Gladiator II ha llegado a cines estos días, y con el éxito que está teniendo en su paso por salas es inevitable pensar en su antecesora, aquella sin la que nada hubiera sido posible. Estrenada hace ya más de 24 años, Gladiator se ha convertido con los años en una película de lo más popular y querida, si bien ya tuvo un gran reconocimiento en su momento. Después de estrenarse en el año 2000 con un gran éxito en taquilla -recaudó más de cuatrocientos millones y medio por los cieen que costó-, el filme de Ridley Scott se consagró como una de las grandes películas de su época al alzarse con el premio Oscar a Mejor película. Pero no fue la única estatuilla que se llevó aquella noche.
Russell Crowe, absoluto protagonista de la película, también logró el premio a Mejor actor principal en esa edición. Sería su único Oscar en tres años consecutivos en los que estaría de lo más cerca de hacer su hat-trick particular, pues primero fue nominado por El dilema (The Insider) de Michael Mann, al año siguiente lo consiguió con Gladiator y en 2001 volvería a ser nominado por Una mente maravillosa, esta vez sin premio. Lo que queda claro es que por aquellos años Crowe era considerado el mejor actor sobre la faz de la tierra, y al parecer así lo hizo notar también sobre el rodaje de Gladiator, tal y como revelaría uno de los guionistas del filme.
“Creo que todos los que habéis trabajado en el negocio habréis tenido la frustración de los actores que se niegan a decir sus líneas. Me pasó con Russell Crowe en Gladiator. Recuerdo que me dijo: ‘Tus líneas son basura, pero soy el mejor actor del mundo y puedo hacer que incluso esta basura suene bien’. ¿Y sabéis qué? Es el mejor actor del mundo, o uno de ellos. Es muy, muy bueno, y probablemente mis líneas eran basura, así que él simplemente estaba hablando con franqueza”, desvelaba el guionista William Nicholson, quien se incorporó al proyecto más tarde después de que David Franzoni hubiese hecho el primer borrador del guion. Nicholson realizó varios cambios en la historia y añadió nuevos diálogos, como la famosa frase “alcanzaré la venganza en esta vida en la otra”. Crowe se negó inicialmente a recitar algunas de esas líneas, hasta el punto de abandonar el set por estos desacuerdos.
“Estaba hablando con franqueza”
Para quien no lo recuerde, Gladiator contaba la historia del personaje interpretado por el actor neozelandés, Máximo Décimo Meridio. Después de una victoriosa aunque sufrida batalla frente a los pueblos germánicos en Vindobona, Máximo es aclamado como gran salvador del ejército y llamado por el emperador Marco Aurelio para ser felicitado. El filosófo y máximo gobernante de Roma le expresa su deseo de reestablecer la República y devolver el poder al pueblo de Roma, pero para ello le pide que primero asuma él el mando dada su condición. Máximo se muestra reticente, ya que aunque aprecia a Marco Aurelio, su gran deseo es regresar a su hogar en Hispania para reunirse con su mujer y su hijo.
Sin embargo, cuando llega al campamento el hijo del emperador y aspirante al trono, Cómodo, todo se tuerce para Máximo. El emperador Marco Aurelio es asesinado a sangre fría por este sin que nadie se entere y, después de comprobar que no tiene a Máximo de su lado, ordena ejecutarlo y asesinar a su familia. Máximo logra escapar de la muerte, pero para cuando vuelve a Hispania la tragedia se ha consumado. El hispano reinicia su vida como gladiador tras ser hecho esclavo, y en su nueva identidad perseguirá la venganza a toda costa. En esa vida o en la otra, aunque no le gustase a Crowe.