Desde que se presentó en la Sección Oficial del pasado Festival de San Sebastián, la película Cónclave se ha convertido en una de las favoritas de la temporada de premios. Por el momento, opta a seis nominaciones en los Globos de Oro (entre ellas a mejor película y mejor dirección), es una de las favoritas para los Satellite Awards y los Critics Choice Awards. Además, la Asociación de Críticos Norteamericanos le ha concedido el galardón al mejor reparto que incluye a Ralph Fiennes, Isabella Rossellini, Stanley Tucci, John Lithgow o Sergio Castellito.
La película está basada en una novela de Robert Harris, antiguo reportero de la cadena británica BBC y especialista en thrillers históricos cuya obra nos lleva desde la Antigua Roma a la Alemania nazi pasando por la política actual de su país. Entre sus trabajos, ya habían sido adaptados al cine El escritor y El oficial y el espía, ambas de Roman Polanski o Múnich, en vísperas de guerra.
Basada en una novela de éxito
Ahora le ha tocado el turno a Cónclave, publicada en nuestro país en 2017 por la editorial Grijalbo que se centra en los secretos y juegos de poder que tienen lugar en la celebración de un cónclave papal tras la muerte del Sumo Pontífice y donde se elige a su sucesor en el cargo como jefe máximo de la Iglesia Católica. La novela fue denominada por la crítica como una apasionante versión eclesiástica de House of Cards y, lo cierto, es que el ritmo de suspense que la recorre resulta impecable.
Su adaptación tenía un punto a su favor: era el siguiente proyecto del director alemán Edward Berger después de convertirse hace dos años en la mayor sorpresa de los Oscar al conseguir cuatro galardones por su ‘revisitación’ de Sin novedad en el frente, una película bélica original de Netflix que se transformó en un auténtico acontecimiento.
Ahora el Berger cambia de registro para sumergirnos en las intrigas de poder dentro de un espacio tan peculiar (y desconocido, dado su secretismo) como es esa reunión de máximos mandatarios de la Iglesia dentro del Vaticano que se muestra como una especie de Juego de Tronos en el que encontramos intrigas, secretos y conspiraciones relacionados con ese proceso que termina con la mítica ‘fumata blanca’.
De qué va ‘Cónclave’: secretos e intrigas en el Vaticano
Nuestro hilo conductor a través de esta historia apasionante y repleta de vericuetos narrativos será el cardenal Lawrence (un magnífico Ralph Fiennes), que será el responsable de organizar el cónclave papal, que está dominado por una serie de ritos y de liturgias muy específicas.
El director logra sacar el máximo partido de cada uno de los detalles que rodean a estas prácticas y se encarga de salpimentarlas con poderosos recursos visuales. Al mismo tiempo, también se adentra en las estancias íntimas para descubrir entre cuchicheos los diferentes complots que se traman. Todo a ritmo de thriller en el que cada descubrimiento nos lleva de sorpresa en sorpresa hasta culminar con un final absolutamente inesperado dispuesto a dejar al espectador con la boca abierta. Uno de esos ‘plot twists’ (giros de guion) realmente memorables que coronan una película en la que el rigor se da la mano con un sentido lúdico inesperado que, además, resulta de lo más subversivo.
Luchas ideológicas en la Iglesia
Y es que uno de los pilares sobre los que se sustenta Cónclave es la lucha dentro de la Iglesia entre las posturas más tradicionales y conservadoras y la necesidad de abrir un debate en torno al futuro de la institución a través de una profunda modernización. Un eje que se podría trasladar perfectamente a la guerra ideológica que sacude nuestro tiempo en la que no hay entendimiento entre las facciones que piensan diferente, cada vez más radicalizadas.
Una película, por tanto, que contiene profundas reflexiones en torno a la fe, a las dudas humanas, al perdón y que culmina con una inesperada reivindicación feminista dentro del patriarcado eclesiástico. Si a eso le añadimos su estructura a modo de intriga perfectamente orquestada y que cuenta con una de las mejores interpretaciones del año, la de Ralph Fiennes, tenemos sin duda una de las grandes películas del año.