Carolina Durante reinventa el juego con ‘Elige tu propia aventura’: “No somos influencers, hay que hacer menos fotos y escribir más canciones”

La banda madrileña presenta su tercer disco, con el que han probado nuevos sonidos e instrumentos y se han propuesto pasárselo bien sin dejar de sonar a lo que les ha llevado a ser uno de los grupos de referencia en el indie español actual

Guardar
Entrevista a Carolina Durante.

Quedar con Carolina Durante se parece mucho a una pachanga de domingo con los colegas de unos colegas. Uno se presenta a la cita acordada con algo de antelación nerviosa, buscando tantear el terreno y repasando en la cabeza las posibles jugadas que ellos puedan desplegar sobre el terreno de juego. Pero el campo elegido está ocupado y hay que cambiar de ubicación con rapidez. Ahí emerge la figura de Diego Ibáñez, cantante de la banda y el primero en llegar, enfundado en una camisa a rayas blanquinegra -ni de la Juventus ni de árbitro, sino de otro jugón como Jack Skellington- y unas zapatillas Munich, como si realmente fuéramos a dar patadas a un balón. Afortunadamente, el frontman de la banda actúa rápido y toca moverse para encontrar otro sitio. “Es mi barrio, conozco varios sitios y a malas podemos subir a mi casa”, propone Diego, antes de que aparezca de la nada el guitarrista Mario del Valle, instrumento a la espalda, tímida sonrisa y una nueva propuesta de cancha que termina de cuajar. Es Malasaña, sea como sea van a jugar en casa.

Un equipo así precisa de grandes presentaciones. Carolina Durante -nombre que reciben de una antigua compañera de clase, aunque podría haber sido cualquier otro- saltó a los escenarios allá por 2017, y no tardaron en convertirse en banda promesa gracias a temas como En verano, La noche de los muertos vivientes o sobre todo Cayetano, su gran pelotazo por el que lo conoce el gran público aunque ellos prefieran quedarse con otros. Al año siguiente se asociaron con otra fulgurante promesa de la época como Amaia en Perdona (Ahora sí que sí), mientras comenzaban a lucirse en los pequeños escenarios de festivales como Madcool o el BBK y ganando fieles seguidores a su paso. Para 2019, con el lanzamiento de su primer disco (Carolina Durante. Sonido Muchacho), las claves de su propuesta estaban claras: letras directas como puñales, un punto de descaro y un contundente sonido guitarrero que iba a sacudir los cimientos de la llamada escena indie española.

Pero todas las grandes promesas tienen sus momentos de bajón, y la lesión provocada por el COVID dejó a la banda sin ritmo cuando estaban en su pico de forma. En esas situaciones es donde se demuestra que la calidad va más allá de la forma física, y Carolina Durante se recompuso con su segundo álbum, Cuatro chavales (Sonido Muchacho. 2022), igual o más descarado que el anterior pero puliendo muchas de esas cualidades que poco a poco iban pudiendo sacar al escenario. Giras nacionales o más allá del charco confirmaban a los madrileños como una promesa que ya era una realidad, y en 2023 tocaban el cielo con su concierto en el WiZink Center de Madrid, esa misma ciudad que los había visto despuntar con sus primeros toques en la Sala el Sol o la Wurtlitzer. Este último es precisamente el escenario sobre el que han podido hacer hueco a bandas emergentes mientras ellos ponían en práctica las jugadas de su nuevo disco, Elige tu propia aventura (Sonido Muchacho). Un disco que presentan ahora y por el que se han reunido a echar esta improvisada pachanga en forma de entrevista, aunque los partidos de verdad les guste jugarlos con instrumentos en sus manos.

