Ella trabaja en un bar y tiene pensado buscarse la vida en Canadá. Él es médico internista. Ambos se conocerán en una Nochevieja cuando acaban de cumplir, ese mismo día de paso, y por solo unas horas de diferencia, los treinta años. Son Ana y Óscar o, lo que es lo mismo Iria del Río y Francesco Carril, los protagonistas de una de las series más esperadas de la temporada, Los años nuevos, creada por el multipremiado Rodrigo Sorogoyen junto a Paula Fabra y Sara Cano para Movistar Plus+.
A través de diez capítulos conoceremos los itinerarios de nuestros protagonistas justo durante el espacio que separa el fin de año y ese día uno de enero en el que, se supone, toca poner en práctica los nuevos propósitos. Así, Ana y Óscar irán evolucionando, se enamorarán, se separarán, se echarán de menos y formarán sus respectivas vidas, aunque no tengan muy claro su futuro. Todo eso, a lo largo de diez años, que los llevarán de la treintena a la cuarentena, cuando las decisiones parece que se tornan más serias.
Dos actores marcados por la complicidad
A Iria del Río, que encarna a Ana, la habíamos visto en multitud de papeles secundarios hasta que alcanzó el protagonismo con la singular El increíble finde menguante, una película de ciencia ficción ‘indie’ sobre bucles temporales. A partir de ahí, ha encabezado el reparto de Visitante o el original de Netflix Infesto. Sin embargo, este es su proyecto más importante hasta la fecha.
“Yo había hecho un casting para la serie Antidisturbios y, los castings con Rodrigo Sorogoyen son como sesiones de trabajo, porque duran horas. Ahí tuvimos la oportunidad de conocernos y me dio un personaje en la serie. Al cabo de un tiempo, me dijo que tenía un nuevo proyecto en mente y que había pensado en mí. Pasaron dos años y me llamó para decirme que iba adelante. Me contó sobre lo que iba y me quedé prendada”, cuenta la intérprete a Infobae España.
En cuanto a Francesco Carril (Óscar en la serie) es bien conocido por sus papeles en las películas de Jonás Trueba desde su película constitutiva Los ilusos, a la que seguirían Los exiliados románticos, La reconquista o Tenéis que venir a verla.
¿Cree que Rodrigo Sorogoyen se ha ‘Jonás-Truebizado’ en Los años nuevos, por la forma en la que retrata, por ejemplo, las calles de Madrid y el discurso generacional?
“Bueno, yo creo que a los dos les interesan las relaciones humanas, el amor, las historias de pareja. Y los dos se quieren mucho, se respetan y tienen sus diferentes universos, siendo muy coherentes con ellos mismos. Ni uno ni otro cuenta nada que no hayan vivido o que conozcan de alguna forma”.
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De hecho, en la película Volveréis, de Jonás Trueba, aparece el rodaje de Los años nuevos y la protagonista, Itsaso Arana, en un ejercicio de ‘metaficción’, habla con su habitual compañero de aventuras en otras películas o, lo que es lo mismo, Francesco Carril.
Cuenta Iria del Río que Rodrigo Sorogoyen le pidió que estuviera presente en las audiciones de los candidatos a convertirse en su pareja en la ficción. “Era muy importante que los personajes tuvieran química, porque el registro era muy naturalista y se necesitaba que trasmitiéramos complicidad”.
Una crónica generacional desde dos puntos de vista
¿Cómo creen que se encuentran representados los personajes femeninos y masculinos en la serie?
“A mí me han dicho que tengo una masculinidad difusa”, ríe Francesco Carril. “Creo que depende de dónde pongamos el punto de vista”, continúa Iria del Río. “Si la chica hubiera sido “la centrada” y él un desastre, también podría ser un tópico, eso de que las mujeres se supone que aspiramos a una mayor estabilidad en la pareja y de los hombres tienen más problemas con el compromiso, que también es una cosa que está encima de la mesa”.
La actriz cree que su personaje se encuentra en un proceso de autoconocimiento y que, de alguna forma, representa la precariedad a la que se ha visto abocada toda una generación a nivel laboral. “Ella todavía no tiene una solidez económica, porque es muy difícil tenerla, digamos que... para todos. Y eso la frena en ciertas decisiones vitales, que es algo que nos pasa a muchas mujeres, ¿cómo nos vamos a plantear ser madres si todavía no hemos encontrado un equilibrio? En ese sentido, yo he empatizado mucho con Ana desde el principio, comprendo lo que le pasa”.
¿Creen que más allá de ser una serie generacional también es inevitablemente política? ¿De qué manera se relaciona con el mundo en el que vivimos?
“Yo creo que nuestras formas de relacionarnos íntimamente están atravesadas por la política, porque afecta a nuestra manera de vivir y de estar en el mundo. Por eso, los contextos de los personajes están ahí, son muy coherentes porque todos parten de vivencias reales y todos nos podemos reconocer en ellas”, dice Del Río. “También creo que ha habido un deseo de aprender de ese contexto sociopolítico, de manera que toda la obra está atravesada por eso”.
“No se pueden analizar los usos amorosos sin un contexto sociológico, hay muchos factores en juego a la hora de generar vínculos”, añade Carril. “Hace poco leía a un sociólogo que decía que la mejor manera de conocer un pueblo era estudiar aquello que estaba prohibido, es una bonita manera de conocernos, estudiando aquello que no se ha permitido hacer”.
En la serie se abordan muchos temas, ¿cuáles han sido los más importantes para ustedes? “Para mí ha resonado mucho la relación con los padres. Porque ves de dónde vienes, entiendes más a las personas cuando conoces a sus familias”, dice la intérprete. “Y también cómo cambia nuestra forma de ver a nuestros padres a lo largo de los años. Creo que la serie cuenta un poco eso, de manera sutil, de lo que supone para todos el paso del tiempo. Aparte de ser una historia de amor, creo que también habla de que la vida avanza sin que te des cuenta, y de cómo cambiamos la percepción propia y la de aquellos que nos rodean”.