Patricia López Arnáiz, de intercalar trabajos como camarera a ganar la Concha de Plata en San Sebastián

Hay quien dice que el cine español son tres o cuatro actores haciendo las mismas películas, pero no es del todo cierto. Mientras hay una serie de intérpretes recurrentes para ciertos directores o géneros, también hay una galería de “nuevos” que se han ido adentrando en la industria con los años y ahora brillan con luz propia. Y no, no hablamos solo de actores y actrices jóvenes como Clara Galle o Nicole Wallace, sino también de quienes se han incorporado a la profesión a una edad más avanzada por cuestiones de la vida. Tal es el caso de una de las actrices más importantes del cine español a día de hoy, Patricia López Arnáiz.

Nacida en Vitoria-Gasteiz un 15 de abril de 1981, López-Arnáiz es de esas personas que no tuvo claro desde el principio que quería ser actriz. De hecho, antes de meterse en la actuación transitó entre varioas trabajos temporales de todo tipo. Estudió Publicidad y Relaciones Públicas, trabajó como camarera, como monitora en un comedor infantil, productora de conciertos de sala, fotógrafa... e incluso tocando la guitarra y cantando en un grupo. Fue entonces a los 25 años, en esa etapa en la que uno no sabe muy bien qué hacer con su vida, cuando emergió el teatro para iluminarle el camino a seguir.

Fue entonces cuando empezó a descubrir poco a poco la pasión que le había faltado hasta ese momento en las tablas del País Vasco, participando en obras como Maitasunaren Saltsa o Miren Poppins, tras haber pasado por la escuela Escuela de Teatro Vitoria Ortzai. No obstante, su salto a la pantalla fue nada menos qu en la serie Qué vida más triste, una especie de sitcom vasca en la que interpretaba a uno de los ligues de Borja Pérez, el protagonista. Su papel como trabajadora en una ONG quizá no pasaría a la historia -la serie ha adquirido la condición de culto con los años, eso sí-, pero sería la primera piedra en un largo camino hasta convertirse en la reputada actriz que es hoy.

Tras su paso por Basauri, a la actriz le llegó su gran oportunidad de la mano de Alberto Rodríguez, director de La peste. López Arnáiz dio el salto a lo grande con esta ambiciosa producción de Movistar+, una de las primeras grandes apuestas de la por entonces renovada plataforma junto a La zona, Matar al padre o El día de mañana. Su personaje en la serie de época como la noble viuda Teresa Pinelo sería no solo el que marcaría su asalto al éxito y reconocimiento, sino también la primera muestra de la personalidad que marcarían sus posteriores personajes: mujeres empoderadas, muy adelantadas a su tiempo y sin miedo a enfrentarse a las justicias de su tiempo.

Solo así se puede entender que un par de años después encarnase en Ane a Lide, una guardia de seguridad en un proyecto acosado por ETA que de la noche a la mañana perdía el rastro de su hija, y con él también su identidad como madre. Su interpretación fue merecedora de grandes elogios, y culminó en 2021 con la consecución del premio Goya a Mejor actriz protagonista. Era tan solo el principio, porque después encadenaría La cima, 20.000 especies de abejas y Nina, películas muy diferentes entre sí pero que le han permitido ir evolucionando como actriz y desarrollar su talento, dentro de que existieran similitudes entre cada uno de sus personajes.

El último, tras encarnar a la vengativa Nina de la película de Andrea Jaurrieta, ha sido el de Isabel en Los destellos, de Pilar Palomero. La nueva película de la directora ganadora del Goya por Las niñas cuenta la historia de Isabel, una mujer que hace años que se separó de su marido (Antonio de la Torre) pero que una petición personal por parte de la hija (Marina Guerola) que tienen en común hace que sus caminos se vuelvan a cruzar. Su ahora exmarido es un enfermo terminal que necesita de cuidados paliativos, e Isabel decide prestarse a tal cometido.

El de Los destellos podría parecer un papel más en su meteórica carrer hasta situarse como una de las actrices más demandadas en el cine español, pero nada más lejos de la realidad. Le ha valido otro gran premio como es la Concha de Plata en el reciente Festival de San Sebastián, y todo apunta a que estará en la terna de la próxima temporada de premios, con los Goya en el horizonte. En el camino, una serie de trabajos que han demostrado que nunca es tarde para encontrar la pasión y que en España pueden salir estrellas de los lugares más insospechados, como Basauri. Por su parte, López Arnáiz sigue viviendo en su Vitoria natal, para probar también que el talento y el arraigo también pueden estar por encima del centrismo de Madrid y Barcelona.