La historia detrás de ‘Salem’s Lot’, la novela favorita de Stephen King: una pesadilla, corrupción política y qué pasaría si Drácula viviese en la actualidad

HBO Max estrena una nueva adaptación de la segunda y una de las más infravaloradas novelas del apodado ‘Maestro del terror’

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Imagen de 'Salem's Lot'
Imagen de 'Salem's Lot'

Cuando Stephen King tenía tan solo ocho años, tuvo una gran pesadilla. En el sueño, veía desde su ventana a un hombre colgado de la rama de un andamio en una colina. “El cadáver tenía un cartel con un nombre: ROBERT BURNS, pero cuando el viento movía el cadáver, de repente veía mi propio rostro. Podrido y comido por las aves, pero era mi cara. Y después.,el cadáver abría los ojos y me miraba”, recuerda el escritor de terror en su libro de no-ficción Danse Macabre. Aquella pesadilla de la que se levantó gritando en la oscuridad volvería a él dieciséis años más tarde, cuando empezase a escribir su segunda novela tras Carrie. Ese cadáver, aunque con otro nombre, sería la imagen central a partir de la cual escribir una de sus obras más infravaloradas y la que se ha acabado convirtiendo en la favorita del escritor: Salem’s Lot.

Con esa pesadilla arranca la novela, pero no la de Stephen King sino la de un tal Ben Mears, un escritor que regresa a su pueblo natal 25 años después de tener ese susto del que no se ha llegado a recuperar del todo. Con la idea de tomar inspiración para su siguiente novela, Mears comienza a interesarse por la gente del pueblo y pronto conoce al profesor local, Matt Burke, y a la estudiante Susan Norton, una graduada que aspira a abandonar el pueblo.

Interesado por la casa que inspiró su pesadilla, Mears descubre que pertenecía a un Hubie Marsten, un asesino a sueldo de la época Gran Depresión. Sin embargo, la casa pertenece ahora a Kurt Barlow, un inmigrante austríaco que ha llegado al pueblo con la idea de abrir un negocio de antigüedades. Aunque no conoce personalmente a Barlow, sí se encuentra con Richard Straker, su compañero de negocios y quien parece ocultar un gran secreto. Además, en el pueblo se están empezando a suceder una serie de desapariciones y asesinatos de lo más cruentos que activan todas las alarmas de Mears. Lo que está pasando en realidad es mucho peor de lo que puede llegar a imaginar el escritor.

Imagen de 'Salem's Lot'
Imagen de 'Salem's Lot'

Aunque King tuvo la pesadilla que supondría el punto de partida visual para la obra, lo cierto es que la idea de escribir sobre ella surgió en los años 70, cuando King se encontraba dando un curso de literatura de fantasía y ciencia ficción en la Academia Hampden. Durante aquellas semanas no podía pensar en otra cosa que no fuera el monstruo más icónico que ha dado la litetratura y el cine, y se puso a hablar con su mujer Tabitha de cómo sería Drácula si viviese en su época. “Probablemente lo atropellaría un taxi amarillo en Park Avenue y lo mataría”, sentenció la mujer, que sin embargo sembró sobre King la semilla de la que sería su siguiente novela. “Pensé que mi esposa probablemente tenía la razón y eso es lo que pasaría si el legendario conde llegase a Nueva York. Pero, ¿qué pasaría si fuese en un pequeño pueblo?

Así nació Salem’s Lot, o más bien Second Coming, que es el título que le había puesto originalmente King y que terminó cambiándose de nuevo por intervención de Tabitha King, a quien le sonaba a “una mala historia de sexo”. Se renombró como Jerusalem’s Lot, que era el nombre original del pueblo, pero finalmente sería acortado porque a los editores les parecía que sonaba demasiado religioso. El trato se cerró por 550.000 dólares, siendo el primer gran acuerdo del escritor tras los 2.500 dólares que había recibido como anticipo por Carrie, su primera novela y gran éxito que le abriría todas las puertas.

La invasión de los ultravampiros

Drácula y su pesadilla de niño no fueron los únicos motivos para sentarse a escribir Salem’s Lot, sino que también había un trasfondo político detrás de la novela. Hay que recordar que los años 70 fueron una época en la que el estado de alarma en la sociedad estadounidense llegó a su punto máximo de ebullición, que culminaría con el caso Watergate. King tenía muy presente este suceso a la hora de escribir, así como la creciente crispación y desconfianza del ciudadano hacia el gobierno tras la guerra de Vietnam. “Escribí Salem’s Lot durante el período en que se reunía el comité Ervin. Ese fue también el período en que nos enteramos por primera vez del allanamiento de Ellsberg, de las cintas de la Casa Blanca, de la conexión entre Gordon Liddy y la CIA, de las noticias sobre las listas de enemigos y de otros temibles datos de inteligencia. Durante aquel tiempo el Gobierno Federal había estado implicado en tantos subterfugios y tantas operaciones encubiertas que parecía que el horror no acabaría nunca”, explicaba King.

Este aspecto es uno de los que concede a Salem’s Lot algo distinto al resto de obras de vampiros, ya que no ponía el foco en un vampiro único como Drácula, sino en la idea de como una comunidad se puede acabar corrompiendo y uniendo fuerzas como método de supervivencia, aunque fuese en un pequeño pueblo de la América profunda. “Toda novela es en cierta medida un retrato psicológico inadvertido del novelista, y creo que la obscenidad incalificable de tiene que ver con mi propia desilusión y el consiguiente temor por el futuro. En cierto modo, está más estrechamente relacionada con La invasión de los ladrones de cuerpos que con Drácula. El miedo detrás de Salem’s Lot parece ser que el Gobierno ha invadido a todo el mundo”, argumentaba King, mencionando la pelícua de Don Siegel de los años 50 que a su vez hablaba de la caza de brujas y la labor del comité de actividades antiamericanas durante la época del senador Joseph McCarthy.

Imagen de la nueva adaptación de 'Salem's Lot', ya disponible en Max
Imagen de la nueva adaptación de 'Salem's Lot', ya disponible en Max

Regreso a Salem’s Lot

El éxito de Salem’s Lot quizá no llegó a la altura de Carrie, pero King salió airoso del desafío de la segunda novela con una obra que exploraba miedos clásicos y futuros como ninguna otra. Como sucedería con tantas otras, no tardó en tener una adaptación, que sería en 1979 en formato miniserie y a cargo de otro maestro del terror -aunque este del cinematográfico- como Tobe Hooper, autor de Poltergeist o la saga La matanza de Texas. La miniserie, que llegaría a Europa con una versión acortada para cines, es también una obra de lo más infravalorada, pero que logra captar la esencia de la novela original y presentar no solo un nuevo y aterrador vampiro, sino también otros momentos que hielan la sangre, como el del cadáver a través de la ventana que recreaba en gran medida aquella pesadilla de King.

La novela tendría otra adaptación en forma de miniserie en 2004, curiosamente con Donald Sutherland -protagonista de La invasión de los ultracuerpos, reactualización a su vez de La invasión de los ladrones de cuerpo-, pero la que ahora atañe es la que estrena HBO Max. Esta vez en forma de película, esta adaptación ha tardado en llegar a la plataforma e incluso casi inquieta a King, pero cuenta con su total aprobación: “Entre tú y yo, Twitter, he visto la nueva SALEM’S LOT y es bastante buena. Cine de terror de la vieja escuela: construcción lenta, gran recompensa. No sé por qué WB la retiene; no es que sea vergonzosa, ni nada. Quien sabe. Sólo escribo las malditas cosas”.

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