La música clásica no es solo cosa del pasado. Actúa como un canal para sensaciones positivas y emociones agradables, nos ayuda a concentrarnos y nos da paz. Esa es la idea que quisieron transmitir sus compositores del siglo XVII, ya que cuando se creó fue concebida con el propósito de elevar el espíritu y el alma, buscando, en general, hacernos más felices. Que te guste perrear con un reguetón no quita para que uno sea capaz de apreciar a los clásicos y disfrutar con ellos. Cada estilo musical tiene su momento. Y para los más melómanos, hay buenas noticias: se ha descubierto una nueva pieza musical que se cree que es del compositor polaco Frederic Chopin, escrita hace casi 200 años.
Se trata de un vals que ha sido desenterrado en la bóveda de la Biblioteca y Museo Morgan de Nueva York, fechado entre 1830 y 1835, y que ha sido interpretado por la eminencia del piano Lang Lang, que grabó este vals para The New York Times. Lo ha descubierto el comisario Robinson McClellan mientras catalogaba nuevas colecciones. En ese momento llamó a un experto en Chopin, cadémico de la Universidad de Pensilvania, para autenticar la partitura ya que, aunque no está firmada por el famoso músico, incluía su distintiva clave de fa, según ha informado la BBC. El vals tiene pequeños errores de ritmo y notación, pero según McClellan, Chopin es el compositor que está detrás de él.
“De lo que estamos más seguros es que está escrito de puño y letra por Chopin, en un papel que él mismo escribió con su propia mano”, aseguró el comisario a la cadena inglesa. “Lo que no es del todo seguro es que sea música que él compuso. Estoy un 98% seguro, y mucha gente que lo ha escuchado ya siente en sus entrañas que suena a Chopin”, agregó. En concreto, se vincula con el músico polaco poor la melodía. “Es realmente donde se siente esa calidad de Chopin”, apuntó.
El pianista clásico Sir Stephen Hough y ha grabado todos los valses de Chopin, lo describe como su “compositor favorito”. “Es un compositor con el que me siento muy, muy cercano”, afirmó a la BBC. Y añadió: “Para mí, él pertenece a la cima de la lista, junto con todos los grandes. Por eso, encontrar algo de alguien a quien has venerado de esa manera durante tantos años es emocionante”. Cree que este manuscrito recién revelado es probablemente obra de Chopin. “Al principio tuve algunas dudas sobre la autenticidad -reconoció- porque parecía un poco tosca en algunos lugares, no parecía tan meticulosa como otras composiciones de Chopin”.
“Lo que no es del todo seguro es que sea música que él compuso. Estoy un 98% seguro”
No obstante, añadió Sir Stephen Hough que era “un poco como encontrarse con un boceto de un poema de Keats en el que no ha terminado de resolver exactamente el orden de las palabras, y hay algunos errores de ortografía, pero de alguna manera todavía se puede decir que tiene esa genialidad allí”. Es por ello que no cree que sea uno de los “mejores valses” de Chopin, ni tampoco “uno de sus peores”. “Hay bastante material juvenil que Chopin guardó en un cajón y nunca tuvo intención de publicar, que se publicó después de su muerte en contra de su voluntad, y esto probablemente pertenece a ese cajón”, concluyó.
La vida de Chopin
Frédéric Chopin (1810-1849) es uno de los compositores y pianistas más destacados del Romanticismo. Nacido en Żelazowa Wola, cerca de Varsovia, Polonia, en una familia de origen francés y polaco, Chopin mostró un talento musical precoz que pronto se convirtió en el centro de su vida. A los seis años comenzó a estudiar piano, y sus habilidades excepcionales lo llevaron a componer sus primeras obras poco tiempo después. Este niño prodigio creció en un entorno culturalmente enriquecido, lo que influyó en su estilo y sensibilidad artística.
A los 20 años, Chopin dejó Polonia y se estableció en París, donde se sumergió en la efervescente escena cultural y artística de la capital francesa. Allí, cultivó relaciones con otros músicos, poetas y artistas, que reconocían su talento único. Pese a ser un joven reservado, su círculo de amigos incluía a personajes notables como Franz Liszt y Eugene Delacroix. Su estilo como pianista y compositor fue singular, combinando técnicas complejas con una capacidad para expresar emociones profundas y melancólicas, lo cual se convirtió en su sello distintivo.
Chopin vivió en París durante la mayor parte de su vida adulta, donde se convirtió en un músico respetado y solicitado por la aristocracia para dar clases de piano. Aunque disfrutaba de cierta comodidad económica, su vida estuvo marcada por una salud frágil. Desde joven padecía de una enfermedad respiratoria, probablemente tuberculosis, que le provocó problemas crónicos y contribuyó a forjar la imagen melancólica y atormentada con la que a menudo se le asocia.
Una parte crucial de su vida fue su relación con la escritora francesa George Sand, pseudónimo de Amandine Aurore Lucile Dupin. Durante casi una década, esta relación afectiva e intelectual tuvo una influencia considerable en la obra de Chopin. Sin embargo, el vínculo se tornó complejo y terminó abruptamente en 1847, lo que afectó emocionalmente al compositor. Este período coincidió con un deterioro de su salud y una disminución en sus apariciones públicas.
Musicalmente, Chopin es célebre por haber dedicado casi exclusivamente su obra al piano. Entre sus composiciones más conocidas se encuentran sus “Nocturnos”, “Mazurcas”, “Polonesas” y “Estudios”, que exploran una amplia gama de emociones y técnicas. Su música es un testimonio de su profundo amor por su tierra natal, Polonia, cuyas luchas por la independencia marcaron profundamente su sensibilidad y se reflejaron en obras como la “Polonesa Heroica”.
La salud de Chopin continuó deteriorándose, y su última aparición pública fue en 1848 en Londres, en un concierto benéfico. Falleció el 17 de octubre de 1849 en París, a los 39 años. A su funeral asistieron numerosos artistas y amigos, y su corazón, según su último deseo, fue trasladado a Varsovia, donde reposa en la iglesia de la Santa Cruz. Su legado musical ha influido profundamente en la música clásica y en generaciones de pianistas y compositores. La obra de Chopin continúa siendo un emblema del virtuosismo y la emotividad en la historia de la música occidental, recordado como uno de los más grandes poetas del piano.