De vuelta al presente y ya sentados en la grada alta de un mítico bar de la Plaza de la Luna, Diego y Mario comienzan a calentar con unos cafés cuando aparecen los otros dos integrantes de la banda. Martín Vallhonrat, bajista del grupo y con planta de central de época, saluda educadamente y se sienta en el centro mientras el equipo se recoloca. Queda una última silla al extremo para Juan Pedrayes, el batería, quien llega por fin para alegría del resto. Tiene fama de parco en palabras y alma libre, pero también resulta ser el corazón de una banda que sobre el terreno inspira más buen rollo que respeto. Puede que con su nuevo trabajo, el más ambicioso hasta la fecha en el apartado sonoro y conceptual, busquen consagrarse del todo como ese grupo generacional del que todo el mundo habla, pero en persona siguen siendo cuatro chavales. Dicen que los grandes jugadores alcanzan su punto de madurez a partir de los 27-28 años, como David Villa, Diego Godín o Luka Modrić. Los chicos sentados sobre la mesa tienen ya 28, y parecen listos para que suene el silbato y eche a rodar el micro. A ver qué tienen preparado para esta nueva aventura.

De izquierda a derecha, Mario del Valle (guitarra), Juan Pedrayes (batería), Martín Vallhonrat (bajo) y Diego Ibáñez (vocalista), integrantes de Carolina Durante.
De izquierda a derecha, Mario del Valle (guitarra), Juan Pedrayes (batería), Martín Vallhonrat (bajo) y Diego Ibáñez (vocalista), integrantes de Carolina Durante.

Pregunta. Por un momento quiero que os trasladéis a aquella noche en el Wizink y me contéis cómo lo vivisteis, si fue un punto de inflexión para la banda y para vosotros personalmente.

Diego. Recuerdo que perdí la voz, la única vez que me ha pasado en mi vida para que te imagines. No sé si fue el COVID o un gripazo pero de un día a otro ya no podía hablar. Y fue como, hostia, no te creo que dos semanas antes del concierto más tocho que damos en Madrid vaya a ocurrir esto, y además me hago una microrrotura de gemelo. Entonces iba destrozado al Wizink, lo recuerdo con horror. Me da alegría cada vez que alguien me dice que le encantó porque los conciertos se hacen también en parte para la gente.

Martín. No lo viví como un punto de inflexión para nada. Para mí el Wizink era lo más grande que hemos hecho nunca pero porque en todos los bolos pienso que es lo más grande que hemos hecho nunca. Evidentemente tienes un plus porque era el primer concierto que hacíamos en sala con gradas, o sea que sí era un poco diferente. A nivel personal recuerdo sentirlo completamente ansioso, pero sí que siento como que no me acuerdo del todo cómo fue la experiencia desde arriba en el escenario. Fue un hito para nosotros como lo fueron las dos Rivieras o el Ochoymedio en su momento. Pero bueno, al final aún quedaba mucha gira, creo que estuvimos tocando hasta octubre.

P. ¿Y fue en ese momento cuando decidisteis poneros con el disco? O ya había algunas canciones pensadas desde antes.

Martín. A partir del verano antes de terminar la gira fue cuando nos pusimos más en serio a componer el disco, pero nosotros ya teníamos alguna como Normal desde las navidades del año anterior, unos meses antes del WiZink. Pero decidimos que ya todo lo que sacáramos adelante iba a ser para un disco, y es por eso que hemos estado casi un año y medio sin sacar música.

Diego. Realmente sacamos los discos por acumulación de canciones. Cuando de repente tienes seis o siete canciones juntas dices ‘bueno, pues aquí empieza a haber un disco’. Antes de eso es como que vas haciendo canciones pero no sabemos qué onda. Sí que de fondo está esa idea del tercer álbum, pero no había esa idea premeditada por así decirlo.

Estamos viendo cómo podemos “vestir” las canciones para el directo, que suenen como tienen que sonar aunque no haya cuarteto de cuerdas o trompetas (Mario del Valle)

P. Y cuando ya tenéis todas es cuando decidís marchar a Bristol para grabar en el Real World Studios (los estudios de Peter Gabriel, el vocalista de Genesis), donde podéis empezar también a incorporar todos los instrumentos nuevos que presenta el álbum.

