El nombre de Karla Sofia Gascón apareció como un torbellino en el pasado Festival de Cannes, donde presentó la película de Jacques Audiard Emilia Pérez y consiguió, junto a todas sus compañeras de reparto (Zoe Saldaña, Selena Gomez y Adriana Paz) el premio a la mejor actriz, convirtiéndose en la primera intérprete ‘trans’ en alcanzar este reconocimiento.
Desde ese momento, ya mostró su activismo al recoger el galardón, en un discurso memorable que se convirtió en el foco de atención por su carácter reivindicativo en torno a la ‘transfobia’ instalada en buena parte de la sociedad. “Se lo dedico a todas las personas ‘trans’ que estamos sufriendo todos los ‘putos’ días y que nos denigran. Todos tenemos la oportunidad de cambiar a mejor, a ver si cambiáis, cabrones”, dijo.
Más allá de polémicas, como la que tuvo en su participación en El Hormiguero, con ese desparpajo que la caracteriza y su ya mítico ”Me vais a comer el conejo”, la española Karla Sofía Gascón se ha situado como una de las favoritas para ser nominada al Oscar este año junto a nombres ilustres como los de Nicole Kidman o Angelina Jolie.
Y es que su papel en Emilia Pérez es de esos que se te quedan grabados para siempre en la memoria. En ella interpreta a un temido narcotraficante que quiere cambiar de sexo, para lo que le pedirá a una abogada que le ayude. Años más tarde, se reencontrará con ella ya convertido en una mujer que quiere restaurar el daño que había hecho cuando era un hombre cruel y sanguinario. Todo eso dentro de una narración que alterna números musicales con una profunda reflexión en torno no solo a la identidad de género, sino también a la violencia sistémica que se ejerce sobre las mujeres, sobre todo en un país como México en el que se disparan las cifras de feminicidio.
Karla Sofía Gascón es Emilia Pérez
¿Qué supuso para usted recibir la propuesta de esta película?
La verdad es que, al principio, no se podía saber la dimensión que alcanzaría. Era una película independiente dentro del cine francés que podría haber tenido un recorrido por cuatro festivales. Un director amigo mío me dijo cuando la estábamos haciendo: hay dos maneras de hacer cine, para ganar dinero o para ganar aplausos. Y esta película ha terminado conjugando ambas cosas, porque lo más complicado es llegar al público a través de una película de autor.
¿Y qué piensa que hace especial a Emilia Pérez para que combine ambas facetas?
Yo creo que la clave está en que toma riesgos, no repite clichés, es una película con personalidad. Es un drama, es un musical, es muchas cosas. Pero el mérito lo tiene Jacques Audiard, que es un artista. Hay gente a la que le dices, venga, píntame este cuadro igual que el que ha pintado Picasso y te lo pinta exactamente igual. Pero, qué mérito tiene eso. Hay personas que hacen la diferencia, que se atreven a romper las reglas, a aportar su imaginación y componer algo único. Yo me identifico mucho con todo ese espíritu.
Además de mezclar los géneros, Emilia Pérez también habla de cosas importantes
Habla de cosas muy importantes y pone temas complicados sobre la mesa para que los espectadores reflexionen por sí mismos. Siempre va a haber alguien que diga cosas negativas, es muy fácil destrozar cualquier película, sacar algo malo, también de las personas, es lo más simple del mundo.
Pero de la destrucción no se saca nada bueno
Es que los seres humanos somos así. Se puede hundir algo en cinco segundos, incluso la vida de las personas. En el caso de Emilia Pérez, se ha dicho que revuelve muchas cosas, sobre todo en México, donde algunas voces han dicho que por qué tenía que venir un francés a hablar de su país, como si solo ellos tuvieran la potestad. Para mí, la creación es un acto universal, porque todos los seres humanos nos nutrimos los unos de los otros. A Picasso no le cayó una bomba para poder pintar el Guernica. Le podrían decir, ¿con qué valor te pones a pintar sobre eso? Me parece absurdo a más no poder, es de imbéciles.
¿Se refiere, por ejemplo, a que la película aborde el feminicidio en México, del narcotráfico, de la transexualidad...?
Ya sabes cómo es la gente. Cuando mezclas el narcotráfico con la música, hay personas que lo malinterpretan. Pero, ¿tú me vas a venir a decir a mí lo que hay que hacer a la hora de crear? Que cada uno haga lo que le dé la gana. Pero en mi parcela, no venga usted a decirme a mí lo que tengo que hacer. Hay personas a las que les molesta que las cosas se salgan del molde preestablecido, porque les ofende.
Cómo romper las reglas del sistema
¿Quiere usted romper las reglas del sistema?
