El tiempo es relativo (sobre todo cuando haces dominadas o cualquier plancha capaz de quebrar el ritmo cardíaco y digestivo), pero más si cabe cuando, hace tres meses, los swifties españoles esperaban ansiosos para presenciar la que iba a ser la primera visita de Taylor Swift a España en 13 años. La cantante estadounidense (que recientemente ha cancelado sus tres espectáculos en Viena, Austria, por una alerta terrorista), pisó el Santiago Bernabéu los días 29 y 30 de mayo con su The Eras Tour, una mastodóntica gira en la que repasa todas las etapas musicales que han marcado su trayectoria profesional.
Ella fue la primera en inaugurar el templo blanco como nuevo espacio para la melomanía. Sus dos conciertos, un éxito rotundo que trasladaron a la ‘fiebre swiftie’ a la primera plana, contaron con más de 60.000 espectadores cada noche. Tras ella llegó Duki, una furia argentina capaz de hablarle a la nueva generación de oyentes y artistas, Manuel Carrasco, Luis Miguel, que regresaba a nuestro país siete años después, o Karol G, otra de las protagonistas indiscutibles del periodo estival en el catálogo de eventos del Bernabéu. La colombiana convirtió el estadio blanco en el templo del perreo y el bellaqueo durante cuatro noches consecutivas (y con todas las entradas agotadas) los días 20, 21, 22 y 23 de julio.
Más allá de algunos de los grandes nombres de la industria musical que han querido dejar su huella en la que muchos consideran como la nueva reina de la baraja del espectáculo, los primeros meses del Santiago Bernabéu como espacio reconvertido en un juego de luces musical han venido cargados de polémica. Los vecinos que habitan en las zonas colindantes del estadio llevan meses quejándose de los altos niveles de ruido. Además, las jornadas que albergan los conciertos convierten la zona en un espacio repleto de basura.
A las noches de los conciertos (que han llegado a superar los 85 decibelios cuando la ordenanza que lo regula, de acuerdo con la Ley del Ruido, establece como límite máximo los 53 decibelios en horario nocturno para espectáculos y los 63 durante el día) se suman los ensayos en las jornadas previas y la juerga posterior que se produce una vez finaliza el evento, una fiesta que amplía el horario de dolencias sonoras hasta la madrugada. Los vecinos están desesperados. Tras sus denuncias primigenias, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, aseguró a finales de junio que los macroconciertos se limitarían a 20 al año, una decisión que aumentó su enfado. Afirmaron que “no es una solución en absoluto” y criticaron que el regidor se reuniese con el Real Madrid en lugar de sentarse a dialogar con los afectados.
Nicolás, un vecino que administra el perfil en la red social X (antes Twitter) de @RuidoBernabeu, explicaba hace unas semanas a Infobae España que la situación es insostenible. El afectado, que es padre de una niña, recordaba que no solo se trata de esos supuestos 20 macroconciertos, sino también de los 30 partidos que se juegan a lo largo del año y otros muchos eventos que se celebran en el estadio. “Estamos hablando de unos 50 eventos al año, es decir, casi todas semanas hay uno, y eso sin incluir el resto de conciertos que no son masivos, además de los eventos de diferente naturaleza, como los de empresas, que también tienen lugar entre semana. En el peor de los casos hemos tenido hasta tres macroeventos de siete horas seguidas en días consecutivos”, lamentaba.
“Estamos hablando de unos 50 eventos al año, es decir, casi todas semanas hay uno, y eso sin incluir el resto de conciertos que no son masivo” | Nicolás, la figura detrás de la cuenta @RuidoBernabeu
Sin duda, @RuidoBernabeu ha sido uno de los grandes protagonistas de estos últimos meses (junto con el resto de vecinos a los que también otorga un altavoz). Sus tuits, apariciones televisivas y demandas han hecho casi más ‘ruido’ que 60.000 swifties cantando All Too Well (Taylor’s Version) a todo pulmón. “Es horrible vivir con ruidos. No nos dejan descansar y esto supone un grave trastorno para los niños”, además de otras incomodidades como “los cortes de tráfico que se generan en la zona y la suciedad”, tal y como indicó a este medio. “Ya llevamos cinco años aguantando las obras del Bernabéu y ahora estamos siendo agredidos permanentemente también con los conciertos y otro tipo de actividades que se llevan a cabo en el recinto”, dijo a Infobae España Jesús, otro vecino afectado que asegura que el concierto de Duki del pasado 8 de junio “parecía una misa satánica, con los sonidos graves especialmente elevados”.
Límite hasta las 23:00 horas
Tras varias propuestas y promesas que había anunciado el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida, entre ellas la de limitar a 20 los macroeventos del año, el pasado 23 de julio se acordó limitar a las 23:00 horas los futuros conciertos que vayan a tener lugar en el Bernabéu, restringir los horarios de los ensayos y reforzar la limpieza en la zona.
El pacto acordado entre el Consistorio y el Real Madrid tiene como objetivo reducir las molestias a los vecinos de la zona hasta que el club implemente todas las medidas del plan de control de emisiones sonoras. También se adelantará la apertura de puertas del estadio. En cuanto a la limpieza, se va a reforzar el servicio del SELUR en horas previas y posteriores a los eventos. Además, se van a implantar nuevos sistemas operativos de recogida de residuos, como la colocación de más contenedores. De momento, y quitando los dos conciertos que el icónico grupo Aventura dará los próximos días 7 y 8 de septiembre con su gira Cerrando Ciclos, el Bernabéu se despide como recinto de conciertos hasta diciembre, mes en el que Aitana efectuará su doble sold out con su Alpha Tour los días 28 y 29 de diciembre.