La novela que protagoniza un gato callejero que no entiende la depresión y las ansiedades humanas

‘Frankie’ es uno de los descubrimientos de las letras alemanas gracias a su ironía a la hora de abordar, a través de la perspectiva felina, el dolor y la tristeza de aquellas personas que han perdido las ganas de vivir

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Vídeo 'Frankie'

En un mundo donde las respuestas a la desesperanza suelen surgir de la compasión y la empatía, Frankie (Seix Barral), el protagonista felino de la última novela del tándem formado por J.M. Gutsch y Max Leo, rompe con todo lo previsible. Quizás por eso, por su frescura, originalidad y su inusual punto de vista, se ha convertido en una de las revelaciones de la literatura alemana.

En ella, conoceremos a Frankie, un gato callejero y hedonista cuya perspectiva ácida y carente de empatía se convertirá en la clave para entender las vicisitudes de Richard Gold, un hombre hundido por la pérdida de su mujer y su hijo no nato.

De qué va ‘Frankie’

La historia comienza con Gold al borde del suicidio, dispuesto a poner fin a su sufrimiento, cuando la indiferente presencia de un gato que se lame entre las patas lo interrumpe en el momento crucial. Y es así como se dará inicio a una narrativa donde lo trágico y lo cómico se entrelazarán de manera tan única como sorprendente.

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Frankie

Por J.M. Gutsch y Maxim Leo

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Los responsables aseguran que comenzar una novela con un intento de suicidio no era la mejor manera para vender la historia a ninguna editorial. Al principio fue rechazada por considerar el punto de partida como demasiado oscuro pero, para ellos, era necesario combinar el dolor máximo con las dosis de absurdo que están presentes en la vida. Así, el gato Frankie se convertirá en observador externo de la vida humana, a través de una mirada en la que no existen los conceptos de depresión o de crisis existencial, totalmente incomprensibles para su percepción animal.

¿Por qué un gato?

Según han comentado Gustch y Leo, por su carácter duro e indiferente. Frankie es un buscavidas, no entiende el sufrimiento ajeno y lo único que quiere es comer todos los días y, en su caso, tener una televisión cerca, porque le encantan las series y las películas protagonizadas por animales, por ejemplo, Lassie.

Este enfoque frío y distante hacia la depresión tiene una razón de ser: Gutsch vivió su propio episodio depresivo, lo que le llevó a ingresar en una clínica. En su experiencia, la compasión excesiva puede ser contraproducente para quienes atraviesan estos momentos.

Una novela reflexiva sobre la soledad

Frankie pone sobre la mesa un tema clave: la soledad que experimentan quienes se hunden en el abatimiento. A través de Gold, los autores reflejan el aislamiento que acompaña a las personas en estos momentos, tanto por su propia dificultad para aceptar su situación como por la incomodidad que generan en su entorno, lo que les provoca recluirse todavía más en su universo alienado.

La estructura de la novela alterna momentos de profunda reflexión con episodios disparatados que sacan a relucir las contradicciones de la sociedad actual a través de la ironía que desprende el gato Frankie. ¿Para qué necesitamos los seres humanos cosas tan inútiles como cortacéspedes o inodoros, para qué tenemos que creer en algo o darle un sentido a nuestras vidas?

Una lectura diferente que aborda los momentos oscuros a través de un humor vitriólico y una voluntad explícita de romper con los clichés a través de las conversaciones que gato y humano mantendrán y que nos llevarán de lo irracional a lo filosófico en un diálogo repleto de sabiduría y ‘practicidad’ gatuna trasladada a las ansiedades humanas.

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