Cruce de declaraciones en el Coliseo. No, no hablamos de ningún enfrentamiento entre boxeadores o demás deportistas de élite, sino entre dos compañeros de profesión y que acaban de realizar juntos una de las películas más esperadas del año. Denzel Washington y Ridley Scott, actor y director respectivamente de Gladiator II, se han visto envueltos en una gran polémica tras las palabras del primero sobre una supuesta escena de un beso que fue eliminada de la película. Aunque, tal y como aclara ahora Scott, esa escena nunca llegó a existir como tal, así que no pudo ser eliminada.
Por poner en contexto, con el estreno de Gladiator II, Denzel Washington desveló que una de sus escenas había quedado eliminada de la película. No una escena cualquiera, sino una en la que le daba un beso a otro hombre: “Besaba a un hombre en la película, pero lo quitaron. Supongo que no están preparados para eso. Lo maté unos cinco minutos después. Hay que ir siempre por delante”, comentaba entre risas el actor, pero sembrando la polémica sobre el por qué esa escena podía haberse quedado fuera. Sin embargo, Scott no ha tardado en salir al paso para desmentir las declaraciones de Washington, y dejar claro que no hay ninguna polémica porque esa escena no se rodó.
“No, eso es mentira. Nunca lo hicieron. Actuaron el momento, pero nunca sucedió”, aclaraba el director, quien ha sido ampliamente criticado por sus inexactitudes históricas durante la película, algo que ya le había sucedido con Napoleón y anteriores filmes. La representación de café y periódicos o la utilización de tiburones y camellos para ciertas escenas despertaron el recelo de varios historiadores, que no han tardado en acusar al director de Alien y Blade Runner de no tomarse en serio la historia real para poder espectacularizarla a su antojo. El director siempre ha defendido que no hay que seguir la historia a rajatabla y así lo ha hecho en muchas de sus películas, en las que se ha tomado ciertas licencias en pos del espectáculo.
“No es homofobia”
Con respecto a la sexualidad de Macrino, lo cierto es que el guion refleja que el personaje de Denzel Washington “había tenido relaciones previas con otros hombres”, aunque no se viese plasmado en la película de manera fehaciente. El personaje está inspirado en un antiguo emperador romano que destacó no solo por proceder de África, sino también por ser el primero en llegar la poder sin proceder de una clase noble. Sin embargo, no hay evidencia alguna de que mantuviese algún tipo de relación homosexual, aunque eso tampoco prueba nada porque en Roma era una práctica muy común en aquella época y simplemente no hay registros que den prueba de ello.
Por otro lado, la compañera de reparto Connie Nielsen, también compartía su opinión con respecto al famoso beso alegando que no era lo único que se habia quedado fuera. “Mi escena de duelo tampoco entró en la película. No es homofobia. Es que no había sitio para ella”, añadía la actriz, quien ya estuvo en la entrega original. Para más señas, el productor Michael Pruss añadía que “Se rodaron muchas cosas que no entraron en la película. Fue realmente un no-acontecimiento”.