Murcia, 21 mar (EFE).- El forense que realizó la autopsia al cadáver de Sara Gómez, la mujer que falleció en 2022 en el hospital Santa Lucía (Cartagena, Murcia) tras haber sido sometida un mes antes a una operación de lipoescultura en una clínica, y dos peritos han coincidido este viernes en señalar que hubo mala praxis en la intervención.
Los tres han declarado en las diligencias que se tramitan en un juzgado de Instrucción de Cartagena en las figuran como investigados tanto el cirujano que practicó la lipoescultura como el anestesista que igualmente intervino en la misma.
Los tres, según ha declarado a EFE el abogado murciano Evaristo Llanos, que ejerce la acusación particular en nombre de la familia de la fallecida, han coincidido también en destacar que el cirujano no contaba, a su entender, ni con la formación ni la preparación precisas para ese tipo de operaciones y que la técnica que utilizó no era la más adecuada.
El forense del Instituto de Medicina Legal ha ratificado su informe de autopsia, en el que se indica que habría sido aconsejable realizar una laparotomía -apertura de la cavidad abdominal- a la llegada de Sara al hospital para detectar la infección que luego se comprobó sufría y que acabó con su vida.
Y ha añadido que el retraso de cinco días en la primera intervención quirúrgica practicada en el centro hospitalario tras la cirugía estética en la clínica condujo a la producción de una peritonitis y a todas las consecuencias que era previsible que ocurrieran y que no fueron tenidas en cuenta en el momento de su ingreso “a pesar de los datos clínicos y del TAC que ya informaba de ello”.
Los peritos que han declarado en esta nueva diligencia del caso son un jefe de Servicio de un hospital de Murcia, propuesto por el Servicio Murciano de Salud (SMS), y otro doctor designado por la acusación particular, quienes discrepan de la opinión del forense en cuanto a la intervención de urgencia que se debió haber realizado a la paciente nada más llegar al hospital.
Ambos han destacado, como han declarado con anterioridad los catorce médicos del hospital que meses atrás declararon como investigados, que esa operación no era aconsejable debido a su estado.
En esta causa judicial, que se tramita por un presunto delito de homicidio por imprudencia, figuran como investigados desde el primer momento el cirujano que realizó la lipoescultura, J.A.M., y el anestesista que intervino en la misma, J.G.V., a los que se han unido después los médicos que en algún momento asistieron a la mujer en el citado hospital público. EFE
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