Barcelona, 20 mar (EFE).- El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Ocean Networks Canada (ONC) han desplegado con éxito un nuevo observatorio submarino por cable en la Antártida, mejorando la capacidad de obtención de datos sobre los cambios medioambientales en el océano casi en tiempo real.
Según ha informado el CSIC, el observatorio, desarrollado por ONC a lo largo de 2024, ha sido diseñado con el asesoramiento de la Unidad de Tecnología Marina (UTM) del CSIC, que gestiona la Base Antártica Española (BAE) Juan Carlos I, donde se ha instalado la infraestructura.
Esta cooperación científica polar sigue avanzando para mejorar el conocimiento del océano Antártico, una de las regiones menos estudiadas del planeta, y los datos recabados están disponibles en el portal de gestión de datos de ONC, el Oceans 3.0.
El primer observatorio de ONC en la Antártida fue desplegado en enero de 2024 y durante más de un año ambas instituciones han desarrollado una nueva solución de monitorización oceánica remota que optimiza la recopilación de datos.
El director de la UTM del CSIC, Jordi Sorribas, ha destacado que la instalación del nuevo observatorio "mejora la fiabilidad del primero" y que potenciará el interés científico y la capacidad de la comunidad investigadora en la BAE Juan Carlos I.
Sorribas ha señalado que los investigadores consideran esta infraestructura un marco ideal para contextualizar su trabajo con mediciones ambientales continuas, despertando interés en la ampliación de sus capacidades con nuevos sensores y dispositivos.
La BAE Juan Carlos I está ubicada en la isla Livingston, en el archipiélago de las Shetlands del Sur, al norte de la península Antártica. Dentro de la 38ª Campaña Española de Investigación en la Antártida, iniciada en diciembre de 2024, se ha preparado y desplegado este observatorio durante marzo de 2025.
Debido a la falta de personal permanente en la estación antártica durante gran parte del año, el observatorio ha sido diseñado para resistir las condiciones climáticas extremas.
Entre los nuevos dispositivos instalados, destaca un instrumento CTD que mide la salinidad, temperatura y profundidad del agua y que ha sido encapsulado en una estructura de titanio a 23 metros de profundidad.
Otros sensores registran la concentración de oxígeno disuelto y parámetros ópticos como la turbidez y la clorofila, claves para evaluar la calidad del agua en esta zona de confluencia entre el deshielo glaciar y el océano.
La presidenta y directora general de ONC, Kate Moran, ha señalado que el observatorio "permitirá comprender mejor la disminución del hielo marino en la Antártida y su impacto en la vida marina".
"Disponer de observaciones detalladas a largo plazo y casi en tiempo real de las aguas costeras es fundamental para comprender cómo afectarán las condiciones cambiantes a la biología oceánica y el futuro del hielo marino en el continente", ha concluido. EFE
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