Apenas lleva unos días en la plataforma, pero ya se ha convertido en una de las películas más vistas, y desde luego más comentadas en redes sociales. Tras el éxito de El hoyo en Netflix en 2019, ahora la secuela llega directamente a plataforma, pero sembrando aun mças conmoción en los espectadores de lo que lo hizo la entrega original. El hoyo 2 ya está causandro estragos con su intrincado final, y ni preguntando a su director, Galder Gaztelu-Urrutia, uno es capaz de descifrar el misterio del todo.
“El reto era mantener el espíritu de la película original, pero, al mismo tiempo, expandir ese mundo sin dar muchas respuestas, porque creo que es parte de su encanto, que no se sepa muy bien qué es ese sitio. Siempre hemos querido que los espectadores tuvieran espacio para la imaginación y sacaran sus propias conclusiones, así que no queríamos traicionar ese aspecto. Pero, al mismo tiempo, teníamos la necesidad de ofrecer más: más giros, más personajes, más acción”, cuenta Galder Gaztelu-Urrutia a Infobae España durante el Festival de San Sebastián, donde el filme se encargó de cerrar la Sección Culinary Zinema.
Cuando se anunció El hoyo 2, muchos espectadores asumieron que se trataría de una secuela directa de la primera entrega. Sin embargo, el tráiler levantó sospechas, ya que mostraba personajes de la primera película, como Imoguiri (Antonia San Juan), Baharat (Emilio Buale) y Mihali (Alexandra Masangkay), además de Trimagasi (interpretado por Zorion Eguileor). Aunque pudiera parecer una precuela por la cronología de los eventos, no es exactamente el caso. La película retoma el universo, pero con nuevos personajes como la joven Perempuan (Milena Smit) y su compañero de celda Zamiatin (Hovik Keuchkerian), un hombre en apariencia rudo, obsesionado con la pizza, y que fue condenado por quemar la casa de sus padres.
Al estilo del multiverso de Marvel, el guion de El hoyo 2 se presenta como una historia paralela o alternativa a la original. Esto permite el regreso de personajes ya conocidos, en un contexto donde se pone a prueba un nuevo sistema de distribución solidaria de los alimentos. Los residentes del hoyo intentan regular su consumo para que los recursos lleguen a los niveles más bajos, pero el intento de justicia se ve rápidamente corrompido por los intereses individualistas, desencadenando el caos.
Un nuevo éxito para la plataforma
La película, al igual que su predecesora, plantea un desafío metafórico: la supervivencia de la humanidad depende de la decisión de alguien, como Goreng en la primera entrega, de proteger a los más vulnerables, simbolizados por los niños situados en los niveles más bajos. En El hoyo 2, este papel recae en Perempuán. La protección de los niños se convierte en una forma de salvación personal, pero el desenlace paralelo de ambos filmes deja cuestiones abiertas, como la naturaleza del subsuelo del hoyo y la identidad de quienes controlan el lugar.
Galder Gaztelu-Urrutia, ha señalado que el propósito de la saga es generar debate, lo que sugiere que las preguntas sin respuesta son intencionales, más allá de la violencia intrínseca entrte sus personajes. “Creo que la violencia forma parte de nuestras vidas, solo hace falta ver los telediarios. Pero no creo que sea más fuerte que, por ejemplo, Juego de Tronos, que me parece una violencia más cruel. Aquí forma parte de la esencia de los cómics, hay un elemento ‘distanciador’ aunque, sí, hay un poco de casquería”. Es posible que futuros filmes aborden estas incógnitas, dependiendo del éxito de El hoyo 2, que de momento ya se ha situado en lo alto de lo más visto en Netflix.