Grandes escenas, requieren grandes medios. Y ya puedes tener a los actores más preparados del mundo y a uno de los directores más épicos de la historia, que a veces siempre hace falta algo más: unos buenos efectos especiales. Con Gladiator II, el regreso al universo al que nos trasladó Ridley Scott allá por el año 2000 y que ahora regresa con nuevos actores, nuevos escenarios y misma épica, el director se ha propuesto un gran reto. Porque claro, a nuevos tiempos, nuevos desafíos.
Desde el mismo momento en que se anunció Gladiator II se levantó una gran expectación, pero fue con su primer adelanto en forma de tráiler con el que se pudo ver la que es sin duda una de las escenas más complejas de la película. Hablamos de la secuencia de naumaquia, la batalla naval que se libra en la película y que intenta imitar en gran medida las que consta que tuvieran lugar durante la Antigua Roma. Aunque Ridley Scott pueda haber cometido algunas inexactitudes históricas en sus películas y con Gladiator II no haya sido del todo diferente, hay algo con lo que el director y su equipo querían poner toda la carne en el asador. O mejor dicho, toda el agua en el Coliseo.
Para su escena más icónica, paradójicamente, no hubo falta echar ni un mililitro de agua. Al contrario, se hizo todo en seco y a través de efectos especiales como el CGI. No obstante, eso no quiere decir que rodarlo fuese del todo sencillo, nada más lejos de realidad. El director de fotografía de la película, John Mathieson, explicaba en una reciente entrevista a Variety cómo se pudo lograr el efecto y cómo se desarrolló la coordinación para una larga secuencia que ha resultado en una batalla de lo más memorable. “Lo rodamos en seco en SPMT (transportadores modulares autopropulsados), que son bases con múltiples ruedas y dirección. Es como poner una cosa en un monopatín enorme con un montón de ruedas y el tipo camina a su lado y tiene un joystick y lo conduce”, explicaba Mathieson. Pero a ello había que añadir el “más difícil todavía”, los tiburones.
Bailando entre tiburones
“(Ridley) quería rodar todo lo que se pudiera, o todo a la vez. Así que pusimos un montón de cámaras alrededor de la arena porque los barcos se estaban moviendo. No todas las cámaras estarían encendidas todo el tiempo, pero los barcos vendrían hacia ti, la acción vendría hacia ti. Están trazadas para encontrarse con pedacitos de acción a medida que se acercan a ti. Así que tienes que coordinarte mucho, tienes que hablar con todo el mundo”, detalla Mathieson, quien trabajó en la Gladiator original pero ha estado también al frente de películas como Logan, El reino de los cielos o Doctor Strange en el Multiverso de la locura.
Que echasen mano del CGI no significa que prescindiesen del todo del agua. De hecho, el equipo del filme logró contratar el tanque de agua más grande de Europa, y lo llevó al Coliseo que tenían preparado en Malta para rodar la otra parte de la secuencia. “Pusieron el Coliseo ahí, pero solo el borde de la arena y algunas gradas. Así rodamos la otra mitad, la de los barcos interactuando con el agua. Solo hay algunos planos en el agua, pero llevaron más del doble de tiempo de hacer que todo lo que hicimos sin agua, para que veáis lo complicado que es”. Pero hacían falta muchos más recursos para rodar, recursos que Mathieson asegura que no habrían dispuesto de ellos cuando rodaron la entrega original.
“Teníamos estas fantásticas grúas que no teníamos hace 25 años, que te permiten llegar a ciertas alturas y hacer cosas que antes no habrías imaginado Ahora son telescópicas y pueden alcanzar los 75 pies o más, pero nosotros usábamos las cortas para poder movernos”, asegura, Mathieson, quien utilizó varias Alexa Mini LF para las escenas, haciendo uso de zoom para captar buena parte de los movimientos de los actores. “Con un objetivo zoom, simplemente haces zoom. Me temo que, por mucho que admire a los directores de fotografía que eligen el objetivo adecuado, eso no es lo que estamos haciendo aquí. Hay mucha gente que lleva levantada desde las 2:30 de la mañana. Ellos no quieren verte decir, ‘Oh, hay un 35 mm o tal vez un 40 mm’ No. Tienes que estar listo. Tienes que ser rápido. Tienes que estar en ello. Cuando se produce esa energía, o si pasa algo o se rompe en mitad de la toma, tienes que tener algo a lo que cambiar”, concluía el director de fotografía.