Se estrenó en 2018 y pasó prácticamente desapercibida por la cartelera de nuestro país. Sin embargo, ahora parece tener una nueva vida en Netflix ya que, desde que se incorporó a su catálogo, se ha situado durante varias semanas en el top 5 de películas más vistas dentro de la plataforma de streaming.
Se trata de Gorrión rojo, y fue el siguiente proyecto de Francis Lawrence después de la taquillera saga de Los juegos del hambre. En ella intentó separarse por completo de la franquicia de aventuras que le dio la fama, para adaptar una novela de espías escrita por Jason Mattews.
Para ello, no dudó en darle el protagonismo a su musa, Jennifer Lawrence, también sedienta de alejarse del papel de musa ‘millennial’ de Katniss Everdeen y abordar otro tipo de papeles más arriesgados y adultos. Precisamente, acababa de estrenar otra propuesta tan radical y controvertida como fue Madre!, de Darren Aronofsky, en la que la actriz se entregó por completo a pesar de su carácter salvaje y excesivo.
De qué va ‘Gorrión rojo’
En Gorrión rojo, interpreta a Dominika Egorova, la bailarina estrella de la prestigiosa compañía de Teatro Bolshói. Durante una de las representaciones, sufrirá un accidente en el escenario y no podrá volver a ejercer su profesión. Así, pasará de ser admirada, a convertirse prácticamente en una persona desamparada, sin dinero y al cuidado de su madre enferma.
Será por esa razón por la que decidirá acceder a la extraña petición de un alto mandatario de los servicios secretos rusos, que, después de tenderle una trampa, la obligará a introducirse en un programa de formación ultra secreto cuyo nombre en clave responde al de “gorriones rojos” o, lo que es lo mismo, jóvenes que, por su alto atractivo físico, serán instruidos en el terreno de las artes amatorias para servir de cebo a sus posibles víctimas.
La escuela en cuestión está regentada por una especie de institutriz (interpretada por Charlotte Rampling), que le enseñará a sus alumnos a no tener sentimientos ni emociones humanas. Todo a base de humillaciones físicas y psicológicas que incluyen obligar a realizar felaciones a sus compañeros en público o a ver películas pornográficas.
Una película arriesgada con muchas dosis de sexo
Lo cierto es que Gorrión rojo es una película en la que el sexo se encuentra siempre en primer plano. Además de desnudos integrales, encontramos lecciones de sadomasoquismo y algunas prácticas que rozan el ‘torture porn’, algo bastante inusual en una producción de estas características.
En su momento, muchos establecieron un paralelismo entre la película y Los juegos del hambre porque, al fin y al cabo, se trataba también de una cuestión de supervivencia, a base de engaños y asesinatos, también orquestados por un régimen totalitario, en este caso, el ruso.
La novela en la que se basa, del mismo título, recoge cierta herencia del maestro del género, John LeCarré, pero después una perspectiva más arrebatada, de forma que nos introduce en un universo de pasiones oscuras, de violencia y de sexo. En ella no hay prácticamente acción, sino más dosis de thriller psicológico. Sin duda, una apuesta arriesgada que ahora ha encontrado el beneplácito de los espectadores.