Eduardo Palacios
Logroño, 23 mar (EFE).- El covid persistente es todavía una patología muy poco conocida que, incluso, llega a ser cuestionada como si se tratara de una alteración psicológica, dado que no existen protocolos comunes o herramientas de diagnóstico, aunque los expertos calculan que afecta a la cuarta parte de quienes se infectaron de SARS COV2 en la pandemia.
Así lo ha explicado a EFE el psicólogo Juan Antonio Becerra, profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y miembro de la Red Española en Covid Persistente.
Cuando se cumple un lustro de la declaración de la pandemia de covid "a veces parece que ese momento tan doloroso es algo que la sociedad quiera olvidar", admite y por ello "quizás se habla poco" de una enfermedad, el covid persistente, "que está ahí, es obvio, pero incluso se llega a cuestionar si es una patología real".
"En realidad, aunque nos encontremos a veces con situaciones controvertidas, esta enfermedad ya está reconocida y se sabe que hay una gran variedad de síntomas, algunos psicológicos, pero también cognitivos o emocionales", detalla este especialista, que asume que por esa variedad de síntomas "en algunos casos se cuestiona a los pacientes o se les estigmatiza".
Porque, subraya, "la gran dificultad con esta enfermedad es que no existe una medida o una prueba diagnóstica objetiva y para saber que está no vale una radiografía o un análisis de sangre" algo que "también sucede, por ejemplo, en la fibromialgia".
Por eso Becerra subraya que "ahora lo que necesitamos es investigación" porque "estamos muy al principio" del conocimiento de esta enfermedad.
Pero, reconoce, "como en cualquier investigación médica, dar cualquier paso es complejo y difícil" como lo demuestra el que "incluso crear un cuestionario sobre los síntomas de estos enfermos es algo que lleva mucho tiempo, hay muchos pasos que dar, muchos permisos que pedir y muchos trámites que cumplir".
Él ha participado en un trabajo con niños y jóvenes para identificar esos síntomas y como resultado comprobaron que quienes tenían covid persistente manifestaban problemas de sueño, fatiga crónica, dificultades de memoria y de atención.
También es cierto, que "ni siquiera hay un registro de esta enfermedad" con lo que el número de casos es solo una estimación, que habla de más de un veinte por ciento de personas que tuvieron covid "lo que, por cierto, es más del doble de lo que se pensaba hace poco tiempo" y "de los afectados, más de la mitad mantienen algún síntoma durante años".
Ahora mismo "el diagnóstico del covid persistente se hace prácticamente por descarte" cuando alguien llega a una consulta con determinados síntomas "pero tenemos que llegar a un momento en el que exista una batería de medición que nos dé el diagnóstico por sí solo, como en otras enfermedades", detalla Becerra.
Admite que "entre los profesionales de la medicina tampoco hay un gran conocimiento" del covid persistente y eso dificulta que la patología "se aborde de forma integral" y "los afectados van de especialista en especialista.
Pero es necesario un abordaje integral y multidisciplinar que, a su juicio, debe hacerse en "unidades de covid persistente" específicas en los centros sanitarios, que cuenten con diferentes especialistas como rehabilitadores, psicólogos, fisioterapeutas y otorrinos, entre otros.
Sabe que "queda mucho camino por recorrer, estamos ante una patología nueva que hay que conocer mejor y cada año hay avances" pero "hace falta investigación y medios para poder dar una buena calidad de vida a los pacientes que, en general, tienen necesidades concretas y diferentes", concluye el piscólogo y profesor de UNIR.
EFE
ep-srm