Paula Ortiz adapta el ‘caso Hildegart’ en ‘La virgen roja: feminismo, fanatismo y una impresionante Najwa Nimri

La directora de ‘La novia’ ha presentado en el Festival de San Sebastián su última película, basada en uno de los episodios más impactantes de la crónica negra de nuestro país

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Tráiler de 'La virgen roja'

Se llamaba Hildegart Rodríguez Carballeirea y se convirtió en un icono de la revolución feminista en los tiempo de la República. Cuando apenas había alcanzado la mayoría de edad (además de tener varias carreras, saber seis idiomas y haberse educado en casa de la forma más estricta), comenzó a publicar textos que todavía constituyen un precedente fundamental dentro del activismo en lo que se llamó, en ese momento, la Reforma Sexual.

Hildegart fue hija de Aurora Rodríguez, una mujer adelantada a su época que intentó constituir, a través de su descendencia (y de toda una teoría sobre la especie, la eugenesia), el germen de una nueva época a través de la mujer como icono del adelanto progresista. Eran momentos convulsos a nivel político y social, pero ella tenía un “proyecto” en mente de lo más ambicioso: crear y moldear a la mujer de la nueva era, capaz de desafiar los retos de la sociedad del momento a través del saber intelectual y el espíritu contestatario.

Sin embargo, cuando Aurora se dio cuenta de que Hildegart no iba a cumplir sus propósitos, cuando la joven intentó salir de su nociva esfera y quiso escapar, la mató, convirtiéndose en uno de los crímenes más incomprensibles de la crónica negra española.

Mucho más que un ‘true crime’

Poster de 'La virgen roja', la película de Paula Ortiz sobre Hildegart Rodríguez
Poster de 'La virgen roja', la película de Paula Ortiz sobre Hildegart Rodríguez

A partir de esa premisas surge La virgen roja, la nueva película de Paula Ortiz, una directora que siempre ha defendido una visión ‘autoral’ en sus películas, en las que se mezcla la potencia de las imágenes y la poesía visual para hablar de temas que le interesan, sobre todo alrededor de la mujer. Así, se pone al servicio de la historia pero, por supuesto, para componer una película totalmente antagónica a las normas y características del ‘true crime’ convencional.

Porque Paula Ortiz no quiere centrarse solo en el crimen en sí. Le interesa plasmar el momento histórico de la época, por una parte y, por otra, reflejar la relación entre esa madre y esa hija encerradas en ese mundo paralelo de las ideas que termina siendo asfixiante. En ese sentido, se aleja diametralmente de la propuesta que llevó a cabo Fernando Fernán Gómez en 1977, Mi hija Hildegart, que se basaba principalmente en la figura de Aurora y en el juicio en el que ella defendía su inocencia a partir de sus particulares principios.

¿Cómo plasmar aquello que te revuelve y convulsiona hasta límites insospechados? Lo que hace Paula Ortiz es adentrarse en ese abismo, en esa cuerda floja en la que en la que la locura y el fanatismo se dan de la mano. Y es que, en efecto, La virgen roja es una película profundamente política y que, de alguna manera reverbera en nuestro tiempo a la hora de hablar de los posicionamientos extremos ideológicos y políticos.

Una de las interpretaciones femeninas del año

Najwa Nimri en 'La virgen roja', de Paula Ortiz
Najwa Nimri en 'La virgen roja', de Paula Ortiz

La película, que se estrena el 27 de septiembre en salas, es uno de los primeros originales de Prime Video en España y la propuesta surgió de la productora María Zamora (Premio de Cinematografía de este año), el guion fue sido escrito por Clara Roquet y Eduard Solá y está protagonizada por Najwa Nimri (en el papel de Aurora) y Alba Planas (como Hildegart).

A pesar de ser un encargo, La virgen roja es una película que se adapta a la perfección al imaginario de Paula Ortiz, que vuelve a demostrar que es una directora virtuosa con una capacidad visual arrolladora que, en este caso, compone una obra tan magnética como macabra y que casi termina por convertirse en una película de terror, tanto a nivel de atmósferas como por la composición de Najwa Nimri, de una gelidez que hiela la sangre.

La película irá avanzando a través del progresivo choque entre las dos mujeres, que representan lo apolíneo y lo dionisíaco. Aurora siempre se mostrará firme en cada una de sus decisiones con respecto a su hija mientras que Hildegart irá progresivamente abriéndose al mundo, acercándose al efervescente ambiente político de la época, hasta que comience a necesitar ser libre más allá de su madre y ese será su único pecado.

Una historia terrible que se encuentra incrustada en el imaginario colectivo de toda una generación y que ahora se cuenta desde el punto de vista estrictamente femenino para asomarse al abismo de una maternidad absolutamente aterradora.

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