Brian De Palma, un ‘intocable’ del Nuevo Hollywood atrapado por el fantasma de Hitchcock

La Filmoteca Española presenta un ciclo dedicado al autor de ‘Scarface. El precio del poder’ o ‘Carrie’ que se podrá ver hasta finales de año

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Brian De Palma y Al Pacino el el set de 'Scarface'
Brian De Palma y Al Pacino el el set de 'Scarface'

Es difícil encontrar un director de los años 80 que haya tenido más repercusión e influencia en generaciones venideras que Brian De Palma. Basta echar un vistazo a los estrenos más recientes como Maxxxine o La trampa para encontrar el rastro del director nacido en Nueva Jersey que firmó algunas de sus mejores obras durante aquella década: Vestida para matar, Impacto, Scarface (El precio del poder), Doble cuerpo o Los intocables de Elliot Ness. Un legado que sigue muy presente en los nuevos cineastas, pero también entre el público.

Es por ello que desde Filmoteca Española han decidido dedicarle una retrospectiva al director, recuperando no solo sus grandes éxitos de la década, sino también las películas que los precedieron en los 70, o sus trabajos más recientes y menos reconocidos pero igual de reivindicables. Este último grupo lo engrosan títulos como Redacted, Passion o Domino, su última película hasta la fecha, mientras sigue preparando su próximo largometraje, Sweet Vengeance. De este modo, el cine Doré repasará desde el 1 de septiembre hasta el mes de diciembre el corpus de uno de los grandes cineastas de la historia del Hollywood moderno, con presentaciones y coloquios incluidos para hacer más inmersiva y didáctica la experiencia descubriendo o revisitando a De Palma.

Pero, ¿qué tiene este director para ser tan importante y suponer una gran influencia en el cine actual? Pues bien, lo primero que hay que entender es que no se entiende buena parte del Hollywood moderno sin su figura y la de sus coetáneos del llamado Nuevo Hollywood, un movimiento que supuso la transición del cine clásico hacia una nueva forma de hacer el séptimo arte. Este movimiento estaba encabezado por Steven Spielberg, George Lucas, Francis Ford Coppola o Martin Scorsese, y estaba caracterizado por una mirada diferente no ya solo a la hora de reinterpretar los géneros clásicos -drama, comedia, acción o terror-, sino también por la forma de hacerlo. En este sentido, Brian De Palma es quizá el mejor ejemplo.

Desde sus inicios, el cineasta apostó por un estilo muy manierista, en el que remarcaba mucho cada movimiento de cámara y con el que no dudaba en salirse de la corriente general para probar cosas nuevas. En el cine de De Palma son fácilmente reconocibles los zooms, los primerísimos primeros planos, la pantalla partida mediante el llamado split-diopter, las secuencias a cámara lenta o directamente giros de 360º para enfatizar las emociones de los personajes o dar mayor dramatismo a sus escenas. Todo ello además con un gusto marcado por ciertos temas o más bien fetiches, porque en el cine de De Palma cada deseo es una obsesión. Así pues, no es raro encontrarse a lo largo de sus obras personajes con múltiples identidades -Vestida para matar, En nombre de Caín-, ambiciones desmedidas -Scarface, Atrapado por su pasado- o con un regusto de patetismo e ironía -Doble cuerpo, Femme fatale-. Porque tampoco sería De Palma si no hubiera un punto de socarronería en todos sus personajes y películas.

Imagen de 'Doble cuerpo'
Imagen de 'Doble cuerpo'

Juego de espejos

Hablando de sus personajes, la filmografía de De Palma está repleta de caracteres procedentes de los mundos más variopintos, aunque casi siempre con personalidades comunes y con un destino que parece escrito desde antes de comenzar la película. Desde sus películas más políticas y satíricas de los inicios -Saludos, Hola mamá- a sus películas más comerciales como Los intocables de Elliot Ness o Misión imposible, los personajes tienen siempre una doble moral, unas flaquezas y unos anhelos que en la mayoría de casos los llevan a la perdición. No es que no quiera a sus personajes, ni mucho menos, sino que estos se rodean siempre de las peores compañías y son engullidos por mundos que no tienen clemencia alguna con sus ideales o aspiraciones. Por ello es que en sus filmes hay lugar para la violencia más explícita o las escenas más crudas y desagradables, siendo el inicio de Carrie con la menstruación o el tiroteo final de Scarface con Al Pacino dos caras de una misma moneda.

Para demostrar que tal es la impronta de De Palma en el futuro como el pasado lo fue para él, el Cine Doré de la Filmoteca Española prepara también un ciclo paralelo al de De Palma cuyo título es nada menos que Juego de espejos. En él se podrán ver películas que también tuvieron una influencia definitiva en el cineasta o que directamente dialogan con sus filmes, como Howard Hawks, David Cronenberg, Michelangelo Antonioni o, por supuesto, Alfred Hitchcock. Porque no se puede entender tampoco a De Palma sin Hitchcock, ya que fue su maestro y a la vez su espejo en el que deformarse. Muchos han intentado imitar al maestro del suspense pero pocos han conseguido reinterpretarlo y darle una vuelta de tuerca como De Palma, quien en algunas películas copia descaradamente sus argumentos o sus personajes pero siempre guardándose un as bajo la manga para reinventar el cine del autor de La ventana indiscreta o Psicosis. Esta última se podrá ver ya desde este mes de septiembre, pero tantas otras estarán esperando en los venideros para acompañar a las obras de un De Palma que sigue conquistando a los más veteranos, pero también a los más noveles.

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