Nadie habla de otra cosa. Tik Tok se ha convertido en una vorágine de espirales conspiranoicas que intentan explicar qué hay detrás del caso del rapero Sean Combs, conocido artísticamente como Puff Daddy o Diddy. Uno de los magnates del hip-hop de los años 90, transformador de un género que consiguió colarse en el mainstream sonoro estadounidense, fue detenido el pasado 16 de septiembre mientras se encontraba en un hotel de Nueva York (seis meses después de que las autoridades estadounidenses investigaran sus domicilios en Los Ángeles y Miami). El rapero recibió, entonces, más de diez demandas por abuso sexual y violación (una cifra que, tras varias semanas de investigaciones y destapes, ha aumentado hasta las 120 acusaciones de violencia sexual).
Diddy se encuentra en prisión preventiva desde mediados de septiembre a la espera de un juicio, bajo cargos federales de tráfico sexual, conspiración para cometer crimen organizado y transporte para ejercer la prostitución. El ganador de hasta cuatro premios Grammy, y que ha trabajado con estrellas de la talla de Mariah Carey, Beyoncé, Britney Spears, The Weeknd, Usher, Pharrell Williams, Cristina Aguilera, Katy Perry, Notorius B.I.G o Jay-Z, está copando todos los titulares.
La madre del rapero, Janice Combs, ha salido a su defensa publicando un comunicado en el que alega que Diddy “no es el monstruo que dicen que es”. “Es desgarrador ver a mi hijo juzgado no por la verdad, sino por una narrativa creada a partir de mentiras”, dice en una declaración que llega cinco días después de la eclosión del caso. “Presenciar lo que parece ser un linchamiento público de mi hijo antes de que haya tenido la oportunidad de probar su inocencia es un dolor demasiado insoportable para poner en palabras. Como todo ser humano, mi hijo merece tener su día en la corte judicial, para finalmente compartir su historia y probar su inocencia”, añade.
En el comunicado, Combs no busca retratar a su hijo como “perfecto, porque no lo es”. “Ha cometido errores en el pasado, como todos nosotros”, explica. “Es posible que no haya sido del todo sincero sobre ciertas cosas, como negar que alguna vez se haya vuelto violento con una exnovia cuando la vigilancia del hotel demostró lo contrario”, continúa. “A veces, la verdad y la mentira se entrelazan tan estrechamente que resulta aterrador admitir una parte de la historia, especialmente cuando esa verdad está fuera de la norma o es demasiado complicada para creerla. Estas mentiras arrojadas en su contra están motivadas por quienes buscan un beneficio económico y no justicia”, relata Janice.
“El mayor secreto de la industria del entretenimiento”
Desde el arresto de Diddy, las noticias han ido apareciendo en cascada, los detalles se han ampliado y las implicaciones han ido en aumento. El rapero habría presuntamente abusado de 120 víctimas, hombres y mujeres, y comprendidas entre los 9 y 38 años de edad, entre los que se incluyen 25 menores. Las presuntas agresiones abarcan un período de 20 años en las décadas de 2000 y 2010, cuando el artista estaba en la cima de su carrera y notoriedad pública. Según informa The Washington Post, los abogados del caso recibieron, en diez días, testimonios de más de 3.000 personas que habían presentado acusaciones contra Puff Daddy, aunque sólo pudieron corroborar 120 de dichos.
“El mayor secreto de la industria del entretenimiento, que en realidad no era un secreto en absoluto, finalmente ha sido revelado al mundo. El muro de silencio ahora se ha roto”, comentó Tony Buzbee, uno de los abogados principales, en una conferencia de prensa en Houston, según recogió el medio estadounidense mencionado.
Las supuestas agresiones ocurrieron principalmente en Nueva York, así como en Los Ángeles y Miami: siempre en lugares conocidos, hoteles y residencias privadas, incluidas fiestas navideñas y celebraciones por el lanzamiento de álbumes. Conocidas como Freak off parties, estos eventos no sólo eran de lo más excéntrico, sino que contaban con la participación de infinidad de amigos y A-listers de la industria, así como personas del círculo cercano de Diddy.
Más allá de las Freak off parties, el abogado Tony Buzbee alega que las agresiones también ocurrieron en audiciones y en las famosas ‘Fiestas Blancas’ que el rapero organizaba regularmente a principios de los años 2000. Además de agresión sexual violenta y abuso sexual, los abogados también planean acusar a Combs de facilitar sexo con una sustancia controlada, encarcelamiento falso, difusión de grabaciones de video y abuso sexual de menores.