El escritor español ‘superventas’ Arturo Pérez-Reverte parece fiel a su cita de publicar una nueva novela cada año. Si la temporada pasada las estanterías se llenaban con El problema final, en la que recuperaba la tradición del crimen y misterio para homenajear al personaje de Sherlock Holmes y a su autor, Arthur Conan Doyle, en esta ocasión presenta La isla de la Mujer Dormida, en la que se centra en otra de sus obsesiones, las historias de piratas en el entorno marítimo.
Para él, desde joven, el término “corsario” siempre le ha evocado la idea de relatos de viajes vinculados con algunas lecturas esenciales en su formación como La isla del tesoro o El corsario negro. Además, su padre había sido marino mercante y le había inculcado la afición a la pesca y al mar. Por eso, de alguna manera, es como si, en esta ocasión, regresara a los orígenes de su memoria íntima y familiar para hablar de su infancia desde una perspectiva adulta, abordando el Mediterráneo como su “patria” y recreando aquellos paisajes que le han marcado.
La isla de la Mujer Dormida
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La novela parte de un hecho real: el tráfico de mercancías y ayuda militar desde la URSS a España durante la Guerra Civil. Sin embargo, a partir de este contexto histórico, la trama se adentra en la ficción con la invención de una isla, una misión y una tripulación. “La torpedera y esos tripulantes son lo realmente revertiano”, explica el autor, que ha querido construir un territorio tan personal como mítico.
Contexto histórico sin ideologia
El protagonista de la novela es un marino profesional sin afiliación ideológica. “Crecí entre marinos, mi padre era amigo de muchos capitanes, y siempre los he admirado”, recuerda Reverte, quien buscó retratar en su protagonista a alguien alejado de los convencionalismos y fanatismos, un hombre común que se enfrenta a la guerra como un accidente del destino. Para él, estos personajes son más fascinantes por su distanciamiento de la tierra y la libertad que encuentran en la soledad del mar.
La figura femenina de Lena Katelios, otra de las presencias fundamentales, surge tanto de la tradición literaria como de su propia experiencia. Reverte admite que no se basa en una mujer concreta, sino en una idea recurrente a la hora de representar en sus textos mujeres complejas, con un pasado que las define y que les otorga una densidad especial. Mujeres con experiencia que, de alguna manera, enriquecen a los personajes masculinos dotándoles de una dimensión heroica a través de su mirada.
Reverte, con una vasta experiencia como corresponsal en zonas de conflicto, admite que la guerra ha marcado su visión del mundo y su narrativa. “He vivido veintiún años en la guerra. Para mí, la guerra es muy útil narrativamente, porque me ofrece una variedad de situaciones, de tensiones o incertidumbres que en la paz me costaría más encontrar”, confiesa. Su obra no se centra en el enfrentamiento entre “buenos y malos”, sino en la complejidad de los personajes y las circunstancias que enfrentan. “Ni aunque me lo proponga, me resulta imposible escribir una novela de buenos y malos”.
La crudeza de la guerra sin lecciones morales
La novela también aborda la dureza de la guerra en el mar, un entorno que, según Reverte, “no tiene compasión y mata igual al que es bueno y al que es malo”. Es un espacio donde la justicia no tiene cabida y magnifica su crueldad. “Si se hunde un barco, lo normal es recoger a los supervivientes, pero en cierto tipo de guerra, tienes que abandonarlos. Ésa es la regla, el drama”, señala el autor, reflejando en sus páginas no solo la violencia del conflicto, sino también los remordimientos y las lealtades que surgen en momentos de tragedia.
Para Reverte, La isla de la Mujer Dormida no busca dar lecciones o mejorar el mundo, sino ofrecer una historia bien contada que atrape al lector. “No quiero que el mundo sea mejor al terminar mi novela, solo construyo tramas interesantes para que el lector las viva conmigo”, concluye.
La novela transcurre en abril de 1937. España se encuentra en plena Guerra Civil mientras que el marino mecante Miguel Jordán Kyriazis, será enviado por el bando sublevado al mar Egeo para atacar a los soviéticos que ayudan a la República. En la base de operaciones, la vida del protagonista se cruzará con la del barón Katelios y su esposa, una seductora mujer que quiere escapar de su destino. Un relato de aventuras, espionaje y romance con un trasfondo histórico, marca de la casa.