La Real Academia Española (RAE) aceptó la palabra postureo en el año 2017, pero para algunos de los asistentes al Mad Cool es como si dicho evento canónico se hubiese producido hace una semana. “Aquí me lo paso que flipas”, dice un hombre de mediana edad que parece estar viviendo una experiencia completamente opuesta a la de sus declaraciones. Su acompañante habla de lo “guay” que es poder escuchar a “este tipo de bandas y música”, una generalización que incluye la toma de una foto de la puesta de sol que se esconde tras la noria. Da igual quién actúa porque, ante todo, lo primero es siempre la instantánea. Mañana ambos dirán en sus respectivos trabajos que ha sido la mejor experiencia de su vida.
La segunda jornada del festival madrileño, que comenzó el miércoles con la hegemonía pop de Dua Lipa, mantenía las altas temperaturas, pero contaba con un cartel completamente distinto y liderado por las bandas masculinas y la nostalgia. Lo primero que suena al llegar al espacio Iberdrola Music (una nomenclatura que cuesta mucho apañar entre párrafos) es Danza Kuduro, el éxito estival de Don Omar y Lucenzo que habrá espantado a los seguidores de Pearl Jam, el pez gordo de la noche (que actuó hace unos días en Barcelona).
La pureza sonora se palpa en el aire por la media de edad, mucho más alta que en la jornada anterior, y por la cantidad de gorras de la banda estadounidense que se pasean por el recinto. Con unos esplendorosos 33 grados a las 20:30 horas de la tarde, ¿qué podía salir mal en Villaverde Alto? Eddie Vedder ha pasado olímpicamente de mostrar la destreza lingüística de Dua Lipa y ha preferido hablar español con hoja en mano. “No os veo bien, os veo fantásticos, súper bien”, ha espetado con un tosco acento. Por lo menos sabemos que la inteligencia artificial ha servido para ayudar al líder de Pearl Jam a armar su sencillo discurso.
Vedder saca una botella de vino y brinda por los allí presentes, pero no ha tenido en cuenta que uno de sus seguidores está que arde (y no precisamente por el calor). “Me cago en los cien putos euros que te he dado”, espeta hacia la pantalla que muestra la actuación de la banda. Fuera del meollo el concierto no se escucha nada bien, y tampoco ayuda que el viento que se ha levantado mueva con insistencia los altavoces. No contento con haber gritado lo anterior a los cuatro vientos, el señor se acerca a un segurata para ver si el ‘modo Karen’ cuela... o simplemente para no llevarse el cabreo a casa.
Pearl Jam no han sido el único grupo en ponerle banda sonora a la nostalgia. Keane se ha llevado el beneplácito de un público que se ha arropado a sus canciones. Hopes and Fears, su álbum debut, cumple dos décadas y los británicos han querido celebrarlo encima del escenario. El disco ha envejecido tan bien como los miembros de su banda. Quizá es mejor dejar a un lado las complicadas rutinas de skincare y confiar en la fuerza de una poderosa (y mediterránea) genética.
Los asistentes son, ahora, pintorescos. Está Joserra, que lleva una elástica personalizada del Rayo Vallecano con el número once y también dos chicas jóvenes con una camiseta de Owen Wilson en la que se puede leer people’s princess (la princesa del pueblo... y que no lo lea Belén Esteban). “En este país hace demasiado calor para los ingleses”, afirma Tom Chaplin, vocalista de la banda. “Todavía nos sorprende que haya gente fuera de Reino Unido que escuche nuestra música, pero eso es porque en España sois muy intensos”, ha añadido. El grupo ha recibido el abrazo cálido de un público entregado a canciones como Somewhere Only We Know, Everybody’s Changing, Bend and Break o Is It Any Wonder?.
Veinte años no son nada y lo son prácticamente todo, por eso los asistentes al concierto de Keane son tan dispares como variopintos. Están los groupies que han crecido con ellos, los que les doblaban la edad cuando entraron en la industria musical y los que han crecido escuchando sus éxitos en Cadena Dial. Un día antes se homenajeó al pop de las divas predilectas de los centennial y este jueves ha sido el turno de los que siguen la moda capilar de Luis de la Fuente. “Me he comido mi propio peso en jamón ibérico, me he echado dos siestas y ayer vi el partido de Inglaterra”, dice Chaplin. Que viva el día del ‘orgullo heterosexual’. Bromea con la final de la Eurocopa de este domingo, que jugará su país y el nuestro, pero recula ante los incesantes abucheos de la ‘grada’. “Vais a destrozarnos, somos malísimos”, añade.
La nota discordante de velada ha sido para Nia Archives. La británica sabía que el auténtico verano es el Brat summer y ha sido la encargada de hacer sonar algunos de los temas más notorios de la actualidad musical, entre ellos, el 360 de Charli xcx. Su set ha atraído a los asistentes como una luz a una polilla. Mientras Pearl Jam seguía tirando de riffs, Bomba Estéreo ha convertido el escenario en un ritual esotérico de colores neón y setas hinchables que emula a una suerte de rito ancestral. Sin duda, en el Mad Cool hay de todo, y para todos.