Diego. Empezamos a buscar productor y encontramos a Ali Chant (productor de PJ Harvey o Perfume Genius, entre otros), lo traemos aquí para currar una semana con las canciones nuevas y luego buscamos un estudio en Bristol porque nos apetecía probar algo nuevo, salir de lo que estábamos acostumbrados a hacer aquí. Pero era importante el estar allí metidos dos, tres semanas, no como aquí en Madrid que podíamos ir a grabar a la sierra y luego yo me volvía a casa y todo. No sé si eso es un aliciente para que ocurran cosas nuevas y dé a probar otras historias.

P. Así han surgido muchos de los nuevos sonidos del álbum, ¿no? Armónicas, sitares, trompetas y mucho piano. ¿Como nació todo eso y cómo pensáis llevarlo al escenario?

Juan. Yo empecé a tocar el piano durante el confinamiento, que me dije venga va voy a aprender esto que siempre me moló. Y sin más, tampoco fue una cosa que estuviera pensada para el álbum, fue una cosa que surgió. Creo que si no lo hubiera metido yo por no saberlo lo hubiera metido otra persona, como el trompetista o el que contratamos para las cuerdas, o sea que hubiera habido un piano igual.

Mario. Lo del sitar es una cosa un poco rara. Es como una guitarra eléctrica hecha sitar. Pero es que es así el instrumento. Por otro lado, yo creo que el directo no tiene que replicar al disco como tal, pero sí que es verdad que ahora estamos tocando con dos nuevos integrantes: Julen, que va a tocar la guitarra, y otro que vamos a meter a tocar teclados y guitarras. Estamos viendo cómo podemos “vestir” las canciones para el directo, que suenen como tienen que sonar aunque no haya, yo que sé, un cuarteto de cuerdas, trompetas y un piano tal cual.

P. Pienso sobre todo en Interludio, una de las canciones más diferentes no ya dentro del álbum sino de toda vuestra discografía. ¿Habéis pensado cómo tocarla en directo?

Diego. Uff, Interludio.

Mario. Es que estos no quieren (Risas). A mí me gusta mucho.

Martín. A ver, a mí me encanta la canción, pero ahora mismo en el set que estamos preparando no sabemos dónde encaja.

Diego. Bueno, sí, yo creo que se puede tocar. Ojo eh, esto sí que puede ser un punto de inflexión. (Risas)

Para mí el objetivo de cualquier artista a la hora de hacer un disco es lograr que dentro de una unión haya varias aristas y te puedas hacer tu propia historia (Diego Ibáñez)

P. Otra canción que me ha llamado especialmente la atención es Tempo 2 (referencia a un pub de Malasaña que visitan asiduamente). Es mucho más bailable y pegadiza, pero también tiene un toque diferente a lo que nos tenéis acostumbrados. Con ella me preguntaba cómo es el proceso creativo vuestras de canciones y cómo os coordináis desde que Diego empieza a escribirlas hasta que les dais forma.

Diego. Tempo 2 yo la tenía hecha, incluso un poco con la melodía que tenía en mente también. Y es un poco lo de siempre; voy, le canto la canción a estos y a partir de ahí empezamos a hacer la canción. Creo que esta la empecé a cantar y en seguida Mario se puso a tocar sobre la marcha.

Mario. Esta en concreto, toda la progresión de acordes me la había hecho yo ya en mi casa, fíjate. Y bueno, creo que encajó.

Martín. También tuvimos problemas a la hora de reproducirla y de ver el rollo que tenía porque nos salía una cosa como muy rockera que no nos molaba. Y me acuerdo en Bogotá un día que Diego estaba hecho mierda, ni vino al estudio o se fue antes, y nos quedamos ahí los tres. Fue cuando no decidimos pero sí empezamos a jugar con la idea de que fuese una base de hip hop, una caja de ritmos y todo eso. Creo que si no hubiéramos encontrado ese ritmo se habría quedado fuera.

