La noche del 20 de agosto de 1989, Beverly Hills fue el escenario de uno de los crímenes más impactantes en la historia de Estados Unidos: el asesinato de José y Mary Louise Menéndez. Sus hijos, Erik y Lyle Menéndez, tomaron dos escopetas y dispararon repetidamente contra ellos en su propia casa en las colinas de Hollywood. Los hermanos alegaron que su decisión venía motivada por un continuado abuso físico y psicológico por parte de sus padres, una razón de peso para justificar su asesinato (una situación similar a la de Gypsy Rose Blanchard, que este año salió de la cárcel). Ahora, nuevas pruebas podrían cambiar radicalmente la percepción sobre el caso de los Menéndez (y Netflix se ha encargado de trasladarlas a la ficción con Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, una nueva entrega de la saga Monstruos creada por Ryan Murphy (tras el éxito de La historia de Jeffrey Dahmer) y protagonizada por Javier Bardem, Chloë Sevigny y Cooper Koch.
El caso de los Menéndez es recordado, no sólo por la brutalidad del crimen sino también por las excentricidades que siguieron. Tras asesinar a sus padres, Erik y Lyle se dirigieron al cine a ver una película de James Bond, aunque finalmente no encontraron entradas para Licencia para Matar y terminaron viendo otra película. Al regresar a casa, descubrieron los cuerpos de sus padres y llamaron a la policía, llevando a cabo una actuación para hacer creer que habían descubierto la escena del crimen por primera vez en ese momento.
Durante el juicio, la defensa de los hermanos Menéndez argumentó que los asesinatos fueron resultado de años de abuso sexual, físico y emocional a manos de su padre, José Menéndez. El motivo que llevó a los hermanos a asesinar a sus padres cauusó una gran división en la opinión pública y en el jurado, llevándose a cabo dos juicios separados y muy públicos. La primera ronda de juicios terminó en un jurado dividido, sin embargo, en el año 1996, ambos hermanos fueron finalmente condenados por asesinato en primer grado y sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Ahora en la ficción, la serie promete convertirse en un nuevo fenómeno para el gigante del streaming.
A lo largo de los años, el caso de los Menéndez ha sido objeto de múltiples documentales y series televisivas, explorando la complejidad de las relaciones familiares y las circunstancias alrededor de los crímenes. Netflix ha decidido revivir el caso con una nueva producción que promete aportar una perspectiva fresca y, en algunos aspectos, reveladora.
La figura del padre, José Menéndez (interpretado por Bardem), un emigrante cubano que ascendió profesionalmente hasta convertirse en ejecutivo de una importante empresa, International Video Entertainment, se ha mantenido como un punto crucial en el análisis del caso. La dinámica familiar en un entorno de alta presión profesional y social pudo contribuir al conflicto que terminó en tragedia, según argumentaron los defensores de los hermanos durante el juicio.
Más de tres décadas después, el caso de los Menéndez sigue siendo estudiado y debatido. Las nuevas pruebas podrían reescribir lo que se sabe sobre el entorno y los sucesos que llevaron al fatídico 20 de agosto de 1989. Los cambios en la percepción legal y social sobre el abuso pueden llegar a influir en revisiones del caso, una realidad que mantiene a la opinión pública y a los expertos con la lupa sobre esta historia.
Se espera que con los nuevos materiales y testimonios, el documental de Netflix no sólo vuelva a poner en el centro del debate el caso de los hermanos Menéndez, sino que también induzca a una reflexión profunda sobre temas como el abuso intrafamiliar y sus consecuencias a largo plazo.