Las 5 mejores películas de terror de 2024: del ‘gore’ con Demi Moore a un satánico Nicolas Cage

Ha sido un gran año para el cine de terror, hasta el punto de que algunas de las películas se han convertido en clásicos inmediatos y otras pasarán a formar parte del imaginario cinéfilo, como podría ser el caso de la tercera parte de la trilogía de Ti West, MaXXXine, del show televisivo de El último late night o del ‘nunexplotation’ protagonizado por Sydney Sweeney, Immaculate.

También encontramos algunas piezas de ‘folk horror’ como El baño del diablo, triunfadora en el pasado Festival de Sitges, o la ganadora del año anterior, que se estrenó en enero en España, la sobrecogedora Cuando acecha la maldad.

Aquí repasamos cinco de los títulos que han adquirido, ya sea por una u otra razón, una importancia fundamental durante este 2024, hasta el punto de establecer una serie de reflexiones alrededor de las corrientes principales del género actual.

Sin duda, el mayor acontecimiento dentro del cine de terror de este 2024. La película de Coralie Fargeat se presentó en el pasado Festival de Cannes, donde ganó el Premio al Mejor Guion, y desde ese momento no ha parado de recibir reconocimientos, hasta el punto de estar nominada a los Globos de Oro en cinco categorías. Todo un hito para una película que apuesta por el ‘body horror’ y que contiene algunas de las escenas más extremas del año.

Una obra, además, de trasfondo feminista que reflexiona sobre la dictadura de la belleza y la cosificación del cuerpo femenino a través de un planteamiento de lo más original: ¿Y si tomando una ‘sustancia’ pudiéramos alcanzar la mejor versión de nosotras mismas? Un argumento que resuena especialmente en la era del Ozempic en la que vivimos.

Además, Demi Moore compone uno de los papeles más subversivos de su carrera, acompañada por una brillante y desafiante Margaret Qualley.

Desde su campaña promocional, ya se generó toda una serie de expectativas alrededor de la nueva obra de Osgood Perkins, convertido en director de culto desde que debutara con La enviada del mal. En sus películas, siempre había demostrado una enorme capacidad para crear atmósferas repletas de incomodidad expresiva a la hora de remover los cimientos de las creencias más inquietantes y oscuras de su país.

Aquí apuesta por una pesadilla que nos lleva por los caminos más perversos que recorren la mente de un personaje absolutamente icónico como es Longlegs, interpretado por Nicolas Cage, una especie de hombre del saco que someterá a una joven agente del FBI (Maika Monroe) a un juego diabólico que proviene del pasado y que tiene como propósito completar una retorcida maldición que entronca con los cultos satánicos. Absolutamente terrorífica y repleta de desconcierto malsano.

La debutante Arkasha Stevenson sorprendió con esta ‘precuela’ de la mítica La profecía, de Richard Donner, en la que se contaba la historia de Damien, un niño que era el enviado del diablo para sembrar el mal en la tierra. Ahora se escarba en sus orígenes antes de nacer para conocer la identidad de su progenitora. Sin embargo, eso termina siendo lo de menos, porque nos encontramos ante una película que adquiere una dimensión absolutamente independiente, repleta de personalidad y en la que podemos rastrear un crisol de referencias del cine de terror clásico y contemporáneo que la convierten en una absoluta delicia para los amantes del género. Además, está impregnada de exquisitez formal y un poderío visual arrollador.

Otra primera película absolutamente sorprendente dispuesta a romper esquemas. Zoë Kravitz se pone por primera vez detrás de la cámara para componer una sátira retorcida en torno al patriarcado y las diferentes formas de violencia que puede ejercer sobre las mujeres.

La directora reúne un reparto coral desconcertante (en el que recupera a estrellas olvidadas de Hollywood) para componer un dispositivo narrativo que juega con los géneros y las expectativas, los elementos subliminales y la extrañeza para, finalmente, reinventar el ‘rape and revenge’ desde el punto de vista femenino y hablar del abuso de poder del hombre en la era del Me Too.

Una película provocadora con una última parte realmente espeluznante que nos lleva por una estructura lisérgica que nos introduce en el terreno de la paranoia.

Se ha convertido en una de las revelaciones de la temporada de premios dentro de la esfera del cine independiente, hasta el punto de acumular cinco nominaciones en los Independent Spirits Awards.

Jane Schoenbrun, que se identifica como persona no binaria, ha compuesto una fábula adolescente con claras referencias nostálgicas al cine de los años ochenta y con elementos fantásticos en la que dos jóvenes quedan marcados por un programa de televisión, hasta el punto de no poder distinguir entre la realidad y la ficción el resto de sus vidas. Una deliciosa y también cruda visión sobre cómo crecer cuando te sientes diferente.