Diego. A partir de ahí intentamos hacer algo más Beastie Boys, no quedó tan así allí en Bristol por cómo lo estábamos haciendo. Y al final ha quedado una cosa como más Beck o Stone Roses.

P. Tengo la sensación, dado que cada canción tiene toques e influencias distintas, que de alguna manera habéis querido reproducir también esta idea del Elige tu propia aventura, que según como escuches el disco te puede llevar por unos caminos u otros.

Martín. La idea en un principio era llevar las canciones como muy desnudas y luego ver qué necestiaba cada una, en vez de cebarlas estilísticamente y llevarlas al local los cuatro directamente para grabarlas. Queríamos tener una estructura bastante abierta y luego jugar con ellas a nivel de producción todo lo que nos apeteciese. Cada canción sentíamos que nos pedía una cosa y nosotros teníamos que estar abiertos a lo que nos despertaba escuchar la canción de manera sencilla en una demo o una nota de voz.

P. O sea que de alguna manera el proceso creativo de cada canción también era un Elige tu propia aventura.

Martín. Sí, San Juan por ejemplo estábamos en el local y de repente decía Mario ‘pues aquí imagino un sonido de flauta haciendo esta melodía’ o cosas así y yo le decía que estaba obsesionado con meter una melódica porque podía quedar bien. Tomé café por ejemplo es nosotros en la primera toma, los cuatro tocando juntos por primera vez la canción, esa es la que se ha quedado grabada al final. Entonces era eso, jugar un poco y dejarlas abiertas a ver qué nos pedía cada una.

Diego. Me alegra mucho que digas que cada una de las canciones tienen algo de diferentes entre sí. Para mí es el objetivo de cualquier artista a la hora de hacer un disco, lograr como que dentro de esa unión haya varias aristas y te puedas hacer tu propia historia.

Imagen del disco de Carolina Durante, 'Elige tu propia aventura'
Imagen del disco de Carolina Durante, 'Elige tu propia aventura'

P. Bueno, la experiencia de escucha siempre es distinta y no se percibe igual que cuando eres quien hace la música. Los fans y los periodistas a veces nos montamos muchas películas...

Martín. Sí, pero son conversaciones que nosotros también tenemos, no te creas. Lo que pasa es que llega un momento que tú puedes tener una gran idea que luego haces lo que puedes.

Diego. Total, de hecho cuando nosotros llegamos con el disco a Luis (Luis Fernández, fundador de Sonido Muchacho, nuevo codirectivo en Universal Music Spain), que es nuestro mánager, nos dice ‘está muy bien pero es más continuista’. Y yo en plan, pero qué quieres que hagamos. Y joder, claro que no es continuista, de hecho cuando se lo pusimos al productor de nuestro primer y segundo disco, nos dijo que había un cambio.

Martín. Es un paso natural, es la sensación que me da. Que no es en plan ‘quién es ahora Carolina Durante’. Seguimos siendo Carolina Durante, no creo que se pierda la vibra ni mucho menos, llevamos ocho años haciendo música y tenemos una serie de recursos o estilo que es el que es.

Estoy a favor de la mística y el endiosamiento del artista. Cuanto más sé de él, menos me gusta. (Diego Ibáñez)

P. En estos años también habéis ganado muchos fans, y en los últimos meses creo que ha habido muchos gestos para ellos. Desde la actuación en San Isidrio vestidos de chulapos, la serie de conciertos en la Wurlitzer acompañando a bandas más pequeñas... incluso abristeis un frustrado canal de WhatsApp. ¿Cómo sentís que ha cambiado en este tiempo la relación con vuestros seguidores?

Diego. Lo del canal de WhatsApp es una idea que se me ocurre a mí pensando en que cada uno cuente su movida. Pero yo que sé, era una idea para contar nuestro día a día, si vemos una película que nos mola, leemos un libro que está guay... Pero al final como que no lo veía, así que lo cerré y me abrí yo uno. Y bueno me he abierto yo uno y tampoco es que esté tirando mucho la cosa...

