“Me hubiese gustado recibir un premio por una película que hubiese hecho este año”, dice entre risas. Antes de comenzar la entrevista, Rose Troche (Chicago, Estados Unidos, 1964) decide inspeccionar los aparatos del gimnasio situado al lado de la sala en la que habla con Infobae España. Tras la escena inspirada en Sangre en los labios, la directora estadounidense habla del “orgullo” que es para ella estar en Madrid para recibir el Premio de Honor de la 29.ª edición de Lesgaicinemad, el festival audiovisual de contenido queer de la capital.
El galardón responde a Go Fish (1994), una película de culto para la comunidad LGTBIQA+ que, además, cumple 30 años. En la cinta, Troche describe una relación lésbica desde la naturalidad. Max, que no tiene demasiada suerte en el departamento amoroso, queda con Ely después de que una amiga le organice una cita con ella. “Una de las cosas de las que me he percatado es que la película era algo nostálgico para muchas mujeres, pero ahora ha entrado en otra fase, ha atravesado otra puerta y ha llegado a un público nuevo”, indica la directora a este medio.
Se refiere a la categoría de culto que ha alcanzado Go Fish entre las nuevas generaciones. “Me he hecho mayor, lo sé porque eso es lo que pasa cuando tu película comienza a considerarse un clásico”, dice. Otro de los elementos que, según ella, explica que la cinta haya pasado el test del tiempo es su capacidad para describir el espíritu de comunidad. “No hay antagonista, solo un grupo de amigas que intentan acercar a dos personas porque pueden ver algo que a ellas dos se les escapa”, relata.
“Una de las cosas de las que me he percatado es que la película era algo nostálgico para muchas mujeres, pero ahora ha entrado en otra fase, ha atravesado otra puerta y ha llegado a un público nuevo”
“El matrimonio igualitario se va a derogar”
La reciente victoria de Donald Trump en Estados Unidos tiene al colectivo LGTBIQA+ en alerta. “No quiero ser alarmista, pero ya pudimos anticipar todo lo que iba a traer consigo antes incluso de haberse instalado en la Casa Blanca”, dice. Algo que la directora no entiende es cómo perfiles como el del actual presidente siguen queriendo “más”: “Ya eres multimillonario, ¿de verdad quieres todavía más?”, se pregunta Troche.
No sabe si lo que se avecinan son “tiempos oscuros”, pero sin duda serán “años duros” para la comunidad queer, y no solo en Estados Unidos. “Creo que ya hemos pasado por tiempos difíciles. Hay una generación de gente que no lo sabe, que desconoce lo que es salir y luchar por tu derecho a existir”, cuenta. No duda en poner sobre la mesa la posibilidad de que el matrimonio igualitario se derogue en Estados Unidos tras este segundo mandato de Trump. “Se hará más pronto que tarde”, relata.
Troche, con una capacidad asombrosa para construir un alegato político con una simple respuesta, admite que para ella no es un problema que el matrimonio igualitario deje de ser legal en su país. Para la directora, el matrimonio es una jaula con rejas de oro que aleja a las personas queer de su espíritu luchador y solidario. “Cuando el matrimonio gay se aprobó, también tuvimos los mismos problemas que las personas heterosexuales, que era estar aislados dentro de una familia. Es como si nos olvidáramos de nuestra gente porque sólo queremos tener bebés”, explica. “Cuando la gente ve Go Fish, ven a una comunidad que, de cierta forma, ha sido cambiada por una unidad familiar”, apostilla.
“Hay una generación de gente que desconoce lo que es salir y luchar por tu derecho a existir”
Troche cree que uno de los motivos que explican el rechazo actual a las minorías es, en parte, el rechazo que genera la democratización de la denuncia o la pelea. “Ojalá el ‘Me Too’ no hubiese ocurrido nunca, porque el rechazo ha sido enorme. Ahora los hombres dicen: ‘Hemos vuelto, zorras, y os podemos agarrar del coño si queremos’”.
La directora estadounidense se anima a hablar en español en algunas partes de la entrevista, pues sus padres eran puertorriqueños. No quiere cerrar su conversación con Infobae España sin hablar de cómo un porcentaje de la sociedad estadounidense cree que las lesbianas (y otros miembros del colectivo) llevan a cabo un ejercicio de reclutamiento de las nuevas generaciones.
“Mi hermana no me habla desde hace 30 y pico años. Solíamos estar muy unidas, pero ella es muy religiosa y estoy segura de que se piensa que hago pornografía, que estoy captando a gente. ¿Cómo voy a estar haciendo gay a alguien?”, se pregunta. “Quizá lo que gente como yo hemos hecho con películas como Go Fish es enseñarles que pueden sobrevivir, que quizá en un futuro tengan un grupo de amigos, una familia elegida”, concluye.