Aunque su publicidad se haya basado en los vómitos, los mareos y las salidas de la salas de cine en las que se proyecta, el fenómeno de La sustancia va más allá de los efectos psicodélicos que genera en la audiencia. El boca a oreja, y las magnánimas interpretaciones de Demi Moore y Margaret Qualley, han convertido a la cinta dirigida y escrita por Coralie Fargeat en uno de los fenómenos cinematográficos del año. En España, su pujanza es casi mayor, convirtiéndose en la gran cinta del otoño en la taquilla local (ya ha superado los 500.000 mil espectadores en nuestro país, convirtiéndose así en la película más exitosa de la distribuidora Elastica Films).
Su premisa es simple: una estrella de Hollywood, Elizabeth Sparkles (Moore), empieza a notar que la industria la está dejando de lado a causa de la edad y decide embarcarse en un sospechoso tratamiento que promete devolverle la juventud perdida. Al inyectarse una misteriosa sustancia, su cuerpo generará una versión nueva de sus mismos órganos, y con el pompis aún más tieso, Sue (Qualley). La avaricia del nuevo cuerpo pone en peligro la continuidad del proyecto.
“Quería hacer algo extremo y violento como forma de empoderamiento femenino”, contó la directora en una entrevista con Infobae España. “Esta película está hecha para convertirse en una experiencia en el cine, creo que es muy diferente si se ve en una pequeña pantalla. Está confeccionada para no dejar a nadie indiferente”, relató la cineasta francesa, que se alzó con el premio al ‘Mejor guion’ en la pasada edición del Festival de Cannes. Tras su paso por la taquilla global, Filmin ya ha anunciado cuándo se podrá ver en su plataforma: el 31 de enero de 2025.
¿Cómo se creó ‘La sustancia’?
En su entrevista con Infobae España, Fargeat contó que se inspiró en el ‘terror’ que le producen los estándares estéticos de la época coyuntural: “Para mí era muy importante escribir un guion original porque necesitamos historias nuevas que nos hablen del mundo en el que vivimos, no una serie de remakes interminables. Lo cierto es que la capacidad que tiene todo el mundo para juzgarte por el físico o la apariencia siempre me ha sorprendido desde que era joven. Cuando cumplí los 40, todas esas cuestiones adquirieron un carácter más fuerte y violento, hasta el punto de pensar que me convertiría en una mujer invisible, que ya no le interesaría a nadie y que no serviría para nada. Todos esos sentimientos los intenté reflejar en la película”.