Martín. ...era culpa nuestra hasta que no era culpa nuestra.

Diego. Literal. Mira, no somos influencers, yo creo que eso lo hemos dejado más que claro. No somos peña que venga aquí a desayunar y sacarle una foto a la tortilla. Creo que nunca vamos a compartir nuestro día a día, es un error.

P. Un poco de misterio también se agradece de vez en cuando, aunque parece que hoy día si no estás en redes sociales no existes como banda.

Diego. Tal cual. Es que no sé, yo no quiero saber qué le has regalado a tu primo de tres años por Navidad, es que me importa una mierda. Haz canciones. Menos fotos y más escribir canciones. Porque probablemente tu disco vaya a ser una mierda. Yo es que estoy a favor de la mística y del endiosamiento del artista. Por lo general, cuanto más sé de un artista, menos me gusta.

P. Aun así hay veces que no renunciáis a vuestro papel como influencers en el sentido de reivindicar y recomendar otras bandas, ya sea anteriores como Juanita y los Feos o nuevas como las de los conciertos en la Wurlitzer: Error 97, Corte!, Las Petunias, Tetas Frías o incluso Alcalá Norte, aunque esta última llegase justo cuando lo estaba petando.

Martín. Nosotros somos un grupo que ha crecido escuchando música y que sale de ver a otros grupos en concierto y que nos diera pura envidia. Creo que esa conexión nosotros como público no la hemos perdido, entonces lo de la Wurli por ejemplo lo pensamos como ‘me fliparía que mi grupo favorito se metiese en una sala cuatro días’. Nuestra intención siempre ha sido esa, no perder esa visión de qué te gustaría que te ofreciesen como espectador.

P. Del otro lado, hay grupos anteriores a vosotros que también os aplauden por continuar su legado y os reconocen como la voz de una generación, como Kokoshca. ¿Cómo os manejáis con este título y por qué creéis que habéis tenido ese éxito que no pudieron alcanzar otras bandas de la escena?

Diego. Hay una parte importante para que algo tenga éxito y es estar en el momento adecuado. Yo pienso que si Kokoshca fuese un grupo que surgiese ahora sería muy diferente. Y sobre todo si surgiese en Madrid, porque creo que eso es importante también, no es lo mismo ser de Pamplona que de Madrid, no tener que desplazarte tanto a la hora de ir a una sala. No sé, creo que así es más fácil la movida, y si hubiera nacido ahora sería diferente la cosa. Pero es estar ahí.

Mario. También es verdad que en el momento en que emergimos llenamos un poco un vacío, porque es verdad que éramos de los pocos grupos que había de nuestra quinta. Así que echando la vista atrás y mirando el panorama actual sí que ha habido como un relevo generacional, se ha rejuvenecido bastante la escena.

Diego. Sacando pecho: nosotros lo hicimos muy bien y somos unos sinvergüenzas. Hemos sido un grupo hiperconstante que desde el principio que entramos a un local de ensayo anda que nos pusimos a hacer versiones, empezamos a hacer canciones nuestras. Nunca habíamos entrado a una sala y las canciones eran una basura, pero ya estábamos haciendo canciones nuestras. Y a los meses ya teníamos suficientes para sacar un EP y dar nuestro primer concierto, y a tomar por culo.

P. Para terminar, me gustaría saber cómo resumiriais este nuevo disco en vuestros propios términos. Diego, que es muy futbolero, comentó en su día que el primer disco era como Ángel Di María, el segundo como Zlatan Ibrahimović y el tercero podía ser Neymar, pero en su peak.

Diego. Cambio la respuesta, creo que tendría que ser un mediocentro habilidoso y polivalente. Un diez.

Martín. Modric.

Diego. Podría ser Modric, sí.

Mario. Yo diría que es una ensalada de sueños.

Juan. Fútbol.

Guardar