Milán (Italia), 21 mar (EFE).- Sergio Samitier (Cofidis) acude a la salida de la 116 edición de la Milán-San Remo con la intención de repetir el protagonismo de 2024, en aquella ocasión defendiendo los colores del Movistar, a pesar de que entonces sus ilusiones se fueron por los suelos cuando encabezaba la carrera en el descenso de la Cipressa, tras 250 kilómetros de escapada.
"Vengo a la San Remo con dos objetivos: el primero será intentar coger la escapada del día y en los últimos kilómetros de la carrera tratar de ayudar lo máximo posible a Álex (Aranburu)", explica a EFE el ciclista aragonés.
A Samitier le ha costado varios días recuperarse por completo de los esfuerzos de la París-Niza en la que el agua y la nieve han sido los protagonistas la mayor parte de las etapas. "Hasta el miércoles estaba reventado. La París-Niza ha sido una carrera muy dura y trataba de forzar en los entrenamientos y no podía".
En la Milán-San Remo tiene muy claro lo que hay que hacer para llegar bien al final, con los cinco 'capos' (Mele, Cervo, Berta, Cipressa y Poggio) en los 50 últimos kilómetros: "Comer, a rueda y reservar. Comer, a rueda y reservar".
"Es verdad lo que se dice de esta carrera: es la más fácil de acabar pero la más difícil de ganar. Son 300 kilómetros y pelear por intentar meterte en la escapada es muy complicado y termina pasando factura".
El de Barbastro recuerda que la pasada edición fue rapidísima. "En ningún momento nos dejaron coger más de dos o tres minutos, cuando otros años se deja llegar a los escapados hasta casi diez minutos de ventaja", afirma.
Para esta edición, lo primero que tiene controlado es el parte meteorológico y anticipa que el pronóstico señala que "habrá bastante lluvia" lo que seguro que endurecerá la carrera, además siempre hay que esperar a ver cómo sopla el viento, que también influye.
Su desempeño en los kilómetros finales tiene claro que será para trabajar en favor de Alex Aranburu. El guipuzcoano ya ha acabado dos veces en el top-10, en ambas ocasiones fue séptimo, y llega en un buen momento, además de ser la principal baza nacional para conseguir un buen resultado.
"Cuando subes el Poggio por primera vez sorprende que apenas tiene dureza. Son algo más de tres kilómetros y las rampas en su mayoría no pasan del 3,7 %, pero hay que entrar muy bien colocado porque se sube tan rápido que es imposible remontar y esa es una de las claves", analiza.
Para esta edición y de los corredores con los que ha coincidido en París-Niza tiene claro que el danés Mads Pedersen (Lidl Trek) es uno de los grandes candidatos. "Lo he visto muy fuerte, aunque luego están todos los demás bichos (Tadej Pogacar, Mathieu van der Poel, Filippo Ganna...) y Jasper Philipsen, aunque habrá que ver cómo está tras la caída en la Nokere". EFE