Luis González Páramo, el actor que dio vida al peor de los hermanos Malasombra en la emblemática serie infantil Los Chiripitifláuticos y que desarrolló una prolífica carrera en televisión, cine y teatro, falleció este viernes por la mañana a los 85 años en Barcelona, según informó su familia a la agencia EFE.
Nacido en Lugo en mayo de 1940, en el seno de una familia numerosa, era el menor de diez hermanos. Su personaje en Los Chiripitifláuticos marcó un hito entre los niños de la España de los años 60 y 70. Junto a Carlos Meneguini, quien interpretaba al otro hermano “malo”, se convirtieron en un dúo inolvidable gracias a sus actuaciones y a su popular canción: “Somos malos Malasombra, somos malos de verdad”. Enfundados en disfraces de pistoleros, los hermanos Malasombra aportaron un toque de humor y picardía a esta serie de televisión en blanco y negro, que fue transmitida entre 1966 y 1974. Los personajes de Los Chiripitifláuticos, como Locomotoro, Valentina, el Tío Aquiles o el Capitán Tan, quedaron grabados en la memoria de una generación.
La carrera de González Páramo, sin embargo, trascendió su rol en esta serie infantil. Su voz grave y envolvente le abrió camino en el mundo del doblaje, donde destacó al prestar su talento a figuras icónicas como Orson Welles y al personaje animado del Profesor Moriarty. Su versatilidad lo llevó también a participar en el teatro y el cine, configurando una trayectoria notable dentro de las artes escénicas españolas.
En busca de oportunidades, González Páramo dejó su Lugo natal y se trasladó a Madrid para estudiar. Aunque provenía de una familia con tradiciones marcadas hacia las ciencias económicas, prefirió seguir su vocación artística e ingresó en la Escuela de Cine. Su dedicación le llevó a obtener una mención honorífica, un logro que su familia recuerda con cariño, destacando además su arraigada identidad gallega.
Trabajó para teatro, cine, televisión y doblaje
Su incursión en el teatro comenzó con el Teatro Popular Universitario y como miembro fundador del grupo experimental Los Goliardos. Por otro lado, su primera experiencia en el cine fue en 1965 con un cortometraje basado en la obra El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio. Posteriormente, participó en títulos como La señorita Trevélez (1969), una adaptación cinematográfica de la obra teatral de Carlos Arniches. Su trabajo en televisión incluyó producciones como El mariscal del infierno (1974), Este señor de negro (1976) y la célebre serie histórica sobre Ramón y Cajal (1982). Además, tuvo destacadas participaciones en espacios teatrales como Estudio 1 y en series como Crónicas de un pueblo.
No solo participó como actor, sino que también asumió la función de realizador en Televisión Española (TVE) y dirigió los estudios de grabación y doblaje Video Fonic, demostrando un espíritu inquieto y multidisciplinario.
La familia de González Páramo le define como “gallego hasta el final”. Su talento, su carisma y su contribución al entretenimiento marcaron profundamente la televisión y el cine de su época, dejando un legado que será recordado por aquellos que crecieron viendo su trabajo. Su fallecimiento cierra un capítulo importante de la cultura audiovisual española, pero su impacto perdurará en generaciones futuras.