Estas son las 10 mejores películas para ver en Navidad: un clásico de 1946, Bill Murray en todas sus versiones, elfos y travesuras con Macaulay Culkin

La época navideña tiene sus ritos y, entre ellos está la opción de quedarse en casa el día de Navidad y ver películas con la familia, ya sea a modo de maratón o de forma independiente. Por eso, hacemos un repaso de algunos de los clásicos que más se consumen por estas fechas de forma tradicional, así como dónde podemos verlos. Como novedad recién llegada a las plataformas, también se puede disfrutar de Red One en Prime Video, que tiene todos los elementos para formar parte de esta lista en los próximos años.

Aunque en su estreno fue un éxito inmediato, lo cierto es que la película de Richard Curtis fue poco a poco convirtiéndose en un clásico contemporáneo gracias a los espectadores que volvían a verla siempre en la época navideña en la que transcurre, hasta convertirse en una cinta imprescindible de las fiestas.

Una comedia romántica de historias cruzadas con un reparto coral impresionante que abarcaba desde Keira Knightley a Hugh Grant, pasando por la presencia inolvidable de Bill Nighy como viejo rockero sarcástico. Lo mejor es que cada uno tiene su relato favorito, ya sea tenga más emoción, lágrimas, amor o risas.

Una de las películas que marcarían los años ochenta y que continúa dando secuelas, como la reciente Cazafantas: Imperio helado. Los magos de la comedia Ivan Reitman, Harold Ramis, Rick Moranis y Dan Aykroyd compusieron una historia de aventuras y amistad sobre un grupo de especialistas en atrapar fantasmas o, como lo llaman en la película, ‘ectoplasmas’. Todos ellos participan en la película con sus ya clásicos atuendos y parafernalia, junto a Bill Murray y Sigourney Weaver, en uno de los papeles más simpáticos de su carrera. Puede que los efectos especiales se hayan quedado anticuados, pero sigue manteniendo intacta todas sus dosis de encanto.

Dicen que en los ochenta la mayoría de las películas tenían un tono blanco para todos los públicos pero, sin embargo, esta película se desmarcó de la tónica general al acercar el cine de terror a toda la familia. La dirigió Joe Dante, con guion de Chris Columbus, que más tarde sería el responsable de Solo en casa y de las dos primeras entregas de Harry Potter y fue producida por Steven Spielberg, que se enamoró del personaje de Gizmo, un adorable Mogwai que se multiplicaba y convertía en monstruosas criaturas si no se cumplían tres reglas fundamentales: no exponerlo a la luz del sol, no mojarlo y no darle de comer después de medianoche. Una película gamberra y repleta de humor negro y corrosivo que continúa manteniendo intacta su esencia.

Bill Murray fue uno de los cómicos imprescindibles de la década de los ochenta, antes de convertirse en un actor serio gracias a Lost in Translación. En esta ocasión, se sumergió en una sátira del clásico literario ‘Un cuento de Navidad’, de Charles Dickens a través de un personaje que no creía absolutamente en nada y que era tacaño, desagradable y cruel con todos aquellos que le rodeaban. Así, recibirá la visita de tres fantasmas que le mostrarán su presente, su pasado y su futuro. Cada capítulo será más oscuro que el anterior, pero cada uno de ellos está impregnado con el humor característico de actor. Continúa siendo un deleite para niños y mayores.

De nuevo Bill Murray encarnando a un personaje ‘desagradable’ que tendrá que mejorar su actitud si quiere salir, en esta ocasión, de un bucle temporal que lo obliga a vivir dentro de un mismo día, en concreto, ‘el día de la marmota’. Una película que ha quedado incrustada en el imaginario popular y que, como le ocurre al propio Murray, se puede ver una y mil veces sin que pierda un ápice de su magia. El actor junto a Andy McDowell encarnan a una pareja ‘antirromántica’ para el recuerdo.

Si Bill Murray lideró con su ingenio los ochenta, Will Ferrell hizo lo propio con los 2000, después de salir también de la factoría Saturday Night Live. Después de Movida en el Rockbury, Elf, fue su primer gran papel protagonista y su punto de partida no tiene desperdicio: un niño humano que por error se mete en el saco de Santa Claus y será criado por los elfos. 30 años después, convertido en un adulto y con una estatura que triplica a la de su familia adoptiva, se embarcará en un viaje a Nueva York para buscar a su padre... por supuesto, vestido de elfo. Tan desternillante como repleta de frescura a la hora de darle la vuelta a los clásicos navideños con mucho sentido del humor.

Todos los años, desde tiempos inmemoriales, alguna cadena programa la que podríamos considerar como el tótem de las películas navideñas o, lo que es lo mismo, esta película de Frank Capra protagonizada por James Stewart en la que encarna a un modesto ciudadano que, el día de Nochebuena decide suicidarse por la pérdida de una gran cantidad de dinero. Sin embargo, cuando esté a punto de hacerlo, ocurrirá algo inesperado. Una fábula que ya es una leyenda del séptimo arte y que insufla, como bien dice su título, ganas de vivir a pesar de las adversidades que nos rodean. Por eso, su mensaje no tiene fecha de caducidad.

Sirve para Navidad y para Halloween, como casi todas las películas de Tim Burton, que tienen una doble faceta entre lo luminoso y lo oscuro. En realidad la dirigió Henry Selick a partir de una idea del director, que también se encargó de crear a los personajes, entre ellos a Jack Skellington, una calavera andante que descubrirá la Navidad y, para ello, secuestrará a Santa Claus, para hacer una versión totalmente macabra dentro de su mundo de Halloween. Una película repleta de imaginación y con canciones míticas de Danny Elfman.

La antítesis de Papá Noel, tenía que adquirir protagonismo en algún momento. Así, Jim Carrey, en uno de sus momentos de máxima popularidad, se transfiguró en una criatura verde, como una especie de ogro, que odia la Navidad y que está radicalmente en contra de su espíritu de felicidad. Está basado en el cuento de Dr. Seuss. Ha tenido su continuación en versión animada y ambas hacen las delicias de los más pequeños de la casa, a los que les encanta este gruñón personaje.

Uno de los éxitos de taquilla más estratosféricos de todos los tiempos y que catapultó al pequeño Macaulay Culkin al estrellato. Una película disfrutona en la que un niño (que se queda solo en casa) se encarga de hacer la vida imposible a dos ladrones que quieren robar en el vecindario durante las vacaciones de Navidad. Se harían miles de secuelas, pero solo la primera conserva el aroma de clásico juguetón en el que hay risas, trastadas a ritmo vertiginoso y un montón de ingeniosos juegos que pasan de inocentes a peligrosos.