Naiare Rodríguez Pérez
Zaragoza, 23 mar (EFE).- El escritor Ildefonso Falcones, que ha publicado 'En el amor y en la guerra', ha asegurado que la historia se repite cíclicamente siempre, pero "hay gente que aprende para bien y otros que aprenden lo malo para utilizarlo en contra de otros".
Con motivo de la presentación de su libro en Zaragoza, con el que ha continuado con la saga de 'La catedral del mar', Falcones (Barcelona, 1959) ha compartido en una entrevista a EFE que "el amor no es tan fuerte para imponerse a la injusticia, pero para luchar sí".
PREGUNTA: Tras veinte años de éxito con 'La catedral del mar', ¿por qué continúa con la saga ahora?
Respuesta: Ya eran 10 años en los que he escrito dos novelas diferentes por medio y me apetecía volver a esta época medieval. Me motivó la posibilidad de continuar con una trama interesante, como es la conquista de Nápoles, ya que ya dejamos a Alfonso guerreando por esas tierras. Este hecho propone un choque cultural tremendo entre un pueblo como es el aragonés y el catalán, que todavía está en el medievo y que son más brutos y primitivos. Luego estaban los italianos, que ya buscaban la sensibilidad y la belleza. Eso supuso un encontronazo entre los dos pueblos que francamente es muy interesante y que quería recuperar.
P: ¿Cree que se ha hablado lo suficiente sobre la conquista de Nápoles?
R: Se ha hablado mucho, pero en una época posterior, se ha hablado de la conquista de Nápoles por parte de Fernando el Católico y de Fernández de Córdoba. Hay muchos libros, mucho escrito y mucha tradición literaria sobre eso, pero sobre la primera conquista de Nápoles, la conquista aragonesa, no. Nápoles incluso terminó siendo un reino independiente de todos los reinos de la Corona de Aragón porque Alfonso, al fallecer, dejó Nápoles a su hijo bastardo para separarlo. Sin embargo, los reinos hispánicos, Sicilia y Cerdeña, se los dejó a su hermano Juan. De esa previa conquista se habla muy poco.
P: ¿Hasta qué punto la historia se repite?
R: La historia se repite cíclicamente siempre. Yo siempre he sostenido que las personas tenemos que aprender de la historia, pero hay gente que aprende para bien y otras que aprenden lo malo para utilizarlo en contra de otros. Y, por eso, seguimos teniendo guerras y actos violentos hoy.
P: El rey de Aragón es clave en la historia. ¿Cómo influía el poder monárquico entonces y qué eco tiene hoy?
R: El poder monárquico tiene poco eco ahora. Hasta ahora, estas monarquías absolutas no habían tenido, en la época moderna, una continuidad porque la verdadera democracia nos llevó a impedir y a separar esta autocracia. Sin embargo, en este momento nos estamos encontrando con personajes que están dirigiendo el mundo de una forma tan dictatorial como podían hacerlo estos reyes. Eso es tremendamente peligroso porque hablamos de épocas muy pasadas y del ahora, de lo súper actual. Yo creo que todavía estamos noqueados todos y no sabemos cómo va a terminar todo esto.
P: ¿Cómo influyen los cambios del siglo XV en la evolución de sus protagonistas?
R: En el personaje principal, que es Arnau, la evolución será de un guerrero medieval cuyo principio máximo es la lealtad a su rey y a la corona al de supeditar absolutamente cualquier otro sentimiento a esas lealtades. Esto le llevará a aprender lo que es la felicidad a través del amor, algo de lo que nunca había disfrutado durante su vida. Por eso este título, 'En el amor y en la guerra'.
P: Sin embargo, el siglo XV marcó el fin del oscurantismo medieval. ¿Cree que vivimos un nuevo renacimiento o una nueva era oscura?
R: Renacimiento desde luego que no, en absoluto. No estamos buscando en la cultura clásica, en nuestros ancestros ni en nuestros principios sobre los que hemos sustentado la civilización occidental. Hoy estamos hablando de disrupción, de nuevas tendencias y de nuevas ideas que son totalmente contrarias a aquellos movimientos. No voy a decir que sea para bien o para mal porque no lo sé. Para mí es malo, pero no podemos hablar de humanismo de ninguna manera. Vivimos en una época tremendamente superficial.
P: ¿Qué ha cambiado en su forma de narrar desde 'La catedral del mar' hasta 'En el amor y en la guerra'?
R: Me gustaría que no hubiera cambiado nada. He visto el éxito de la primera y ahora lo que intento es simplificar, ser sencillo y no perderme en la lírica o en planteamientos que al lector le puedan suponer problemas. Tiene que ser una lectura ágil y, aunque a veces es difícil de conseguir, siempre tenemos editores que pueden marcarnos el camino.
P: ¿Este es el final de la dinastía Estanyol?
R: No es el final, pero tampoco puedo decir si habrá más o no. Dependerá de mi capacidad y de sí personalmente puedo, pero en este momento no me planteo que este sea el final ni muchísimo menos. EFE
1012039
(foto)