La película de terror que convierte a Hugh Grant en un psicópata que da mucho miedo: “Me apetecía hacer algo atrevido y loco”

A Hugh Grant siempre se le ha identificado como el galán británico por excelencia. Buena parte de ese encasillamiento la tiene haber protagonizado algunas de las comedias románticas más importantes del cine contemporáneo, una fama que comenzaría con Cuatro bodas y un funeral, seguiría con Notting Hill y se perpetuaría en el tiempo con El diario de Bridget Jones o Love Actually.

La cuestión es que el intérprete no siempre ha estado cómodo con esta imagen y ha tenido que quitarse de encima un buen puñado de supuestos clichés ‘reduccionistas’ que habrían marcado su carrera. Si al principio fue el perfecto seductor de modales refinados en las películas de época, en los últimos tiempos, ha intentado alejarse de cualquier tipo de convención a través de películas que rompían con su imagen para acercarse a terrenos de lo más bizarros, como supuso interpretar a un Oompa-Loompa en la la película Wonka.

Eso no quiere decir que Hugh Grant no haya tomado decisiones arriesgadas a lo largo de su trayectoria. Junto a Kent Russell protagonizó La guarida del gusano blanco, adaptación de Bram Stoker; fue Lord Byron en Remando al viento, de Gonzalo Suárez; y se convirtió en un ‘voyeur’ en la morbosa Lunas de hiel de Roman Polanski.

Sin embargo, ahora, con Heretic (Hereje) da un giro sorpresa al introducirse en el género de terror a través de una película de lo más original, casi inscrita dentro del gótico británico, en la que interpreta a un erudito teólogo (con malas intenciones) que tenderá una trampa mortal a dos jóvenes que van predicando la fe mormona puerta a puerta, encarnadas por Sophie Tatcher (Yellowjackets) y Chloe East (Los Fabelman)

Se trata de la nueva película del tándem formado por Scott Beck y Bryan Woods, responsables del guion original de Un lugar tranquilo y de la extraña (y fallida) 65, con Adam Driver. Sin embargo, lo que hacen con este nuevo trabajo, auspiciado por la productora A24, los sitúa en otro nivel gracias a su originalidad, a su capacidad para generar horror (tanto psicológico como físicoquímica) a través de una trama que se sitúa en un único espacio, con tres personajes y que gira alrededor de las creencias. Pero, sobre todo, esta película pasará a la historia por haber convertido a Hugh Grant en uno de los villanos más perturbadores (y retorcidos) del cine reciente.

En Heretic (Hereje) el intérprete tiene la oportunidad de dar rienda suelta a su carisma, pero de una forma a la que no nos tenía acostumbrados, utilizando el ingenio, la seducción, la verborrea intelectual (gracias a una serie de monólogos de una intensidad casi filosófica), al servicio del mal más retorcido.

Una vez que las dos jóvenes entren en su casa, su personaje, el señor Reeds, la someterá a toda una serie de diatribas morales que tienen que ver con el intento de desmoronar los cimientos de la fe que sustenta sus creencias.

Lo hará tanto a través de datos culturales elevados leídos en sus años de estudio, pero también utilizando ingeniosos mecanismos de comparación entre juegos como el Monopoli o canciones que han sido copiadas a lo largo de los años, para demostrar que llega un momento en el que se olvida cuál fue el tema original, aquel que lo empezó todo. ¿Pasaría lo mismo con las religiones, que han ido ‘mimetizando’ ideas para crear una identidad independiente cuando en realidad son una imitación las unas de las otras? Es una de las cuestiones que plantea.

Sin embargo, a lo largo de este proceso, las situaciones se irán llevando cada vez más al extremo hasta que la tensión atmosférica que dominaba la primera parte, se convierta en auténtico terror.

Lo cierto es que lo que hace Hugh Grant en Heretic (Hereje) es una composición es única, de esas que no has visto nunca plasmadas en la pantalla de esa manera, y eso hace qué, más allá de los logros de una película repleta de giros inesperados, de diálogos brillantes y de estremecedoras revelaciones, todo el conjunto, ya de por sí, extremadamente estilizado, alcance otro nivel gracias a su presencia totémica. “Me apetecía cambiar de registro, lanzarme a hacer algo peligroso, atrevido, loco”, dijo el actor a la revista Variety.

Gracias a su papel de Mr. Reeds en Heretic (Hereje), Hugh Grant ha sido nominado a los Globos de Oro, su séptima nominación a unos premios que solo ganó en 1995 por Cuatro bodas y un funeral. Si los Oscar apreciaran esta interpretación como se merece, sería su primera vez en estos galardones.