Todo el mundo conoce y ha visto a Indi, a Han Solo, y a Rick Deckard. Por estos roles, entre muchos otros, Harrison Ford es un icono del cine estadounidense, un símbolo de Hollywood y uno de los personajes más reconocidos en el imaginario colectivo internacional. Y no sólo por ellos, sino que, con su carisma tan particular, ha escandilado ya a varias generaciones de espectadores y fans, a pesar del poco éxito de algunas producciones recientes.
Sus interacciones con los periodistas, a menudo tan sinceras, sin ser necesariamente directas, que demostraban su desencanto o motivación económica para aceptar su participación en según qué roles o franquicias, le han dado a conocer como una celebridad honesta que, si no con palabras, con su cara, dejará ver la verdad.
No es nada nuevo, además. No empezó con Star Wars, con Blade Runner, ni con Indiana Jones, aunque sean sus roles más reconocidos. Tanto, que el sombrero del arqueólogo y cowboy aventurero se ha subastado por una impresionante suma. Desde los comienzos de su carrera y antes de saltar a la fama estelar que ostenta ahora, también era un entrevistado curioso, como demuestra su visita en el año 2000 al reconocido Inside the Actors Studio, un programa que tuvo invitados tan grandes como Whoopy Goldberg, Liam Neeson, George Clooney, o Julia Roberts, entre muchos otros, a lo largo de sus 22 años de emisión.
En la pantalla nunca decepciona; en entrevistas, tampoco
Después de presentar la vida y trayectoria de los invitados, el presentador James Lipton (que recibió un Emmy en 2007 por su trabajo y trayectoria en Inside the Actors Studio) sometía a los invitados a un cuestionario de diez preguntas diseñadas por el periodista francés Bernard Pivot para conocer, de forma más personal (pero sin llegar a ser intrusivo) al elenco de personajes de Hollywood.
Desde su estreno en 1994 a su fin en 2018, el decano emérito de la Actors Studio Drama School de Pace University en Nueva York realizó más de 250 entrevistas a figuras de calibres en el mundo del cine. Sobre las contestaciones de Harrison Ford, el célebre entrevistador alega que “Es una de las dos mejores respuestas que nos han dado”. Y es que el actor respondió, como suele hacer, de forma concisa, aparentemente honesta, y natural, con sus aires despreocupados:
¿Cuál es su palabra favorita?
“Perfect”.
¿Cuál es su palabra menos favorita?
“No”.
¿Qué le emociona?
“Volar”.
(Porque, además de actor, Harrison Ford es una de las estrellas de cine con licencia para volar aviones)
¿Qué le amarga?
“La mezquindad”.
¿Qué sonido o ruido le encanta?
“Un Wasp Junior, un motor de avión de Pratt & Whitney”
¿Qué sonido o ruido odia?
“Las alarmas de los coches”.
¿Cuál es su palabrota favorita?
“Motherfucker”.
¿Qué otra profesión le gustaría ejercer?
“Puede que diseñador”.
¿Qué profesión no le gustaría ejercer?
“Cualquier cosa que conlleve ocho horas al día en una oficina”.
Si el Cielo existe, ¿qué le gustaría que le dijera Dios cuando llegue a las puertas del paraíso?
“Eres mucho más guapo en persona”.
Y es que da la impresión de que, para Harrison, no es suficiente haber sido reconocido como el Hombre más Sexy del Mundo por la revista People en 1998 y por Empire en 1995, no. Sólo le vale la palabra de Dios.