La Guerra Civil y posterior dictadura franquista truncó numerosos proyectos educativos que la Segunda República había iniciado. La Iglesia Católica pasó a hacerse cargo de la formación de los más pequeños, inculcando una serie de valores religiosos afines al espíritu conservador y autoritario que el Caudillo procuró inculcar a todos los españoles. Sin embargo, como todo gran sistema, este contó también con algunas excepciones que, precisamente por surgir en ese contexto, llamaron todavía más la atención en todo el mundo.
Excepciones como el Circo de los Muchachos, una escuela de circo -la primera en España- surgida en los años 60 en una comunidad de las afueras de Orense. Esta institución partía de una comunidad creada anteriormente, conocida como La Ciudad de los Muchachos. Allí, se acogía a niños sin hogar de todo el país y se les procuraba una educación para ser críticos y librepensadores. En aquel lugar, los niños tenían incluso moneda propia y pasaporte, además de realizar, en plena dictadura, elecciones democráticas para elegir a sus alcaldes.
50.000 ciudadanos de los que salieron varias estrellas del circo actual
El responsable de este proyecto tan llamativo fue el padre Jesús Silva Méndez, un religioso de ideas de izquierda que logró eludir la cárcel tras la victoria del bando nacional en la Guerra Civil. A finales de la década de 1950, decidió inspirarse en La Ciudad de los Muchachos creada en Estados unidos por otro sacerdote, Edward J. Flanagan, y crear su propia localidad en una finca de 200.000 metros cuadrados a las afueras de la ciudad gallega, llamada Benposta, por donde pasaron unos 50.000 niños de diferentes procedencias y nacionalidades.
En 1963, se creó el Circo de los Muchachos, la segunda escuela de circo de la historia de Europa. Un proyecto pedagógico y social en el que se forjaron figuras circenses tan relevantes como el payaso Pancracio, Suso Clown, Julio Sabala o Marcelo Ndong. Dentro de sus actividades, realizaron proyectos como el TraPaBoCha, para el reciclaje de trapos, papel y chatarra, y también números como La pirámide de arlequines, una figura humana triangular en el que los fuertes integraban la base, los débiles la parte superior, y el niño la cumbre, en un intento por lanzar un mensaje de transformación social.
En la propia finca de Benposta, se instaló un poliedro que que utilizó para realizar allí funciones semanales, donde el Circo fue pionero en realizar números de circo sin animales, algo poco visto entonces en España, pero que luego adoptarían otros circos de renombre internacional, como el Cirque du Soleil.
Una nueva docuserie en Prime Video
Llevar esta parte tan poco conocida de nuestra historia ha sido el objetivo de Elías León Siminiani. El director de otros documentales como El caso Alcàsser o El caso Asunta: Operación Nenúfar ha decidido cambiar de registro y ofrecer una docuserie de cinco episodios, ya disponible en Prime Video. Para ello, tuvo que revisar alrededor de 2.000 horas de material grabado, la mayoría por el propio padre Jesús Silva Méndez que, según palabras del propio Siminiani, “era un obseso de la imagen”.
De este modo, los espectadores de este documental seriado pueden seguir las hazañas de esta singular comunidad circense que, entre otros logros, acabó recorriendo el mundo entero y llenando durante una semana el Madison Square Garden de Nueva York, uno de los recintos deportivos más conocidos del mundo. Así, la utopía republicana y progresista del padre Silva se convirtió en una referencia global y en un proyecto pedagógico y social contrario a lo que ocurría en España durante aquellas décadas, algo que Siminiani muestra con una mezcla de material de archivo y varias entrevistas inéditas.