‘Juego de armas’, la película con la que el director de ‘Joker’ está triunfando en Netflix y que está libremente basada en una historia real

Antes de dirigir a Lady Gaga y Joaquin Phoenix en la última película del villano de Batman, el director triunfó en la comedia más gamberra

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Tráiler oficial de 'Joker: Folie à Deux'

A la secuela de Joker no le está yendo del todo como cabría esperar, especialmente después del éxito de su predecesora, que ganó el León de Oro en Venecia, tuvo un gran triunfo en los Oscar -a pesar de que el premio gordo fuese para Parásitos- y que sobre todo fue un aclamado éxito en taquilla. Su secuela no puede decir lo mismo, pues no solo no está llegando a los registros en taquilla, sino que está generando opiniones de lo más controvertidas. Sin embargo, su director está obteniendo una gran acogida gracias a otro filme y no en los cines precisamente, sino en plataformas.

Juego de armas (War Dogs), dirigida por Todd Phillips, el aclamado director de Joker, ha vuelto a captar la atención del público gracias a su éxito en plataformas de streaming como Netflix. Aunque la película se estrenó en 2016, su mezcla de comedia negra y drama, sumada a una increíble historia basada en hechos reales, sigue conquistando a la audiencia. La película protagonizada por Jonah Hill y Miles Teller sigue la alocada vida de dos jóvenes traficantes de armas, Efraim Diveroli y David Packouz, quienes lograron cerrar un contrato de 300 millones de dólares con el gobierno de Estados Unidos para abastecer al ejército en Afganistán. Sin embargo, lo que comienza como un negocio aparentemente rentable y sin riesgos pronto se transforma en una espiral de corrupción, fraude y peligro que los lleva al borde del colapso.

La trama de Juego de armas sigue a David Packouz (interpretado por Miles Teller), un joven que vive una vida monótona trabajando como masajista en Miami. Todo cambia cuando se reencuentra con su amigo de la infancia, Efraim Diveroli (interpretado por Jonah Hill), un ambicioso y sin escrúpulos empresario del mundo del tráfico de armas. Efraim introduce a David en su nuevo negocio, AEY Inc., una pequeña empresa de venta de armamento, con la promesa de grandes ganancias a partir de los contratos con el Pentágono.

Lo que parecía un negocio pequeño y manejable rápidamente se convierte en algo mucho más grande cuando ganan una licitación del gobierno para abastecer con armas a las tropas estadounidenses y sus aliados en Afganistán. El contrato, conocido como “El contrato afgano”, les otorga más de 300 millones de dólares para suministrar municiones y armas a lo largo de varios años. Sin embargo, su éxito empresarial está basado en la evasión de normas y en una serie de decisiones cuestionables, que incluyen la compra de municiones chinas prohibidas por las leyes internacionales de embargo. La historia, que empieza con un tono ligero y divertido, se vuelve cada vez más oscura conforme los protagonistas se ven atrapados en un mundo de fraude, corrupción y peligro. Todo esto lleva finalmente a su caída, cuando el gobierno de Estados Unidos descubre sus prácticas ilegales y los lleva a juicio.

Todd Phillips durante el rodaje
Todd Phillips durante el rodaje de 'Juego de armas'

Libremente inspirada en hechos reales

Aunque Juego de armas se promociona como una película basada en hechos reales, Todd Phillips, conocido por su estilo cómico y ácido, toma varias libertades creativas para hacerla más atractiva cinematográficamente. La película se basa en un artículo de Rolling Stone titulado Arms and the Dudes, escrito por Guy Lawson, que documenta la historia real de Efraim Diveroli y David Packouz.

En la vida real, ambos personajes eran jóvenes y ambiciosos empresarios que efectivamente lograron cerrar el enorme contrato de armas con el Pentágono. Sin embargo, la película omite algunos detalles y altera otros para ajustarse al formato de comedia negra. Por ejemplo, en la versión cinematográfica, Efraim Diveroli es retratado como un personaje aún más extravagante y descontrolado, mientras que en la realidad, aunque era muy ambicioso y transgresor, algunas de sus características fueron amplificadas para efectos dramáticos. Asimismo, algunos eventos son exagerados o inventados, como la escena en la que ambos protagonistas transportan ilegalmente armas a través de zonas de guerra en Irak. Aunque este tipo de situaciones muestran lo arriesgado de su negocio, se trata de licencias creativas tomadas por el guion para aumentar la tensión y el suspense de la película.

Todd Phillips, conocido por su trabajo en comedias como Resacón en Las Vegas y la más reciente Joker y su secuela, logra mezclar en Juego de armas el humor irreverente con una crítica social a los entresijos del sistema de contratación del gobierno estadounidense. El tono cómico y la química entre los protagonistas proporcionan momentos de risa, mientras que la trama revela los oscuros mecanismos que permiten que personas sin experiencia ni escrúpulos se enriquezcan a costa de la guerra. Phillips maneja hábilmente el equilibrio entre la comedia y el drama, destacando el absurdo de la situación real, en la que dos veinteañeros pudieron, a través de huecos legales, ganar millones de dólares vendiendo armas a uno de los ejércitos más poderosos del mundo.

Una segunda vida en plataformas

El éxito actual de Juego de armas en plataformas como Netflix no solo se debe a su guion ingenioso y a las sólidas actuaciones de Jonah Hill y Miles Teller, sino también a la fascinación que genera su historia real. En un mundo donde la ética empresarial y los contratos gubernamentales siguen siendo temas de debate, la película resuena con una nueva generación de espectadores.

El hecho de que la trama esté basada en eventos reales le añade una capa de profundidad que la hace aún más impactante. A través de esta historia, la película revela las grietas del sistema militar y las consecuencias de la codicia sin control. Si bien Juego de armas se toma algunas libertades para crear una narrativa más entretenida, su núcleo sigue siendo una crítica a la facilidad con la que se puede lucrar con la guerra, algo que, lamentablemente, no ha perdido relevancia. Con Juego de armas, Todd Phillips demuestra una vez más su habilidad para contar historias divertidas y provocadoras, que al mismo tiempo invitan a la reflexión sobre la realidad de los conflictos armados y el negocio bélico.

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