Si el año pasado, el 2023, estuvo prácticamente monopolizado por una sola película, la superproducción de Netflix La sociedad de la nieve, de J.A. Bayona, 2024 se ha caracterizado por la variedad a través de un crisol de propuestas de la más diversa estirpe en el que encontramos todos los géneros posibles.
Han habido ‘pequeños-grandes’ fenómenos a nivel de taquilla, como El 47 o La infiltrada, de Arantxa Echevarría, pero en esta ocasión nos encargamos de aglutinar las películas más arriesgadas que han pasado por la cartelera, aquellas que han desafiado los convencionalismos y se han atrevido a componer trabajos con unas buenas dosis de valentía kamikaze.
‘Salve María’, de Mar Coll
Mar Coll fue una de las pioneras de la nueva ola de cine dirigido por mujeres en nuestro país con la película Tres días con la familia. Ahora, a partir de la novela Las madres no, de Katixa Agirre, compone un angustioso y asfixiante drama doméstico que se convierte en thriller ‘pesadillesco’ cuando una mujer que acaba de tener un bebé comienza a obsesionarse con el filicidio.
Una obra oscura, perturbadora, que navega entre lo real y lo imaginado, entre lo atávico y lo literario, que remite a las tragedias clásicas y que se ancla en nuestro presente para hablar de la maternidad y la depresión posparto de una manera reveladora. Una de las obras más valientes y subversivas del cine español reciente.
‘Polvo serán’, de Carlos Marqués-Marcet
Carlos Marqués-Marcet se había especializado en dramas generacionales anclados en la realidad (como 10.000 km.) y, en esta ocasión, también parte de ella, pero lo hace de una manera muy diferente, a través de la música y las coreografías que se insertan dentro de la narración en un ejercicio de lo más audaz dentro de nuestro cine.
¿Un musical sobre la eutanasia? Polvo serán es mucho más que eso, es una obra libérrima, repleta de experimentación y que se atreve a tratar la enfermedad y la muerte desde una perspectiva que no habíamos visto nunca, entre la paradoja del fin de la existencia, el dolor que conlleva y su aceptación serena. Ángela Molina y Alfredo Castro realizan sendos ejercicios de composición titánicos y la banda sonora de María Arnal y las coreografías de La Veronal aportan un toque de extrema distinción.
‘La habitación de al lado’, de Pedro Almodóvar
Está hablada en inglés, pero se trata de una producción totalmente española a cargo de El Deseo. Pedro Almodóvar continúa su senda de depuración formal y estilística en esta película que se convierte en uno de los grandes logros de su carrera reciente.
Una película serena por fuera y tumultuosa por dentro, un melodrama tan austero como luminoso repleto de hilos que se entretejen para configurar una de las relaciones de amistad más hermosas del cine reciente, la que establecerán los personajes de Julianne Moore y Tilda Swinton en la pantalla y que queda en el recuerdo para siempre, en la vida, en la muerte y más allá. La primera película española que gana el León de Oro en el Festival de Venecia, una obra exquisita, moderna y que encoge por dentro.
‘Los destellos’, de Pilar Palomero
Después de Las niñas y La maternal, la directora adaptaba un relato de Eider Rodríguez, también sobre la enfermedad y la muerte (como en el caso de Polvo serán y La habitación de al lado) pero, en este caso, desde el punto de vista de una mujer que acompañará a su ex marido en la última etapa de su vida, al mismo tiempo que recuerda su pasado y toma conciencia de su presente.
Una película delicadísima, en la que Pilar Palomero se confirma como una de las voces autorales más importantes de nuestro país, capaz de narrar prácticamente sin palabras el duelo y dotarlo de una consistencia emocional reveladora. Enormes Patricia López Arnaiz y Antonio de la Torre.
‘Segundo premio’, de Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez
Ganó la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga y es la película que ha seleccionado España para competir en los Oscar. Se trata de un ‘biopic’ musical en torno al grupo musical Los Planetas pero, más allá de las referencias autobiográficas, la película de Isaki Lacuesta y Pol López es capaz de capturar todo el espíritu generacional de los años noventa, así como el ambiente musical de la ciudad de Granada.
Todo ello a través de los diferentes puntos de vista de los protagonistas y de lo que supone el propio proceso de creación para cada uno de ellos. Una película que conecta al mismo tiempo con el ‘indie’ y el ‘mainstream’ y que está dotada de una enorme frescura y capacidad para experimentar con el lenguaje cinematográfico. Sus tres protagonistas, Daniel Ibañez, Cristalino y Stéphanie Magnin, suponen un auténtico descubrimiento.
‘Volveréis’, de Jonás Trueba
Resultó vencedora en la pasada edición de la Quincena de los Cineastas del Festival de Cannes y es la única película española que se encuentra dentro de la prestigiosa lista de lo mejor estrenado este año en Cahiers du Cinema.
Jonás Trueba da un paso más allá dentro de su particular universo para componer una ‘anti-comedia’ romántica sobre una pareja (sus actores fetiche Itsaso Arana y Vito Sanz), que deciden celebrar su ruptura después de muchos años juntos.
Una película que contiene una reflexión ‘metacinematográfica’ sobre el propio género pero que, sobre todo, es un delicioso artefacto en el que el cine y la vida se funden y se confunden de una manera tan chispeante como arriesgada, gracias a su voluntad explícita de alejarse de las narraciones convencionales para reivindicar la diferencia.
‘La virgen roja’, de Paula Ortiz
Paula Ortiz sigue demostrando que es una de las cineastas más superdotadas de la escena nacional en esta película que adapta uno de los casos más incomprensibles de la crónica negra hispana, el asesinato de la joven prodigio Hildegart Rodríguez por parte de su madre Aurora.
La película nos sumerge en los tiempos de la República a través del activismo feminista dentro del panorama convulso de la época y de cómo los ideales se van descomponiendo por culpa del fanatismo ideológico.
Najwa Nimri y Alba Planas encarnan los personajes protagonistas de una ficción sofisticada en la forma y sobrecogedora en el fondo.
‘Escape’, de Rodrigo Cortés
A Rodrigo Cortés le ponen los retos, ya sea componer una película dentro de un ataúd, como hizo en Buried o hacer saltar por los aires todas las convenciones genéricas habidas y por haber para confeccionar una obra que muta a cada momento y nos lleva por el drama, la comedia, el musical y la sátira social (y filosófica) integrando todos esos elementos sin que le tiemble en ningún momento el pulso.
Es tan brillante como desconcertante y por eso merece todos los respetos. Una película española producida por Martin Scorsese, hasta en eso, es particular.
‘Nina’, de Andrea Jaurrieta
A Andrea Jaurrieta también le gusta escapar de los clichés, como demostró en su ópera prima Ana de día. Ahora, regresa con un atípico western de venganza femenina en el que apuesta por una fuerte estética conceptual (todo al rojo) y por un planteamiento que se encarga de subvertir los tradicionales presupuestos patriarcales. Una ‘rara avis’ con garra y personalidad.
‘Casa en flames’, de Dani de la Orden
Dani de la Orden ha conseguido por fin que una de sus películas no sea solo un éxito de taquilla, sino que también se convierta en favorita de la crítica (es la más nominada para los premios Feroz). A través de un reparto coral espectacular, capitaneado por la veterana Emma Vilarasau, acompañaremos a los miembros de una familia mal avenida durante un fin de semana en Cadaqués para ir descubriendo, a ritmo de comedia negra, todos sus secretos, frustraciones y enfrentamientos. Una película que es ya un ‘merecidísimo’ clásico-moderno de nuestro cine.