Mucho antes de convertirse en la estrella de cine que es ahora, Margot Robbie solo era una actriz más buscando hacerse un hueco en Hollywood. La actriz procedía de una pequeña gran isla llamada Australia, había hecho un par de series no muy conocidas y tenía aun mucha experiencia por ganar. Pero todo cambiaría con una película, El lobo de Wall Street, en la que no solo se daría a conocer al gran público, sino que también sería capaz de demostrar su ingenio y su valentía al proponer ella misma la que terminaría siendo una de las escenas más icónicas de la película.
Margot Robbie tenía apenas 22 años cuando se presentó en el set de una película liderada nada menos que por Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio, director y actor de primera y quienes ya habían colaborado en numerosas ocasiones y volverían a hacerlo con Los asesinos de la luna. No obstante, la actriz no sintió la presión de estar debutando en Hollywood a lo grande sino que quiso aprovechar la oportunidad para dar el máximo de ella misma. Todo ello dando vida a Naomi Lapaglia, la mujer de la que se quedaba enamorado el bróker Jordan Belfort (DiCaprio), y con la que se terminaba casando. Cuando llegó una de las escenas más importantes del filme, en la que ambos tenían que mantener relaciones sexuales, a Robbie se le ocurrió una idea.
“Scorsese me dijo: ‘Quizá puedas ponerte una bata si no te sientes cómoda’. Pero eso no es lo que ella haría en esa escena”, explica la asutraliana, quien más de diez años después se ha pronunciado sobre su personaje y sobre la decisión que marcaría por siempre su carrera, la de aparecer desnuda en el filme: “La cuestión es que va a salir completamente desnuda; ésa es la carta que está jugando ahora mismo, explicaba la actriz, quien finalmente desechó la idea del director de Taxi Driver y se atrevió a actuar desnuda en la película. La del desnudo no fue la única idea brillante que tuvo la australiana, pues confiesa que también improvisó la escena del tortazo a DiCaprio, aunque en su momento le jugase más de una mala pasada.
El año del descubrimiento
“Pensé: ‘Podría besar a Leonardo DiCaprio ahora mismo, y sería increíble. Estoy deseando contárselo a todos mis amigos’. Y luego pensé que no. Y le golpeé en la cara. Hubo un silencio sepulcral durante lo que pareció una eternidad, pero que probablemente fueron tres segundos”, admite la actriz, aunque reconoce que en realidad no pasó nada. “Se echaron a reír. Leo y Marty se reían mucho. Dijeron: ‘Ha sido genial’. Yo pensaba: ‘Me van a arrestar, estoy seguro de que eso es agresión. No sólo no volverás a trabajar, sino que irás a la cárcel por esto, idiota’. ¿Y por qué tuviste que pegarle tan fuerte? Deberías haberlo hecho más suave”, recuerda la australiana tanto tiempo después.
El tiempo le daría la razón, y con su desparpajo e ingenio Robbie llegaría hasta lo más alto. Ese mismo año estrenaría Una cuestión de tiempo, la comedia romántica protagonizada por Domnhall Gleeson y Rachel McAdams, pero con El lobo de Wall Street daría el salto a la fama que confirmaría posteriormente en películas como Focus, Escuadrón suicida o Yo, Tonya, con la que conseguiría su primera nominación al Oscar. Tanto tiempo después, Robbie se ha establecido no solo como una de las mejores actrices de su generación, sino también como una figura importante en la industria en calidad de productora. Después de todo, ha demostrado tener ideas de sobra a la hora de hacer una película.