Escenas inconexas y un je ne sais quoi que la convirtió en un canto a la rebeldía con un marcado espíritu femenino. “Es una película muy vital, con una energía muy especial que es difícil de encontrar en el cine”, cuenta Ramiro Ledo, fundador y director de la distribuidora Atalante, a Infobae España. Se refiere a Las margaritas (1966), el clásico de la directora Vera Chytilová que a partir de este viernes se podrá revisitar en las salas de cine españolas en una versión remasterizada.
Irreverente y única, esta cinta clásica (y de culto para muchos cinéfilos) se recupera ahora en 4K de la mano de la empresa española, que la proyectará en ciudades como Barcelona o Madrid. El largometraje de Chytilová se presentó en el Festival de Cannes de 2022, como parte del programa Cannes Classics, y en Berlinale Restrospective en 2023. Ahora, Atalante también ha decidido “reivindicarla”. “Es una película muy icónica y que sonaba mucho en los años del inicio de la cinefilia de los universitarios, pero que yo no había vuelto a ver”, cuenta Ledo a este medio.
La sátira punki de la directora checoslovaca es considerada como una de las primeras obras audiovisuales feministas, además de la predecesora del cine vinculado al Riot Grrrl -el movimiento contracultural norteamericano de la década de los 90 que en el cine se tradujo en un juego de nuevas expresiones-. Tanto es así que fue censurada en su país natal durante siete años por las autoridades locales.
Desafiando las normas de la época en lo que a la mujer concierne, y con un estilo totalmente rompedor, Las margaritas presenta a dos jóvenes que se llaman Marie (interpretadas por Jitka Cerhová e Ivana Karbanová). Cuando se percatan de que el mundo está totalmente corrompido, ambas adoptan una actitud completamente despreocupada ante la vida. Hacen lo que les da la gana: comen, bailan, bromean, tocan la trompeta y se divierten.
Anárquica, alocada y subversiva. #LasMargaritas es una película adelantada a su tiempo, tanto en forma como en fondo.
— Atalante (@atalantefilms) November 26, 2024
📽️Una obra de culto que llega a las salas restaurada en 4K, para poder disfrutar de su festín sensorial como realmente lo merece.
🌼29 de noviembre en cines. pic.twitter.com/q6kVPO1mM5
“Es una película que no es tan conocida, que se ha visto poco, pero de la cual se ha oído hablar mucho”, relatan desde Atalante. Ledo recuerda que, la primera vez que la vio, se le quedaron grabadas esas “escenas pop” que resaltan entre su contenido, pero que, tras verla recientemente, se encontró con un filme completamente distinto. “Me encontré con una obra punkarra que escondía un montón de hallazgos cinematográficos que harían envejecer a cualquier película unos 20 años”, cuenta.
Para poder proyectarla, Atalante ha tenido que estar un año y medio picando piedra con las entidades culturales de la República Checa. “Nos costó cerrar el acuerdo”, indica Ledo. Los derechos del filme corrían a cargo de la Filmoteca y el Archivo Nacional de la República Checa, instituciones “que no están acostumbradas a hacer circular sus películas en el circuito comercial internacional”, añade. El fundador, director y responsable de adquisiciones de Atalante cree que la proyección de este tipo de filmes en la gran pantalla es algo muy “voluntarista”. “En España, este tipo de programaciones no tienen ningún apoyo público”, cuenta.
“‘Las margaritas’ es una obra ‘punkarra’ que esconde un montón de hallazgos cinematográficos que harían envejecer a cualquier película unos 20 años” | Ramiro Ledo, de Atalante
“Rejuvenece el público de los cines”
Al contrario de lo que muchos puedan pensar, Las margaritas es una película capaz de llevar a los centennials que emplean Letterboxd a agotar sus entradas. “Estamos muy contentos con los resultados que han ido teniendo todas las películas restauradas”, cuenta Ramiro Ledo. El clásico de Vera Chytilová no es la primera cinta que proyectan comercialmente. El pasado mes de febrero hicieron lo propio con Las hermanas Munekata, de Yasujirō Ozu, y también con Not a Pretty Picture, de Martha Coolidge, que nunca antes se había estrenado en España (y cuyos derechos fueron complicados de adquirir, pues tuvieron que contactar con el abogado de la directora, afincado en Los Ángeles). “Fue un descubrimiento, porque hasta ahora solo circulaban copias de mala calidad, o casi de tapadillo, por Internet”, dice.
Ledo considera que la recuperación de este tipo de largometrajes, “al contrario de lo que se pudiera pensar, rejuvenece mucho el público de los cines”. Aunque son títulos que pueden estar dirigidos a “segmentos más adultos” o a espectadoras que quizá desean volver a verla para comprobar si supera el test del tiempo, Atalante se ha encontrado con un ímpetu juvenil por descubrir las joyas cinematográficas que, quizá, no pueden ver desde sus pantallas.
“Detectamos unas ganas y una curiosidad por parte de la gente más joven de poder acceder a películas que han conformado el cine del presente”, relata el fundador de la distribuidora que, desde hace más de tres años, tiene el cometido de fusionar los estrenos recientes con la historia del cine a través de “nuevas restauraciones”. También existe ese ímpetu de tener acceso a cintas “que no están disponibles” y cada vez “más gente es consciente de ello”. Entre lo nuevo, lo clásico y lo atemporal, empresas como Atalante buscan ampliar los horizontes de las salas de cine.