos de los escenarios.
Durante una entrevista en el programa En clave de Rhodes, dirigido por el pianista británico James Rhodes en la Cadena SER, la cantante zaragozana contaba cómo era su vida ahora tras haberse mudado a un pequeño pueblo de España. “Tengo una vida muy sencilla. Desde hace poquito vivo en una aldea y por eso estoy más cerca de la naturaleza. Fui allí por una llamada de la naturaleza que tenía. Estoy súper a gusto, entre mis vecinos soy una más. Llevo ya varios años allí y estoy muy feliz”, explicaba.
Una vida en armonía con la naturaleza
Lejos de las luces de los escenarios y los ruidos de la ciudad, Eva Amaral ha encontrado un refugio en la tranquilidad del campo. “La ventana de la cocina da a un nogal y tengo unos arbolitos enfrente. He puesto unos platos con comederos y echo semillas para que vengan los pájaros. Me encanta porque estoy cocinando y están viniendo pájaros todo el rato. Me alegran la vida”, relataba la artista, mostrando una faceta desconocida de su vida cotidiana.
Este contacto diario con la naturaleza no sólo le aporta paz, sino que también influye en su energía sobre el escenario. “Cocinar y observar a los pájaros forma parte de una energía que luego se desborda en el escenario. Forma parte de disfrutar y vivir. Eso también está en mí cuando estoy transmitiendo otra cosa en los conciertos”, confesaba.
El origen de todo: su Zaragoza natal
Aunque su presente está marcado por la calma del entorno rural, Zaragoza siempre ha sido una parte fundamental en la vida de Eva Amaral. En esta ciudad nació y comenzó su camino en la música, actuando en bares. Allí fue donde conoció a Juan Aguirre, quien tocaba en la banda Días de Vino y Rosas, y juntos formaron Amaral, un proyecto que los llevaría al éxito nacional e internacional.
La rica escena cultural zaragozana ha sido una fuente constante de inspiración para la banda, algo que ambos han destacado en múltiples entrevistas. Sin embargo, la vida de Eva ha evolucionado hacia un enfoque mucho más pausado, donde el contacto con la naturaleza y los pequeños placeres cotidianos son prioritarios.
“La crueldad a veces nos arrastra a situaciones que debemos aprender a gestionar”
La transición de la intérprete de Cómo hablar hacia una vida rural también le ha permitido reflexionar sobre temas más profundos. “El mundo es bonito, hay pájaros y torrijas, pero también hay cosas que no puedes controlar. La crueldad a veces nos arrastra a situaciones que debemos aprender a gestionar”, compartía.
El fallecimiento de su madre en 2007 fue un punto de inflexión para la cantante, quien encontró consuelo en la naturaleza y en su pasión por observar aves, una actividad que hoy forma parte integral de su rutina diaria.