Cantar Defying Gravity como si tu vida dependiera de ello o elegir tu bando cromático: ¿el verde de Elphaba o el rosa de Glinda? Wicked es uno de los musicales más importantes de la milla de oro del género (ya sea en su versión estadounidense, Broadway, o en la anglosajona, el West End). La historia del musical, que se representó por primera vez en San Francisco en el año 2003, se basa en la novela Wicked: Memorias de una bruja mala, de Gregory Maguire. Se trata de un relato que ahonda en la historia no contada de las brujas de Oz y que este 22 de noviembre aterriza en los cines de todo el mundo de la mano de Jon M. Chu, el director estadounidense a cargo de otros musicales, como In The Heights, o de películas como Ahora me ves 2 y Crazy Rich Asians.
Con Ariana Grande y Cynthia Erivo como Galinda (Glinda) y Elphaba, respectivamente, Wicked es una historia dividida en dos actos: el primero se sitúa en una época previa a la historia que se narra en El Mago de Oz, mientras que el segundo ocurre a la vez que los movimientos de tacón de la joven Dorothy y sus aventuras en el camino de baldosas amarillas. Hay diversos elementos a tener en cuenta antes de ir a ver Wicked. El más importante: la película está divida en dos partes. La primera se estrena este mes y la segunda llegará el 25 de diciembre de 2025. Aunque el musical está basado en la novela de Maguire publicada en 1995, su contenido no es tan denso como en sus páginas: mientras que la representación teatral es para todos los públicos, el libro presenta escenas más oscuras y explícitas.
Habrá que ver hasta qué punto Jon M. Chu ha decidido plasmar las tres horas del musical de forma fidedigna o quizá incluir algún pasaje más de la obra, al decidir separar su interpretación de la historia en dos películas. Wicked: Memorias de una bruja mala está basada en El Maravilloso Mago de Oz, la popular historia de 1900 escrita por L. Frank Baum y su posterior adaptación cinematográfica de 1939, El Mago de Oz, dirigida por Victor Fleming y protagonizada por la icónica Judy Garland (que interpretó en ella la mítica Over the rainbow).
Se trata del primer libro de una saga de cuatro novelas que Maguire ha titulado como The Wicked Years: la segunda parte se llama Hijo de Bruja (Son of a Witch), el tercer volumen Un León entre los Hombres (A Lion Among Men) y el cuarto y último libro es Fuera de Oz (Out of Oz). ¿De qué trata realmente Wicked, entonces? La historia, como ya hemos comentado, se sitúa antes de la llegada de Dorothy a Oz. En ella se narra la biografía de Elphaba, una niña de color verde que terminará convirtiéndose en la Malvada Bruja del Oeste. El relato comienza con su infancia y prosigue hacia su adolescencia en la Universidad de Shiz, hasta llegar a la edad adulta, momento que coincide con la aparición de Dorothy en la mágica tierra.
Oz no es tan distinto al resto del mundo
En Wicked, Elphaba se impone a la dictadura establecida por el Mago de Oz (Jeff Goldblum en la adaptación de Jon M. Chu), un dirigente que atenta contra los derechos de los animales parlantes, promulgando leyes que facilitan su arresto y posterior exterminio. La futura bruja de color verde se presenta, en la obra de Gregory Maguire, como una revolucionaria que lucha en contra de su régimen y que irá, poco a poco, encontrando su propia voz.
Elphaba no lo tendrá fácil para adaptarse socialmente, pues no es demasiado común ser de color verde en el mundo de Oz. Aquí, Maguire hace una analogía con nuestro mundo: aquel que se sale de la norma, de lo común, recibe un tratamiento diferente al resto. En Oz, la discriminación y los prejuicios están a la orden del día: de ricos a pobres, pasando por las diferencias entre nacionalidades y especies animales.
A lo largo de su vida, Elphaba hace amigos como Boq (interpretado por Ethan Slater en la película) o Fiyero (Jonathan Bailey), un príncipe del Vinkus. En la Universidad de Shiz conocerá a Galinda (en un futuro pasándose a llamar Glinda), una figura opuesta a la suya que se convertirá en La Bruja Buena del Norte. En todo este entramado de pensamientos, castigos y profecías, Wicked se erige como una historia trascendental que ha marcado a más de una generación por tocar temas como el racismo, la corrupción política, la discriminación o el empoderamiento femenino.
Tras un periodo de prueba en San Francisco, el musical se trasladó al Gershwin Theatre de la Gran Manzana de la mano de Idina Menzel (Frozen) y Kristin Chenoweth en los papeles protagonistas de Elphaba y Glinda. Wicked recibió diez nominaciones a los premios Tony, los más importantes del mundo del teatro. En la actualidad, este ocupa el cuarto puesto de la lista de espectáculos que más tiempo han permanecido en activo en la historia de Broadway, acumulando unos ingresos de más de 1.500 millones de dólares, según The Wrap.
Tras muchos años de espera (sobre todo a causa de una pandemia que ralentizó la labor del equipo de Chu), Wicked se prepara para asaltar la gran pantalla en una adaptación que ha llevado a los críticos estadounidenses a considerarlo el mejor musical en cine desde Chicago (2002) o Mamma Mia! (2008). O, al menos, así lo piensa la crítica Erin Strecker, del medio especializado IndieWire. Sus protagonistas, Erivo y Grande, podrían entrar de lleno en la pelea por los Oscar interpretativos. Habrá que esperar hasta qué punto Glinda y Elphaba consiguen desafiar la gravedad del público y la crítica internacional.