Croissants para desayunar, coloridos outfits para trabajar y una vida de ensueño basada en un cuento de hadas. Emily en Paris es uno de los grandes guilty pleasures del catálogo de Netflix. Una americana con infinidad de libros de mindfulness visita la ciudad más romántica del planeta y comienza a encarar una vida de ensueño en la que todo le sale bien y nada se entromete en su camino. París se convierte en un enclave de ensueño en el que siempre brilla el sol.
Protagonizada por Lily Collins, la ficción es una de las grandes apuestas de amor-odio de los usuarios de la plataforma, pero ésta parece afrontar algún que otro problema relacionado con el agotamiento de los locales. La capital francesa se ha llenado de grafitis con mensajes despectivos hacia la serie producida por Darren Star: ‘Emily vete a la mierda’ o ‘El sur de París no es tuyo’ son algunas de las frases que los locales han dedicado al personaje ficticio que perpetúa todo tipo de clichés sobre su vida, su gastronomía, su turismo y su forma de ser... y que hace que los turistas que visitan la ciudad quieran replicar su estilo de vida.
Una situación similar se ha producido en el norte de Londres, donde una calle que apareció en la franquicia cinematográfica Paddington está siendo núcleo turístico para los cinéfilos y los seguidores de las cintas del oso animado más conocido de la gran y pequeña pantalla. Con sus idílicas casas adosadas que recuerdan al periodo de la Regencia que tan bien ha trasladado Los Bridgerton a la ficción, Chalcot Crescent ha captado durante mucho tiempo la atención de los numerosos visitantes que acuden a Primrose Hill. Sin embargo, esta calle atrae, ahora, a otro tipo de visitantes.
“He visto a gente haciéndose selfis justo delante de la ventana del salón de alguien, y piensas, ya sabes, si ese fuera yo, me molestaría un poco que pusieran mi salón directamente en Instagram”, ha explicado a la BBC Matt Cooper, concejal laborista de Primrose Hill, sobre los muchos turistas que visitan la zona. Los residentes del barrio han desatado una disputa con Airbnb, pues la empresa ha organizado un concurso para que tres familias se alojen en una casa de Chalcot Crescent con motivo del estreno de Paddington en Perú en noviembre.
La página web que se sustenta en las reservas vacacionales ha comunicado que estará dos semanas renovando la propiedad para que se parezca al plató de la película: pintando la fachada de azul, bloqueando cinco plazas de aparcamiento y provocando molestias acústicas durante la semana. Los afortunados podrán permanecer en la estancia durante un total de tres días. Algunos vecinos han protestado dicha decisión en una carta que han mandado a Airbnb, alegando que el concurso se sumará a los problemas que ya tiene la calle con el exceso de turismo.
Esta disputa parece ser “la gota que colma el vaso”, según ha afirmado Cooper al medio británico. La empresa, por su parte, ha contado a la BBC que, con tal de reducir el impacto turístico que esta acción pueda tener, no revelará la ubicación de la casa y que va a hacer una “donación considerable” a la Primrose Hill Community Association.