El Festival de San Sebastián ha anunciado que uno de sus Premios Donostia irá a parar al director Pedro Almodóvar. ¿Cómo es posible que el autor más internacional en activo en nuestro país no tuviera ya en sus manos este galardón?
La relación entre Almodóvar y el certamen donostiarra siempre ha tenido sus más y sus menos a pesar de que la carrera del cineasta comenzó precisamente allí, cuando se proyectó en 1980 su ópera prima Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, que compitió en la Sección Nuevos Realizadores.
El idilio continuó con Laberinto de pasiones, que estuvo presente en la Sección Oficial dos años después, en la que continuó fiel a su estilo fresco y rupturista dentro del marco de la Transición a través de personajes e historias que desafiaban los límites de lo que hasta el momento se había considerado políticamente correcto.
Distanciamiento del certamen a partir de su éxito internacional
Su carrera continuó escalando en calidad y personalidad y pronto comenzó a estar presente en festivales internacionales, como ocurrió con La ley del deseo, que se proyectó en Berlín. Aunque su espaldarazo definitivo se produjo con Mujeres al borde de un ataque de nervios, gracias a la que consiguió el prestigio mundial acuñando su propio estilo a través de la comedia.
La carrera de premios de Mujeres al borde de un ataque de nervios comenzó en el Festival de Venecia, donde Almodóvar consiguió alzarse con el mejor guion y Carmen Maura con el reconocimiento a la mejor actriz. Fue la primera de sus películas que nos representaría en los Oscar, cosechando una enorme cantidad de reconocimientos tanto en Europa como en Estados Unidos.
Almodóvar no volvió a presentar ninguna de sus películas en el Festival de San Sebastián hasta La flor de mi secreto en 1995, película que supone un punto de inflexión en su carrera. A partir de finales de los años noventa, el director manchego comenzaría su estrecha relación con el Festival de Cannes, donde se proyectó Todo sobre mi madre, película fundamental en su trayectoria (y que este año cumplía 25 años) y gracias a la que ganaría el Oscar a la mejor película extranjera.
La mala educación se convertiría en la película de inauguración del festival francés en 2004, aunque fuera de concurso y sí que volvió a la competición oficial con Volver, cuyo elenco femenino ganó el premio a la “mejor actriz” y Almodóvar el de mejor guion.
Idilio con Cannes y Venecia
A partir de ese momento, se convirtió en un habitual de Cannes, parecía que no había otro lugar donde presentar sus películas, asentando definitivamente a Almodóvar dentro del Olimpo de los grandes autores consagrados: Los abrazos rotos, La piel que habito, Julieta y Dolor y gloria, gracias a la que Antonio Banderas ganó la Palma de Oro a la mejor interpretación masculina.
Almodóvar cambiaría Cannes por Venecia a partir de su cortometraje La voz humana, su primer experimento en inglés protagonizado por Tilda Swinton. Le seguiría Madres paralelas, que le brindó a Penélope Cruz la Copa Volpi y solo ha vuelto a regresar a Cannes para presentar otro cortometraje, Extraña forma de vida, protagonizado por Ethan Hawke y Pedro Pascal.
¿Y San Sebastián? El director continuó manteniendo el contacto, pero nunca utilizaba el certamen como plataforma de lanzamiento de sus películas. ¿Quizás no era lo suficientemente prestigioso? ¿Era más una cuestión del propio director o del festival que, a pesar de tener la categoría A no tenía el músculo para su impulso mundial?
Apoyo a San Sebastián
Por esa razón, fueron algunas las voces que acusaron a Pedro Almodóvar de elitismo por no presentar ninguna de sus películas en el festival, a pesar de que su presencia ha sido constante a lo largo de su carrera. Casi todas sus obras se han proyectado en la sección Made in Spain, Todo sobre mi madre recibió el Premio Fipresci en San Sebastián, al igual que Volver y se han recuperado algunos de sus trabajos primigenios, como Trailer para amantes de lo prohibido o Folle, folle, fólleme, Tim.
También ha estado presente entregando diferentes premios Donostia, como a Al Pacino en 1996, a Woody Allen en 2004 y a su actor fetiche Antonio Banderas en 2008. Además, asistió al 50 aniversario del certamen y, en calidad de productor a través de El Deseo, ha presentado diferentes películas.
Ahora parece que, si alguna vez hubo algún tipo de discrepancia, se ha disuelto por completo. Esta edición del Festival de San Sebastián, la número 72, será muy especial. En ella recogerá también el Premio Donostia la actriz Cate Blanchett, con la que el director estuvo vinculada en la adaptación de Manual para mujeres de la limpieza, basada en la obra de Lucia Berlin, que finalmente se quedó por el camino, y Javier Bardem también será protagonista de una de las galas para recoger el galardón que el correspondía del año pasado y que quedó sin ser entregado oficialmente debido a la huelga de actores en Hollywood. Además, Tilda Swinton, será la encargada de otorgarle el reconocimiento y juntos presentarán La habitación de al lado después de su paso por el Festival de Venecia.