He aquí una comedia diferente, hecha para el lucimiento de una estrella tan particular como Vince Vaughn y que se escapa de cualquier estereotipo para configurar una identidad propia de lo más adictiva, entre otras cosas, porque nunca sabes muy bien qué va a pasar a continuación.
Así es Mono malo, que se estrenó en Apple TV el pasado 14 de agosto y que ya apunta a convertirse como una de las series más frescas de este verano. En ella, Vaughn (al que hacía mucho tiempo que no veíamos en un papel protagonista y que le sienta como un guante), interpreta a Andrew Yancy, un policía de los Cayos de Florida que fue suspendido por lanzar al marido de su amante, Bonnie (Michelle Monaghan) al Atlántico, un hecho que fue registrado en un vídeo que se hizo viral por Internet.
Yancy es un poco vividor, un poco pasota, pero ama su trabajo y verá la oportunidad de volver a él gracias a un brazo cortado encontrado en el océano que lo introducirá en toda una delirante trama en la que hay constructores despiadados, viudas asesinas, vudú y, por supuesto, un mono.
El mono es la estrella
El mono en cuestión (de la raza capuchino) no es otro que Crystal the Monkey (en realidad es una mona) a la que hemos visto desplegando sus habilidades y sus encantos en películas como Noche en el museo, Resacón 2 ¡Ahora en Tailandia! o Los Fabelman, a las órdenes de Steven Spielberg.
Alrededor de Yancy (y del mono) se aglutinará toda una serie de personajes extravagantes, desde una médica forense (Natalie Martinez) que se pone la ropa de los cadáveres que examina, a una misteriosa ‘chamana’ a la que llaman la Reina Dragón (Jodie Turner-Smith) o un joven, Neville (Roland Peet), que lucha por conservar la cabaña frente mar que construyó su padre en las Bahamas, y que ahora va a ser destruida por el malévolo constructor.
Una comedia diferente
La serie se encarga de adaptar una de las novelas del periodista y escritor Carl Hiaasen y en ella se alterna la intriga policiaca con aires tropicales y la comedia disparatada a través de situaciones tan surrealistas como repletas de ingenio.
Entre los creadores, encontramos a Bill Lawrence, que había estado detrás de Scrubs, Terapia sin filtro o Ted Lasso. En definitiva, un especialista en confeccionar cruces atípicos bañados de humor entre temas de actualidad (en este caso encontramos muy patente el espíritu ecológico) junto con los géneros más inesperados que uno pueda imaginar. En este caso, el tono parece remitir a ciertas películas de entretenimiento de los años ochenta, como Superdetective en Hollywood, pero también, por qué no, al estilo de los hermanos Coen.
En cualquier caso, uno de los máximos atractivos de Mono malo es precisamente que escapa a cualquier tipo de expectativa o idea preconcebida: es divertida, macarra, insensata y chispeante, algo que no resulta tan fácil de encontrar dentro de la oferta cada vez más homogénea de las plataformas en ‘streaming’.
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