Tokio, 3 abr (EFECOM).- Los nuevos aranceles estadounidenses sobre las importaciones de vehículos que entraron en vigor este jueves asestarán un duro golpe a la economía nipona, altamente dependiente de la industria del motor, y podrían mermar su producto interior bruto (PIB) entre un 0,2 % y un 0,9 %, según varios estudios.
Las nuevas tasas del 25 % afectan a automóviles, camiones ligeros y componentes importados por Estados Unidos, mientras que quedan exentos los recambios producidos por México y Canadá.
Por ello, los fabricantes japoneses, surcoreanos y alemanes están entre los más afectados por ese nuevo gravamen.
Varios estudios cifran en hasta 3,2 billones de yenes (unos 19.800 millones de euros) el coste que tendrán los nuevos gravámenes para los fabricantes nipones, entre los que se sitúa Toyota Motor, el mayor productor de la industria global.
Las del motor supusieron el 28,3 % de las exportaciones japonesas a Estados Unidos en 2024, el sector de mayor proporción, seguido por los envíos de componentes para automóviles, que supusieron el 5,8 %.
La firma nipona más dependiente del mercado estadounidense es Subaru, que vende allí el 70 % de su volumen a nivel global; mientras que Toyota, Honda, Nissan y Mazda colocan en Estados Unidos entre el 20 y el 40 % de sus vehículos.
La mayor parte de esas ventas se realizan a través de exportaciones desde Japón y desde Canadá y México, donde ya se imponen aranceles elevados, por lo que las tasas adicionales castigarán especialmente a la industria nipona del motor, con repercusiones para todos los fabricantes de autopartes y materias primas dependientes de la misma.
La política arancelaria de Donald Trump podría lastrar las ventas de la industria nipona del motor en un 10 %, según una estimación de Toshihiro Nagahama, economista jefe del Dai-ichi Life Research Institute.
Su estudio señala que este descenso acarrearía la destrucción de 54.000 puestos de trabajo y un descenso del PIB del 0,9 %, "convirtiéndose en un lastre importante para la economía nacional", según Nagahama.
Otra estimación de Takahide Kiuchi, economista de Nomura Research Institute, calcula en una reducción del 0,2 % el impacto de los aranceles en la economía nipona.
La Casa Blanca asegura que el gravamen sobre los vehículos atraerá inversiones de capital extranjero y fomentará la manufactura nacional.
Pero también puede provocar una subida de precios para los consumidores estadounidenses (hay estudios que hablan de incrementos de precio en los coches de entre 2.500 y 20.000 dólares), además de recrudecer aún más la guerra comercial que Washington ha decidido librar con varios de sus principales socios comerciales.
Esto es especialmente relevante en las marcas niponas, ya que estas se sitúan entre las preferidas por los conductores estadounidenses.
De los aproximadamente 16 millones de vehículos nuevos comercializados en Estados Unidos en 2024, más de un tercio (5,88 millones) eran de marca japonesa, incluyendo los importados desde el archipiélago nipón y los producidos por firmas de ese país en sus plantas estadounidenses.
De los 20 vehículos más vendidos en Estados Unidos en 2024, la mitad eran de fabricantes japoneses. EFECOM
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