Yo las rompo todos los días desde que me levanto hasta que me acuesto. Si yo hubiera hecho caso a lo que me decían no estaría aquí, estaría pelando cables o haciendo cualquier otra cosa en una empresa de electrónica y electricidad, que es lo que estudié. Estaría poniendo resistencias y alternadores.
¿Piensa que hay que ser valiente y arriesgarse?
Creo, sinceramente, que cuando tenemos que tomar una decisión, el camino correcto es el que no quieres tomar, el que va a resultar más complicado, más difícil, con el que vas a sufrir más. Porque lo normal es tomar el camino más acomodaticio, el fácil, que es lo que normalmente hacemos los seres humanos. Pero, ay, amiga, después no te quejes, porque después vas a estar jodida. Si tomas el camino difícil, terminarás encontrando la calma, vas a crecer como ser humano, porque nadie crece de verdad si vive como un gato, sin que le pase nada, más que comiendo, trabajando y viendo la televisión. ¿Cuál es el propósito de la vida si no evolucionas, si no tienes experiencias profundas? El mejor camino es aquel que duele. A mí todos los caminos que he tomado en mi vida, me han dolido.
¿Qué significa para usted la libertad?
Hacer lo contrario de lo que la gente espera de mí. La libertad real es cuando alcanzas ese nivel en el que dices, bueno, yo no tengo que hacer lo que a ti te venga en gana, lo que se supone que se espera de mí. La libertad es cuando no se espera nada de nadie. Estamos acostumbrados a tener que fingir todo el rato, para tener pareja, para tener trabajo. Estamos todo el día fingiendo, y eso es lo que también le pasa a Emilia Pérez. Al final, lo único que estamos haciendo es sobrevivir, intentar sacar las castañas para el día siguiente para poder comer. Y a veces nos comportamos como un rebaño de ovejas falsas.
Sin embargo, usted se ha caracterizado, desde el principio, en decir las cosas claras, aunque molesten
Todo el rato es lo mismo. Todo el mundo dice exactamente lo mismo, tiene como un discurso aprendido y lo repiten igual, el mismo rollo. Y piensas, ¿no te aburres a ti mismo?
Usted no es precisamente de seguir el guion
Yo no, a mí no me gusta. Es más, ni siquiera en Emilia Pérez lo hice. Es una buena definición de cómo soy, no tengo guion, no soporto que nadie me diga lo que tengo que hacer.
¿Tiene esperanza en que las cosas cambien?
Tengo esperanza en el ser humano, sí. No tenemos otra porque si no, nos autodestruiríamos. Tenemos que aceptarnos tal y como somos, pero intentar ir evolucionando. No sé si terminaremos dominados por laS máquinas como Terminator, por la Inteligencia Artificial. ¿Cuál será la siguiente escala de la evolución? No se sabe, por eso hay que confiar e intentar ser menos dañinos.
Una actriz y una película valiente
¿Piensa que Emilia Pérez es una película política?
No sé si Jacques Audiard la hizo con esa pretensión. Yo creo que no, que no quería hacer una película reivindicativa ni revolucionaria, simplemente ha hecho lo que le ha venido en gana, y lo que ha podido, claro. Ha ido pillando cosas de muchos sitios, las mejores cosas de los demás, porque es un tipo muy inteligente. Para mí eso es ser un gran creador, que se rodea de gente con talento como él para hacer algo grande y bonito.
El solo hecho de que en la película las mujeres sean protagonistas, que se hable de esa manera de la diversidad, de la inclusión, de la identidad, ya es algo muy político
Sí, sí, es cierto. Eso es lo bueno de Emilia Pérez, que cada uno puede interpretarla de una manera y sacar sus propias conclusiones. Pero para mí es una película mutante, que ha ido cambiando y completando capas, de lo superficial a lo más profundo.
¿Cómo ha sido su experiencia con sus compañeras de reparto?
Yo había trabajado en México con ‘estrellitas’ que no eran estrellas y se comportaban como tal. Las verdaderas estrellas son de lo más normales. Yo tenía mucho miedo antes de que vinieran, porque no sabía qué me iba a encontrar. Y al final, me encontré con dos actrices, Zoe y Selena, con los mismos miedos e inquietudes que yo. Creo que lo único que queríamos todas era hacer el mejor trabajo posible. Cuando trabajas creyendo que cuanto peor estén las demás más brillarás tú, es cuando peor salen las cosas. Si la otra persona brillas, más brillarás tú.
También eso tiene que ver con la ‘sororidad’ femenina
Claro. Estamos muy unidas, nos tenemos un cariño enorme, con Selena, con Zoe, con Adriana. Y con Audiard, que se ríe tanto de sí mismo. Es muy gracioso. Las personas que más se ríen de sí mismas, son las más inteligentes.