Desde los primeros compases del Festival de San Sebastián, Tardes de soledad se convirtió en la película más polémica de esta edición, incluso PACMA se manifestó para que retiraran este trabajo documental de la sección oficial del certamen ya que, para ellos, ‘romantizaba’ el sufrimiento animal a través de la violencia ejercida a los toros de lidia en las corridas.
Sin embargo, a pesar de esas controversias que, por otra parte siempre suelen acompañar a Albert Serra, ya sea por sus películas o por sus declaraciones, desde su primera proyección quedó claro que nos encontrábamos frente a una obra que traspasaba cualquier tipo de consideración ética y que se enmarcaba dentro del arte en estado puro.
Así lo ha sabido valorar el jurado de esta 72 edición del Zinemaldia, presidido por Jaione Camborda (Concha de Oro el pasado año gracias a O Corno) y compuesto por la escritora y periodista argentina Leila Guerriero, el actor Fran Kranz, el director griego Christos Nikou (autor de Fingernails), la productora francesa Carole Scotta (fundadora de Haut et Court) y el cineasta austríaco Ulrich Seidl que, precisamente, se suele mover en los mismos terrenos resbaladizos que el cine de Albert Serra.
El Premio Especial del Jurado o, lo que es lo mismo, el segundo en importancia ha ido a parar a The Last Showgirl, el tercer largometraje de Gia Coppola, nieta del gran Francis Ford Coppola, en la que rescata a Pamela Anderson para hablar de la fractura del sueño americano en el escenario decadente de Las Vegas a partir del punto de vista de una mujer que ha ejercido la profesión de ‘vedette’ durante treinta años y que debe de replantearse su vida después del cierre definitivo del espectáculo en el que participaba.
De manera excepcional, se ha destacado el trabajo de todo el elenco, encabezado por Anderson, que ha recordado a todos sus compañeros de reparto.
La Concha de Plata a la Mejor Dirección ha sido ex-aequo, para el filme en clave social On Falling, producido por Ken Loach al frente del que se encuentra al frente Laura Carreira, que debuta en la dirección de largometrajes con este contundente trabajo de denuncia social alrededor de la inmigración y la explotación laboral y para otra ópera prima, como es El llanto, inscrita en el género de terror, que reconocía el talento emergente de su director Pedro Martín-Calero con este galardón compartido que se ha encargado de reivindicar las nuevas voces dentro de panorama cinematográfico, aunque sea desde perspectivas totalmente diferentes.
Premios de interpretación sin distinción de género
Desde hace unos años ya no hay distinción de género dentro de los premios de interpretación. Así que en la categoría de protagonista, la ganadora ha sido Patricia López Arnaiz por su delicadísima participación en Los destellos, la nueva película de Pilar Palomero que habla sobre cómo acompañar durante la enfermedad y la muerte.
La interpretación de reparto ha ido a parar a una de las grandes revelaciones del festival, Pierre Lotin por Cuando cae el otoño, de Françoise Ozon, que también ha conseguido el Premio al Mejor Guion gracias una intriga casi doméstica que remite al cine de Claude Chabrol y en la que dos mujeres ancianas se enfrentan a diferentes problemas con sus hijos después de un pasado turbulento.
Decimos que Pierre Lotin se ha convertido en inesperada sorpresa porque también es el protagonista de la película que ha enamorado dentro de la sección Perlak y que ha ganado el Premio del Público. Se trata de Por todo lo alto y es una preciosa historia de reconciliación entre dos hermanos separados después de perder a su madre en la que la música tiene un papel fundamental. Además, el fin de la existencia también forma parte de su espina dorsal, convirtiéndose la muerte en uno de los temas que han atravesado buena parte de las películas proyectadas durante el festival, entre ellas, por supuesto, La habitación de al lado, del reciente Premio Donostia Pedro Almodóvar.