Aranceles al motor de Trump podrían costar a la industria nipona 19.800 millones de euros

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Tokio, 27 mar (EFECOM).- Los aranceles adicionales del 25 % que el presidente estadounidense, Donald Trump, planea aplicar desde abril a las importaciones de vehículos podrían costarle a los principales fabricantes japoneses hasta 3,2 billones de yenes (unos 19.800 millones de euros) más en gravámenes y arrojar a alguno a pérdidas.

Las del motor supusieron el 28,3 % de las exportaciones japonesas a Estados Unidos en 2024, el sector de mayor proporción, seguido por los envíos de componentes para automóviles, que supusieron el 5,8 %.

El arancel actual de las importaciones estadounidenses de estos bienes es del 2,5 % y su alza hasta el 27,5 % previsto tendría un impacto notable en un sector clave para el comercio japonés.

Mazda, que exporta desde Japón la mitad de los vehículos que vende en EE.UU., unos 220.000, podría ser una de las mayores perjudicadas e incurrir en pérdidas operativas tras la medida, según un análisis de la firma Nomura Securities.

Los inversores del fabricante nipón reaccionaron especialmente alarmados ante las estimaciones y las acciones de Mazda eran las que más caían en la sesión de este jueves en Tokio, por encima del 6 %.

Le seguía de cerca Subaru, que perdía más de un 5 %. La empresa exporta unas 290.000 unidades desde Japón al mercado estadounidense.

Por su parte, los tres mayores fabricantes automovilísticos del país asiático, Toyota, Honda y Nissan, perdían a una hora del cierre de la sesión un 2,8 %, un 3 % y cerca de un 2 %, respectivamente.

Honda exporta la mayoría de sus vehículos a EE.UU. desde Canadá y México, en torno a medio millón en 2024, mientras que Toyota exporta unos 530.000 desde Japón, alrededor del 23 % de sus ventas locales.

Según estimaciones del diario japonés Nikkei, los gravámenes adicionales de la Administración Trump al motor le costarían a los seis mayores fabricantes nipones 1,42 billones de yenes (8.800 millones de euros) adicionales en impuestos, una cantidad que podría elevarse hasta 3,2 billones de yenes (19.800 millones de euros) si los aranceles ahora suspendidos a México y Canadá entran en vigor.

La carga podría ser, además, mayor, puesto que además de a los propios vehículos, Washington planea que los aranceles afecten también a motores, transmisiones y sistemas de propulsión.

En principio, los nuevos aranceles de Trump no aplicarán a los vehículos y componentes adscritos al T-MEC, el tratado de libre comercio entre México, EE.UU. y Canadá, pero una vez hechos los ajustes pertinentes, los vehículos terminados se gravarán en proporción al uso de materiales procedentes de Estados Unidos.

Los analistas han advertido de que este aumento de costes podría repercutir en el consumidor final si los fabricantes no pueden trasladar el encarecimiento a la cadena de suministro, ya dañada también por encarecimiento de la importación de acero y aluminio para las firmas foráneas con fábricas en Estados Unidos, lo que se traduciría en un aumento del precio del producto final.

Según la firma de investigación estadounidense Cox Automotive, los aranceles de Trump podrían repercutir en un aumento del 20 % del precio de las nuevas matriculaciones en Estados Unidos, donde estima que la demanda de vehículos nuevos podría caer en un 4 % en favor del mercado de segunda mano, en auge allí desde principios de año.

La industria automotriz en general está atravesando un período de transformación por la electrificación y la digitalización, un terreno en el que los fabricantes japoneses están rezagados, y el aumento de los costes asociados a los aranceles supondrán una carga aún mayor que disminuya su rentabilidad y erosione sus inversiones.

En este sentido, la decisión de Trump de no excluir a Corea del Sur de los gravámenes pese al reciente anuncio de una importante inversión del líder automovilístico del país, Hyundai, en Estados Unidos, no ha hecho si no generar más inquietud en el sector. EFECOM