Redacción deportes, 23 mar (EFE).- El español Elvin Josué Canales, que logró este domingo el bronce en la final de 800 metros de los Mundiales de pista cubierta de Nanjing (China), dijo que antes de la carrera tuvo que "lidiar contra pensamientos intrusivos para que no afectara el síndrome del impostor", aunque admitió que la sensación que le embarga es de que "merece" la medalla porque ha venido para quedarse.
Canales, de 23 años, llegó a meta con un tiempo de 1:45.03, solo por detrás del estadounidense Josh Hoey, que se llevó el oro (1:44.77), y el belga Eliott Crestan, plata (1:44.81).
"Sabía que la carrera iba a ser muy rápida. La estaba analizando desde ayer. Hoy no hice otra cosa que dejar atrás las emociones y luchar contra los pensamientos intrusivos. No quería que me afectara el 'síndrome del impostor', aunque también pensaba que me lo merecía, que me merezco esto", dijo Canales, al término de la carrera.
"Me ha salido a la perfección lo que tenia grabado en la cabeza, porque en el momento clave me he podido colocar. No he llegado a la plata pero soy tercero del mundo. Es una medalla que llevo buscando desde el 10 de enero y siento que la merezco. He venido para quedarme, quiero quedarme y dar alegrías al atletismo español", apuntó.
El mediofondista español, de origen hondureño, se acordó de una persona especial tras ganar.
"Esta medalla tiene nombre, mi abuela, la amo con toda mi corazón. Sin ella esto no hubiera sido posible. Esta medalla va por ella", concluyó. EFE